Música

Bilbao se hace barroco

6 octubre, 2005 02:00

William Christie

Bilbao anuncia un muy sustancioso ciclo de ópera barroca, que se centra en Haendel, cuya música está muy presente y que, en una gran parte, está prácticamente por descubrir. El Arriaga nos brinda ahora la posibilidad de escuchar, en versiones concertantes semidramatizadas, dos de las obras líricas más importantes de su caudalosa producción, de infrecuentísima escucha por estos pagos; y por otros.

La primera, el día 11 noviembre, es Rodelinda, Regina de Longobardi, estrenada en Londres el 13 de febrero de 1725. Una obra realmente emotiva, en la que los affetti propios de la música del XVIII afloran con facilidad a lo largo de una escritura magistral, que encierra arias de gran lucimiento. El 12 de noviembre le toca el turno a un título aún menos famoso: Lotario, de 1729, también londinense, en la que al autor establecía ciertas originalidades narrativas, con la construcción de una música casi continua y escasa presencia de los sempiternos recitativos.

Para vestir estos pentagramas se cuenta con un auténtico especialista en el foso, el norteamericano Alan Curtis, a quien se ha catalogado como "vanguardista de la música antigua". Actúa con Il Complesso Barocco, grupo de cámara compuesto por jóvenes solistas, tanto cantantes como instrumentistas, creado por él. A su lado se sitúan algunas estimables voces solistas, dedicadas generalmente a este hermoso repertorio: Marijana Mijanovic, Sara Mingardo, Steve Davislim, Vito Priante, Sonia Prima y la vasca, ya presente en sitios como Salzburgo, Maite Beaumont.

Otro título de alto interés, la ópera-ballet L’Europe Galante, de André Campra, de 1697, abre el ciclo el próximo sábado. Constituye un excelente ejemplo de un género sobre el que circularía la ópera francesa posterior, impulsada también por Lully y que daría frutos maravillosos con las tragedias líricas de Rameau. Campra repasaba, sobre libreto de Houdar de la Motte, las distintas actitudes ante el amor. El equipo de la Academia Barroca Europea de Ambronay, que desde 1993 se dedica al cultivo de los jóvenes artistas, es idóneo para este cometido. Aparece dirigido por el notable conocedor William Christie.

La zarzuela barroca Salir el amor del mundo de Sebastián Durón (1660-1716) es un buen ejemplo de espectáculo dramático-musical, tan propio de la España culta del XVII, gustosa de recrearse en estos argumentos mitológicos en los que Cupido y Diana andaban jugueteando. La soprano navarra María Bayo, muy apreciada en la plaza, pone punto final a la serie el 15 de diciembre con un concierto que incluye piezas de Haendel, Boccherini y José de Nebra. Es una garantía la presencia de Al Ayre Español que dirige con solvencia Eduardo López Banzo, un grupo de época que crece y amplia sus horizontes día a día.