Image: Lírica a lo grande

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Música

Lírica a lo grande

Oviedo premia a los grandes triunfadores del pasado año

28 junio, 2007 02:00

David Menéndez en la gala de 2006. Foto: Carlos Gutiérrez

El Teatro Campoamor de Oviedo celebra el próximo sábado la gala de entrega de sus segundos premios líricos. Entre los distinguidos destacan Ainhoa Garmendia, Mirella Freni, Plácido Domingo, Matti Salminen y Zubin Mehta.

Pocas sorpresas brindan habitualmente convocatorias como ésta de los Premios Líricos del Teatro Campoamor de Oviedo. En la edición de este año, en la que han concurrido doscientas veinte candidaturas, excepto el premio al cantante revelación, que ha obtenido merecidamente Ainhoa Garmendia, que hizo, efectivamente, una muy bella Servilia en La clemenza di Tito del Liceo, casi todo nos suena a conocido y, en ciertos apartados, a sabido.

Esto no quiere decir que no estemos de acuerdo en que, por ejemplo, el premio a la dirección de escena se lo haya llevado el canadiense Robert Carsen por su desnuda, estilizada y hermosa producción de Los diálogos de carmelitas del Real, en la que no faltaron ciertas incongruencias. O en que un bajo como Matti Salminen haya sido elegido el mejor cantante masculino de ópera. Su recreación del rudo, pero noble Rocco en el Fidelio del Palau de les Arts fue modélica en medio de un reparto desigual. La cosa no nos parece tan clara en el caso de Zubin Mehta, a quien se ha designado mejor director precisamente por ese Fidelio, que realizó con tino y cuidado, pero a falta de mantener una más angustiosa tensión dramática.

Trabajos más meritorios. Ha habido en nuestra opinión otros trabajos más meritorios, por ejemplo, el del joven ruso Tugan Sujiev, que dirigió de forma espectacular, con el toque ácido exigido, El amor de las tres naranjas del Real. A lo mejor es que conviene repartir proporcionalmente todos los galardones...

Parece muy justa la asignación del destinado a la mejor nueva producción a The turno of the screw de Britten firmada por Tim Carroll para el Campoamor. Sin duda su originalidad la ha impulsado hacia lo más alto. El que se haya premiado a Fiorenza Cedolins nos parece bien. Se la ha reconocido por sus Cio-Cio San de Bilbao y del Liceo. Sincera concentración dramática -a partir de un instrumento que está lejos de tener este carácter- y depurado arte de canto la avalan.

En el ámbito de la zarzuela se ha escogido al barítono malagueño Carlos álvarez por su Vidal de Luisa Fernanda en Peralada y -creemos que aquí no procedía- por su intervención en la Gala del 150 aniversario del Teatro de la Zarzuela. No obstante, y aunque álvarez es, ante todo, un cantante de ópera, no se puede negar su aportación al género y que su voz posee notables calidades; más allá de determinadas dificultades emisoras.

Más discutible se nos antoja premiar al simpático cómico Millán Salcedo por su incorporación de Mochila en Los sobrinos del Capitán Grant. Hay que recordar que se trata de una parte de actor de cantado. Es decir, que no sólo ha de decir el verso, sino que ha de cantar. Y Salcedo, lo que se dice cantar, canta poco. Totalmente de acuerdo en ese socorrido "Premio especial a toda una carrera" a la gran Mirella Freni, una de las voces más hermosas y duraderas, y una cantante de rara naturalidad. Aunque no discutamos la justicia del que se le ha otorgado a Plácido Domingo, "por su significativa contribución al mundo de la lírica" en su concurso Operalia, creemos que, una vez más, ha primado aquí el nombre, el reclamo, el síndrome de los medios... Domingo ha sido premiado en nuestro país y en otros hasta la saciedad.

¿No hay otros certámenes líricos igualmente meritorios? Nuestro aplauso cerrado para ese Premio especial del jurado concedido en esta segunda edición a Radio Clásica de Radio Nacional de España, que de-sarrolla su benemérita labor desde hace varias décadas con escasos medios , pero mucho entusiasmo.