Image: La Parranda, Murcia teatral

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Música

La Parranda, Murcia teatral

El Teatro de La Zarzuela abre sus puertas a la obra de Francisco Alonso

9 junio, 2005 02:00

María Rey-Joly en el Asombro de Damasco de la Zarzuela. Foto: J. Morrón

La parranda es uno de los títulos más célebres, festejados y mejores del granadino Francisco Alonso (1887-1948), en el que, como en otras de sus obras regionalistas -La picarona, La bejarana- logra un plausible cuadro de costumbres, con cita, aunque escasa estilización musical, de algunos temas populares originales y una exposición escasamente imaginativa de una acción dramática que es de una pobreza singular. La anécdota de los amores imposibles de Aurora y Miguel porque ella guarda un secreto que al final se revela -un matrimonio anterior, que es, de todas formas, nulo de derecho-, está estirada al límite a lo largo de tres actos e impide, por ejemplo, un desarrollo lógico de los acontecimientos y un estudio creíble de los personajes. Aunque, eso sí, da pie a un pintoresquismo y a una partitura que no deja de tener sus méritos y que pone de manifiesto el excelente oficio del autor.

El Teatro de la Zarzuela abre el 10 de junio sus puertas para dar entrada a esta obra, de escasa presencia en nuestros escenarios, estrenada en el Calderón de Madrid el 26 de abril de 1928. El libreto, inane desde un punto de vista dramático, como se ha dicho, es de Luis Fernández Ardavín, habitual colaborador del músico, que muestra, aquí y allí, su habilidad como versificador. La partitura contiene algunas de las páginas más conocidas de Alonso. En primer lugar, el denominado Canto a Murcia, "En la huerta del Segura", que Miguel, mozos y una rondalla interpretan en el acto segundo; una auténtica exaltación de la patria chica. La melodía, algo altisonante, no deja de tener su elegancia y las combinaciones entre solistas y coro están estupendamente diseñadas. Otra de las intervenciones de éxito cierto -si se canta bien, claro- es la romanza de Miguel "Diga usted, señor platero", que juega con tres temas y solicita del barítono un canto ligado y expresivo. La pieza podría haberse ubicado en otra obra sin problemas: no tiene nada que ver con la acción. El profesor Suárez Pajares destaca también el valor de "Boda de rumbo es esta boda", al que califica como "el mejor fragmento de música dramática que se conoce de Alonso; en particular la entrada de Retrasao (tenor cómico) con los monaguillos".

A resaltar asimismo el dúo inicial de Aurora y Miguel, muy romántico y con cuidados solos de violín, y la romanza con coro de Aurora,"Aquí sale la novia", en dos partes, la primera en ritmo de bolero y la segunda más lírica. Aurora ha de ser una soprano lírica (que asciende hasta el si natural agudo) y Miguel, un barítono también lírico, con elevación hasta el sol y el la bemol agudos. En el estreno madrileño de 1928 actuaron Paquita Morante y Marcos Redondo, que hizo de este personaje una de sus mejores creaciones. María Rey-Joly, en un papel más serio de los que últimamente ha interpretado (en la foto, en el reciente Asombro de Damasco de la Zarzuela), y Carlos Bergasa, de grato timbre, son los dos protagonistas en esta nueva producción firmada por Emilio Sagi, con escenografía de Ricardo Sánchez-Cuerda, dirigida musicalmente por el experto director artístico del Teatro Miguel Roa. La partitura, editada por el ICCMU, ha sido revisada por Manuel Moreno-Buendía.