Música

El Teatro de la Zarzuela busca la vacuna para el 'Rey que rabió'

Nueva producción de la obra maestra de Ruperto Chapí

19 abril, 2007 02:00

Uno de los bocetos pertenecientes a la escenografía de la obra

En el Teatro de la Zarzuela de Madrid se estrenó hace 116 años El rey que rabió del compositor Ruperto Chapí (1851-1909). Esta obra cómica en tres actos vuelve al mismo escenario con libreto de Miguel Ramos Carrión y Vital Aza. Es un título que, desde su presentación, en la que hubo que repetir algunos de sus 19 números, gozó del favor del público y ha sido exhibido, de hecho, con cierta regularidad en éste y en otros coliseos de la geografía española.

El intermedio sinfónico del segundo acto y el coro de doctores del tercero se han hecho justamente famosos. Siempre es grato, sin duda, escuchar de nuevo la fragante y bien orquestada música del alicantino, aunque hubiéramos preferido -en general tendemos a ello- que se hubiera rescatado otra partitura menos tocada del autor para salirnos de una rutina en cierto modo impuesta de forma consuetudinaria.

No obstante, aceptemos la nueva reposición con la confianza de que para ella se van a poner los mejores medios del Teatro y se cuenta con los mimbres adecuados. Necesarios evidentemente, para levantar el delicado entramado ideado por Ruperto Chapí y sus libretistas en esta fábula, no exenta de ironía y de sabor crítico, en la que un rey consigue encontrar el amor durante sus incógnitas correrías.

El compositor, como bien expone Luis G. Iberni, supo aunar en la rica y variada partitura números de la más diversa condición, obteniendo un precipitado, en el que advertimos decididas y definidas influencias de las operetas francesa y vienesa, la inclusión de danzas características de esta última, como la polka y el vals, el flujo y la gracia melódica de los bufos italianos, y claras acotaciones derivadas de la música popular española.

Se emplea, como ya se hiciera, creemos, en la última puesta en escena de la obra en el mismo escenario, la edición crítica del ICCMU firmada por Tomás Marco. Y se cuenta también en este caso con un tenor para el papel principal, el del monarca. Aquí se lo reparten Jorge de León y Julio Morales, dos voces muy líricas y con posibilidades, que en ningún caso pueden dar el juego de una voz de soprano o mezzo, que era la opción preferida por Chapí. De hecho, la parte fue creada por la soprano Almerinda Soler di Franco, una llamada tiple grave.

El personaje de Rosa, que cantó Encarnación Fabra, estaba pensado para una tiple aguda, que en esta producción se lo reparten Eliana Bayón y Susana Cordón, dos voces frescas y jóvenes.

En el extenso elenco aparecen asimismo, conocidos y avezados intérpretes, como Luis álvarez, Fernando Latorre, Emilio Sánchez y Amelia Font. Luis Olmos, director del Teatro, es el regidor de una escena vestida por Juan Sanz y Miguel ángel Coso, e iluminada por Fernando Ayuste. Los figurines pertenecen a Pepe Corzo. En el foso, y frente a la Orquesta de la Comunidad de Madrid, se situará el experto Miguel Ortega.