Música

Grandes voces a la italiana

El Liceo, Bilbao y Santander estrenan nuevas producciones

17 noviembre, 2005 01:00

Darina Takowa en la semiramide que se verá en el Liceo. Foto: Amati Bacciardi

La vida lírica española prosigue en su proceso de diversificación. El Palacio de Festivales de Santander se suma con una Bohème a las diferentes temporadas que ya han abierto sus puertas. A su lado, Bilbao apuesta por un Don Giovanni con Marius Kwiecen mientras que el Liceo recrea Semiramide con Florez y Barcellona.

Esta semana se dan cita en nuestros escenarios un nuevo Don Giovanni de Mozart, Semiramide de Rossini y La bohème de Puccini. Es decir, una ópera clásica madura, con sus evocaciones gluckianas y sus toques de un prerromanticismo de primera hora, una partitura también clásica dotada de un raro equilibrio estilístico, portadora de un belcantismo en plenitud, y un producto de un postromanticismo subido de tono pasado por el tamiz de un verismo más bien dulce. Abre el fuego, hoy mismo, esta última ópera en el Palacio de Festivales de Santander. Sobre el más bien angosto escenario se moverán, bajo la dirección del avezado Marccello Panni, un buen equipo de cantantes encabezados por Aquiles Machado y Andrea Dankova. Buena oportunidad para comprobar si el tenor venezolano mantiene sus singulares condiciones tímbricas en una parte que le dio fama. María José Moreno será, de seguro, una encantadora Musetta. El venezolano -como Machado- Juan Tomás Martínez, un cantante que empieza a cobrar predicamento gracias a su buena técnica de emisión, será Marcello. La escena viene firmada por José Luis Castro, director que fuera de la Maestranza de Sevilla y que aquí tiene una obra donde puede lucirse. Es una producción del Palacio y de la Orquesta de Córdoba, que estará en el foso.

Disoluto de moda
Dos días después, en el Euskalduna de Bilbao, reverdece Don Giovanni de Mozart, en una producción que viene de la Staatsoper de Viena y que rubrica Roberto de Simone. Esta ópera sólo se había representado en la ABAO en el año 1997. El joven polaco Mariusz Kwiecien, uno de los disolutos de moda, discípulo del malogrado Aldo Baldin, es el protagonista. Posee mimbres para recrear con elegancia al vile seduttore. Su Leporello es el estadounidense Alan Held, ya cincuentón, reciente Kurwenal en el Liceo. ángeles Blancas es Doña Elvira, un personaje que requiere un mordiente, una coloratura y un patetismo que piden lo mejor de una soprano. Buen desafío para la joven y bella cantante española nacida en Munich. Doña Anna es la búlgara Krassimira Stoyanova, de carrera ya muy sólida en papeles de lírico-spinto, y Zerlina la gentil y ya acreditada Ofelia Sala, de voz penetrante pero templada. A resaltar la participación del tenor albanés Saimir Pirgu, presente hace unos meses en el Real en Elena y Constantino de Carnicer. Un cantante de muy rápido ascenso. Antoni Ros Marbà empuñará la batuta -con su orquesta, la Filharmonía de Galicia, en el foso- para recrear una partitura que adora especialmente y que ha hecho ya bastantes veces.

Nos queda la ópera rossiniana, que sube al escenario liceísta el 21 en la misma producción vista en el Real de Madrid la pasada primavera firmada por Dieter Kaegi. Elementos intemporales se combinan en ella con alusiones más concretas a determinados conflictos bélicos del presente. En el reparto está de nuevo ángeles Blancas, que reviste su papel de naturalidad y desparpajo, aun sin cuajar una coloratura perfecta y ser en exceso feble en la zona grave. Se alterna con la hasta cierto punto experta en estos cometidos Darina Takowa, ya conocida en la casa. Daniella Barcellona, cumplido Arsace, de técnica ajustada aunque no deslumbrante, figura también en alternancia con la más oscura, dura y algo pesante Ewa Podles. Juan Diego Flórez, en una parte muy apta para sus facultades de tenor contraltino, es Idreno, mientras que Ildar Adbrazakov defiende el papel, nada fácil como el de Azur. El contundente bajo-barítono Simon Orfila le sustituye en tres ocasiones. El hábil Ricardo Frizza, que se ha hecho rápidamente un nombre en este repertorio, se coloca en el foso.