Música

Juventudes musicales, tríptico de oratorios

El ciclo acoge a la Filarmónica de Gran Canaria, con su titular Pedro Halffter al frente

12 octubre, 2006 02:00

Gérard Caussée solista en Berlioz. Foto: W. Hüsl

Va adquiriendo paulatino auge el ciclo que desde hace años prepara Juventudes Musicales de Madrid, en este caso mimética de otras entidades privadas. Esta temporada presenta un importante muestrario de orquestas, directores y solistas -algunos, también directores-. Para abrir boca, el miércoles 18 de octubre, tenemos a la Filarmónica de Gran Canaria, con su titular Pedro Halffter al frente. La firme actitud en el podio de este último, su seguridad de trazo y su buen entendimiento de lo escrito, su buen olfato, podrán ser examinados de nuevo en el Auditorio Nacional. La agrupación, a la que suele extraer buen rendimiento, acomete una pieza tan exigente como lucida, el Concierto para orquesta de Bartók. En la primera parte el magnífico violista Gérard Caussé tendrá oportunidad de exhibirse en la muy bella y descriptiva sinfonía Harold en Italia de Berlioz. La serie, que como todas las de este tipo, es un cajón de sastre, bien que atractivo y lleno de apetitosos productos, tiene sin duda otros importantes puntos de interés. Citemos en primer lugar el gran tríptico de oratorios constituido por uno de Bach, la Misa en si menor, otro de Haendel, Teodora, y otro de Haydn, Las estaciones. Tres obras maestras que nos acercan, respectivamente, al lirismo emanado de la fe, envuelto en un trascendente barroquismo, al dramatismo emotivo y casi operístico de una narración bíblica y al descriptivismo ingenuo y candoroso, de singular efusión poética de una particular y sensual visión de la naturaleza. Le Concert d’Astrée que dirige Emmanuelle Haïm -siempre algo exenta de garra expresiva-, Les Musiciens du Louvre, con el conciso y algo seco Marc Minkowski, y la Orquesta Revolucionaria y Romántica gobernada por el puntilloso y elegante John Eliot Gardiner, asumen los espléndidos pentagramas.

Cabe reseñar la presencia de instrumentistas de reconocida talla: Maria João Pires (Concierto de Schumann) y Christian Zacharias (toca y dirige el 27 de Mozart); Anne-Sophie Mutter (Concierto de su ex pareja André Previn, que en otra sesión toca improvisaciones jazzísticas), Julian Rachlin (Concierto nº 1 de Shostakovich) y Joshua Bell (toca y dirige el de Beethoven). Y hay batutas de gran autoridad: Lorin Maazel (con la Toscanini), Riccardo Muti (Philharmonia), Daniele Gatti (Teatro Comunale de Bolonia) y Kurt Masur (Nacional de Francia).