El Théâtre du Châtelet de París acogió La Chulapona de Gerardo Malla que se verá en mayo en Madrid. Foto: Jesús Alcántara.

Las producciones de zarzuela fuera de España se han duplicado en la última década. El INAEM ha tomado buena nota y ha nombrado director del Teatro de la Zarzuela a Paolo Pinamonti, que llega a Madrid para un proyecto "expansionista". Con más giras y coproducciones y la creación de un Centro de Interpretación, quiere reconciliar al género con los grandes teatros del mundo.

  • Canal Spotify de El Cultural: escuche la música de este artículo
  • ¿Qué tienen en común la calle Jovellanos de Madrid, la Séptima Avenida de Nueva York y la rue Edouard Colonne de París? Aparentemente nada, aunque si nos fijamos en los títulos que se anuncian en las marquesinas de sus teatros llegamos a una misma conclusión: la zarzuela está viva, alive, vivante. Significa que la Gran Vía que hace esquina con Chueca ahora linda también con el Théâtre du Châtelet de París, la Volksoper de Viena, el Teatro Thalia de Ámsterdam, el Avenida de Buenos Aires, el Carnegie Hall de Nueva York o el Jarvis Conservatory de Napa, en California, donde se programan desde hace años producciones bilingües que se editan después en DVD. Zarzuela para principiantes, lo llaman.



    Prueba de esta tendencia expansionista del género es también el perfil del nuevo director del Teatro de la Zarzuela designado hace unas semanas por el Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música. Tiene pasaporte italiano y experiencia en La Fenice de Venecia, el Teatro Nacional São Carlos de Lisboa y el Festival Mozart de La Coruña. No es ningún secreto lo que se propone Félix Palomero, director del INAEM, con el fichaje de Paolo Pinamonti (Venecia, 1958) para los próximos cinco ejercicios. "Queremos dar el impulso definitivo al teatro lírico español dentro y fuera de España", anunciaba en la rueda de prensa de presentación. Allí estaba su antecesor Luis Olmos, que abandonará el cargo dentro de unos días tras siete años manteniendo los índices de ocupación al 96%. Lo hará entre bambalinas, como responsable del nuevo montaje de El trust de los tenorios/El puñao de rosas que se estrena el 6 de octubre.



    No es casualidad el título elegido para inaugurar la temporada y anunciar la era Pinamonti. El trust de los tenorios, un libreto de Carlos Arniches con música de José Serrano, transcurre entre Madrid, París, Venecia y la India de principios del siglo pasado, precisamente cuando el género se reinventaba en las nuevas fórmulas de la revista y las variedades. "Había que captar nuevos públicos y sobrevivir al gran repertorio operístico", explica Luis Olmos.



    Más con menos

    Es la primera vez que el INAEM lleva a cabo un proceso abierto para la selección del director del Teatro de la Zarzuela. De los 27 proyectos presentados por directores de escena, músicos y gestores, el Consejo Artístico de la Música del Ministerio de Cultura se decidió por una de las tres candidaturas extranjeras. Pinamonti no domina aún el castellano, pero conoce a fondo el repertorio español. "Al proyecto presentado hay que sumarle", explicaba Palomero, "su contrastada capacidad de gestión artística en distintas y prestigiosas instituciones internacionales". Y restarle el 36% de recorte presupuestario previsto para las dos próximas temporadas.



    Hasta 2012 no sabremos en qué títulos y propuestas se materializará el cambio, pero sí que estará enfocado a resolver una estimulante paradoja: "La de un espectáculo lírico que, al tiempo que preservaba y defendía sus propias características de las influencias externas, metabolizaba las influencias de otros géneros escénico-musicales", cuenta Pinamonti a El Cultural. Su primer objetivo será la recuperación y ampliación del repertorio (cuyo catálogo supera los 11.000 títulos) y la difusión nacional e internacional del patrimonio con giras por Europa e Iberoamérica. "Por su carácter castizo, propio y único, siempre ligado a elementos costumbristas y regionales, la zarzuela debe ahora salir de su aislamiento y establecer un diálogo serio a nivel mundial con el resto de géneros musicales". La clave estará en las coproducciones internacionales. "Una muy bien pensada elección de títulos líricos españoles, desde el tardobarroco hasta las óperas románticas o los títulos de la nueva música del siglo XX, puede encontrar la interesada colaboración de teatros líricos o festivales extranjeros, como también despertar la curiosidad de directores de escena que puedan traer nuevas perspectivas interpretativas". Con la misma idea trabajará para aumentar las colaboraciones con el Ballet Nacional de España y la Compañía Nacional de Danza, "fuentes inagotables de inspiración".



    Pero sin duda el capítulo más ambicioso del proyecto será la creación de un Centro de Interpretación de la Zarzuela, donde se formará a las nuevas generaciones de artistas. "Pienso en una joven compañía abierta a profesionales de otros países para nutrir de voces la temporada pero también para ayudar a difundir el género en otros países de nuestro entorno cultural". El momento no puede ser más oportuno. En los últimos diez años, el número de producciones de zarzuela en el extranjero se ha duplicado, según los datos del Centro de Documentación y Archivo de la SGAE que dirige Mariluz González Peña. Su objetivo es revitalizar el patrimonio musical español. Y lo están consiguiendo. Hasta tal punto que, de todas las zarzuelas que se interpretan en el mundo, el 95% sale de los estudios críticos del centro, que elabora el musicólogo Emilio Casares con su equipo del Instituto Complutense de Ciencias Musicales de Madrid.



