Música

De cálido timbre

Por Arturo Reverter

28 febrero, 2008 01:00

No hace mucho comentábamos la presencia en el Liceo del tenor mexicano Rolando Villazón. Allí llevó a cabo un recital en el que acometió la interpretación del ciclo Amor de poeta de Schumann. Evidentemente, no es en los pentagramas intimistas, envueltos en cálida y a veces desesperada poesía de este grupo de lieder, donde el artista se encuentra más a gusto, aunque puede defenderse, como músico que es, con dignidad; sino en aquéllos que traen y llevan en volandas, que anuncian a los cuatro vientos, los sentires, amores, padecimientos y alegrías emanados de las más célebres arias del repertorio romántico. Ahí Villazón, extrovertido, emotivo y apasionado, da lo mejor, aun a costa de que en ocasiones su emisión se vea afectada y su canto pierda episódicamente línea. Pero al aficionado lo que le engancha, aparte de escuchar las hermosas melodías de las óperas más famosas -que lo son precisamente por la calidad de su desarrollo-, es que vengan incrustadas en una voz de ancho lirismo y de amplio aliento, dotada de un timbre cálido, de una pasta carnosa, de un color vivo, de un metal penetrante. Villazón posee estas cualidades, como aquí hemos venido señalando, y las administra, más allá de periódicos desfallecimientos, con tino, con donosura, con vibrante virilidad, con desparpajo, sorteando hábilmente ciertos problemas de colocación, de emisión o de fonación.

Sus virtudes quedan plenamente contrastadas en el disco que el próximo martes va a presentar el sello Deutsche Grammophon en la sede de la Orquesta de la Comunidad de Madrid, un conjunto con el que el tenor grabó, bajo la dirección de su protector Plácido Domingo y para Virgin, un repertorio de zarzuela. En este caso, sobre los atriles, figuran conocidas romanzas operísticas enmarcadas en un periodo temporal que va del postbelcantismo de Donizetti o Mercadante al verismo dulce de Cilea, pasando por antecedentes como Ponchielli, Gomes o Boito, y por el eje de Giuseppe Verdi. Parte de ese repertorio estará en la garganta del cantante el 28 de abril en el Teatro de la Zarzuela de Madrid, donde se celebrará un concierto incluido en las festividades del Dos de mayo. Pero Villazón no para: interviene como actor -aunque en este caso con la voz de otro, cosa realmente rara- en una película sobre La Bohème de Puccini que está realizando en Viena el director Robert Dornhelm. A su lado, como casi no podría ser de otro modo, la soprano rusa Anna Netrebko.