Image: Carta blanca a un humanista

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Música

Carta blanca a un humanista

La OCNE ofrece dos sesiones sinfónicas dedicadas a Henri Dutilleux

3 mayo, 2007 02:00

En la serie "Carta blanca" de la Nacional, felizmente inaugurada hace tres años, se ha tenido hasta ahora como invitados a Hans Werner Henze y Georges Benjamin, dos músicos muy distintos y de diversas épocas. Esta temporada, le toca el turno a Henri Dutilleux, provecto creador francés nacido en Angers en 1916; un modelo intachable de independentismos, alérgico a las etiquetas y excluido voluntariamente de los serialismos integrales y de las visiones postwebernianas emanados de Darmstadt y centros similares.

La suya es, por tanto, una posición original, desde la que ha ido cultivando con cuidado un catálogo no muy generoso constituido en su mayor parte por obras sinfónicas en la línea estética de Ravel, Debussy y Poulenc, emparentada con Milhaud. En la refinada música de Dutilleux se aprecia un exquisito arte de la modulación y una enorme habilidad para establecer el transcurso del tempo psicológico. Todo ello, dentro de una libertad formal y envuelto en un acabado instrumental de altos vuelos, del que se derivan con frecuencia esporádicos rasgos de humor. Es un creador al que le gusta asumir ese tipo de riesgos que desembocan en ese otro concepto tan atractivo: el del juego.

Cada pasaje, cada nota y acento de una composición de Dutilleux parece estar colocado en su justo sitio. Pese a las numerosas alternativas, a la sucesión de atmósferas, expresivas de estados de ánimo, la producción del compositor posee una solidez y una arquitectura formidables. Su sinfonismo es abundante en sensaciones y en ecos humanistas derivados de esa suerte de clasicismo de orden y de organización formal guardadora de impensados latidos. Dutilleux ha sido siempre un compositor pausado, de largas elaboraciones, de trabajados muy desarrollados, de formas muy bien pensadas, de densas estructuras, que hace fluir al emplear un lenguaje personal fruto de profundas reflexiones y alejada de toda corriente impuesta.

No es probable que Dutilleux viaje a Madrid dada su avanzada edad. Pero aquí va a estar excelentemente representado por algunas de sus composiciones más importantes. Se han previsto dos sesiones sinfónicas, los días 4, 5 y 6, y el 11, 12 y 13 de mayo. En la primera, la OCNE, dirigida por Franck Ollu, interpretará dos de sus creaciones fundamentales: la ya clásica L'arbre des Songes de 1985 y Correspondences, estrenada en 2003, un misterioso poema para violín y orquesta, y una partitura enigmática con soprano, que canta textos variados de diversas procedencias.

Al final, el compositor nos deja un resumen de su pensamiento: "He querido terminar con un pianísimo que tiene casi un sentido filosófico, un pianísimo que tiende hacia el silencio, de donde viene y adonde va la música".

La Damoiselle élue de Debussy y La valse de Ravel completan el programa. El siguiente ofrece Mystère de l'instant y la ambiciosa Sinfonía nº 2, La Double, de 1959. En medio, el Concierto nº 2 de Liszt con Thibaudet. En el podio, Roberto Abbado, sobrino de don Claudio. Otras obras del músico serán interpretadas el 7 y el 11 de mayo, en sendos conciertos de cámara a cargo de la pianista Maria-Josèphe Jude y el Cuarteto Sine Nomine. Además, hay prevista una exposición, un documental y una conferencia de Maxime Joos para penetrar en la personalidad de esta gran figura de la música actual.