Gustav Leonhardt.

El gran clavecinista y musicólogo abordará un programa variado, que incluye obras de Bach, en el Auditorio Nacional de Múisica de Madrid, el Teatro Victoria Eugenia de San Sebastián y el Auditorio Príncipe Felipe de Oviedo.

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  • Cada visita de Gustav Leonhardt (Graveland, 1928) a nuestro país debe ser considerada un acontecimiento. El clavecinista, organista, director y musicólogo holandés se ha instituido como una de las mentes y sensibilidades más preclaras del barroco, especialmente en lo tocante a la producción de Bach, a quien tan bien interpretó en la película Crónica de Ana Magdalena Bach (1967), de Jean-Marie Straub.



    De nuevo podemos abrir nuestros oídos para escuchar en este caso al instrumentista, que visita el Auditorio Nacional de Música de Madrid, el martes, para actuar en el ciclo del CNDM, el Teatro Victoria Eugenia de San Sebastián, un día después, y el Auditorio Príncipe Felipe de Oviedo, este jueves, dentro de las Jornadas de Piano 'Luis G. Iberni'. Va a desarrollar sobre el clave un programa muy amplio y variado, en el que se alternan obras de Correa de Arauxo, Bruna, Martín y Coll, Cabanilles y Blasco de Nebra con otras de compositores foráneos, como Sweelinck, Domenico Scarlatti, Pachelbel, Böhm y, naturalmente, Bach, sobre quien realizó hace años un estudio minucioso de El arte de la fuga que sigue vigente.



    Hablamos de un artista que parece poseer la verdad interpretativa en un repertorio en el que lo seguro e incontrovertible no existe. Su estilo se caracteriza por su austera concepción, su severidad, su angulosa exposición de acontecimientos sonoros, de una claridad y construcción esenciales. Lo que, sorprendentemente, no supone que sus recreaciones estén aquejadas de sequedad. Hay siempre en el fondo de su fraseo enteco y de su acentuación rectilínea un hálito singular que nos deja entrever zonas cálidas y expresivas de rara luminosidad.



    El gran Leonhardt es, a pesar de sus 82 años, un referente a considerar y a seguir, tanto en lo relativo al teclado del clave como al organístico; y por supuesto a su manejo de los timbres y los tiempos orquestales y vocales. Sus Cantatas de Bach en unión de Nikolaus Harnoncourt son insuperables; lo mismo que sus aproximaciones a las más diversas composiciones del siglo XVIII. Es por eso que sigue manteniendo contacto con las principales agrupaciones de instrumentos originales, de las que ha sido un constante inspirador, como La Petite Bande, The Orchestra of the Age of Enlightenment y Freiburger Barockorchester. Su triple actuación en España merece toda nuestra atención.