    Musicología aplicada

    Desde 1989, el ICCMU ha recuperado más de 1.500 obras, desde Jugar con fuego de Barbieri hasta la versión de I due Figaro de Mercadante que Riccardo Muti dirigió en Salzburgo y llevará al Teatro Real en diciembre. Es evidente que existe una relación directa entre la divulgación de la zarzuela fuera de España y la aparición de nuevas ediciones y materiales musicales. "Muchas joyas del repertorio llegan a nuestras manos como ediciones antiquísimas, manuscritos de canto/piano o partituras sin orquestar y con la tinta deshecha", explica Casares. "Así es imposible que alguien se interese por ellas. Hace falta una labor musicológica y un análisis profundo que garanticen la correcta praxis de las obras en nuestro tiempo". Lo que Pinamonti llama "musicología aplicada", y que consiste en "facilitar el cruce de estas investigaciones con la creación artística de vanguardia".



    Esa conjugación de rigor musicológico y renovación estilística explica el éxito en los últimos años de La del manojo de rosas en el Teatro de la Ópera de Roma, La Generala en el Châtelet parisino, Luisa Fernanda en La Scala de Milán y las Óperas de Los Ángeles y Washington o El gato montés en el Bunka Kaikan de Tokio. Todas llevan el sello de Emilio Sagi, punta de lanza de una generación de directores de escena (José Luis Alonso, Adolfo Marsillach, Lluís Pasqual, José Tamayo, Miguel Narros, Alfredo Arias, Gerardo Malla, Calixto Bieito, José Carlos Plaza, Luis Olmos...) decididos a modernizar el tantas veces denostado género chico. "De la misma manera que la gente ya no muele café, sino que tiene una Nespresso en casa, los libretos tiene que ser adaptados a la mentalidad de nuestro tiempo, sin complejidades ni complejos", sostiene Sagi, que el 10 de noviembre llevará su montaje de Luisa Fernanda a la Gran Ópera de Florida en Miami. Así se anuncia en Zarzuela.net, una web que se dedica a iniciar en el teatro lírico español a personas ajenas al mundo hispano."Por fin los promotores y gestores de Estados Unidos y Europa se están dando cuenta de su enorme potencial", nos explica Ignacio Jassa Haro, uno de sus editores. No sólo ha igualado en prestigio a las operetas francesa y vienesa, sino que grandes divos, como Rolando Villazón, Erwin Schrott, Juan Diego Flórez, Elina Garanca o Anna Netrebko, se han animado a grabar romanzas animados por Plácido Domingo y Jesús López Cobos.



    Fuera sobretítulos

    En torno a las temporadas estables de Madrid, Bilbao, Oviedo, Jerez, Las Palmas y Tenerife proliferan ahora los programas de zarzuela en San Sebastián, La Coruña, Valladolid, Palma de Mallorca y Sevilla. El Liceo de Barcelona y el Palau de les Arts de Valencia prescinden cada vez más de los "sobretítulos" por la misma razón que en el Teatro Real Gerard Mortier prepara una zarzuela con el coreógrafo norteamericano Mark Morris y ha encargado a Casares las ediciones críticas de Maruxa de Vives, Curro Vargas de Chapí y Catalina de Gaztambide. Le cuesta entender a Mortier que Doña Francisquita y Luisa Fernanda se estrenaran casi al mismo tiempo que Wozzeck y Mahagonny. "Por eso de lo que se trata ahora", asevera Pinamonti, "es de ofrecer a los nuevos valores del teatro español la oportunidad de enfrentarse a la gran tradición de la zarzuela y crear un diálogo entre tradición y contemporaneidad".



    Las caras de la temporada

    El Teatro Campoamor de Oviedo romperá el hielo en febrero con el doble programa El estreno de una artista de Joaquín Gaztambide y Gloria y Peluca, la primera obra lírica de Francisco Asenjo Barbieri. Gestionando el foso de la Oviedo Filarmonía estará el joven José Miguel Pérez-Sierra, que viene de triunfar en el Festival Rossini de Pésaro.

    El Palacio de la Ópera de La Coruña ofrecerá a final de la temporada Cádiz, de Federico Chueca y Joaquín Valverde sobre un texto de Javier de Burgos, estrenada en el Apolo en 1886. Se trata de una zarzuela con mayúsculas que en los últimos años ha encontrado su hueco en el cartellone. Víctor Pablo Pérez la dirige en versión de concierto junto a la Orquesta Sinfónica de Galicia y las voces principales de Vicente Ombuena, Ana Ibarra, Emilio Sánchez y Carlos Bergasa.

    En diciembre, el Baluarte de Pamplona acoge otra rareza: El dominó azul, primera obra de Emilio Arrieta dentro del género. Con un enredo cortesano de fondo, el músico despliega su fácil melodismo italianizante. Cristóbal Soler dirigirá en una versión de concierto al Orfeón Pamplonés y a la Sinfónica de Navarra. Están convocados Sabina Puértolas, Lorena Valero, José Luis Sola, César San Martín e Iñaki Fresán.

    El Teatro Arriaga de Bilbao prepara para junio Entre Sevilla y Triana de Pablo Sorozábal, que desde su estreno en 1950 en el Price de Madrid no se había vuelto a representar. De la escena de este sainete, que cuenta las penas de amor de una joven, se ocupará Curro Carreres. En el foso, Manuel Coves. No podemos perdernos la actuación del joven tenor vasco Andeka Gorrotxategi. A. Reverter