Zubin Mehta. Foto: Kote Rodrigo

Para quienes no hayan oído hablar de ella, la Orquesta del Maggio Musicale Fiorentino fue la que ofició en las Termas de Caracalla el concierto de presentación de Los Tres Tenores. Dirigía Zubin Mehta, uno de los grandes impulsores de esta orquesta "de festival", que ahora sueña con ser sinfónica precisamente en manos de su maestro mumbayés. Es, según nos dicen, su manera de plantarle cara a la crisis ("especializarse es limitarse", sostiene el maestro) y dar a conocer con su presencia las lindezas de la 74ª edición del Maggio Musical Fiorentino, que arranca el próximo 28 de abril en el Teatro Comunale con una nueva producción de Aida a cargo de Frezan Ozpetek.



Para entonces, la Orquesta se habrá pateado Europa (Ginebra, Viena, Berlín...) con una gira que empieza esta tarde en el Auditorio Nacional de Música de Madrid, adonde Mehta acudió anoche de incógnito para comprobar el estado de la Filarmónica de Los Ángeles a las órdenes de Gustavo Dudamel, ‘The Dude', como lo conocen allí. Disfrutó de la Novena mahleriana mientras, fuera, cuajaban las fuentes de la capital. "Me gusta España por la calidad de sus salas. No conozco otro país en el que los edificios para la música sean tan sofisticados. Bueno, sí, Japón". Se corrige sobre la marcha porque, al parecer, el futuro de la música clásica pasa ineludiblemente por el público del continente asiático. "No en vano, la segunda parte de la gira, que arranca en noviembre, nos llevará por Tokio, Shanghái, Taipei, Mumbay...". Orquesta del Maggio recalará con La consagración de la primavera de Stravinsky en el Teatro Príncipe Felipe de Oviedo, el miércoles en el Auditorio de Zaragoza y el jueves, día 27, el Auditorio Miguel Delibes de Valladolid, concierto al que acudirá la Reina, tras presidir la apertura de la exposición La historia india en imágenes en la Casa de la India.



En Madrid, Mehta ha tenido ocasión de coincidir con Plácido Domingo. "Sabía que era su cumpleaños. Pero me he enterado por la prensa de que cumplía 70", ha bromeado durante la rueda de prensa organizada en el Instituto Italiano de Cultura. "Domingo es una prueba más de que en la música clásica no hay edad de jubilación". Lo dice a unas pocas semanas de celebrar sus 75 primaveras y en el mismo año en que se le homenajeará por el 50 aniversario de su debut en la Filarmónicas de Israel, Viena y Berlín.



A la insistencia de los periodistas sobre la posibilidad de un proyecto morteriano en Madrid, Mehta se ha escapado por la tangente de sus reivindicaciones presupuestarias para el Palau de les Arts de Valencia y ha insistido en la necesidad de una reforma fiscal de la cultura. Después de recordar las "flagrantes" diferencias de la temporada levantina con respecto al Teatro Real y el Liceo, ha sentenciado: "Yo sólo dirijo en Valencia. Quien quiera verme, que se coja un AVE. Una maravilla de cómodo. Y sólo 90 minutos…". Tic, tac.