Música

Más cuerda para el Quiroga

El cuarteto español inaugura el Liceo de Cámara

14 octubre, 2011 02:00

Los miembros del Cuarteto Quiroga. Foto: Josep Molina.

Los músicos del Quiroga, nuevo cuarteto de moda de la cantera de la Escuela Reina Sofía, inauguran el jueves el ciclo Liceo de Cámara del Auditorio Nacional y presentan su primer disco, Statements, dedicado a Haydn, Webern y Sollima.

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  • Arranca este jueves el ciclo Liceo de Cámara de la Fundación Caja Madrid con un concierto del ascendente Cuarteto Quiroga. Salidos de la cantera de la Escuela Superior de Música Reina Sofía de Madrid, Cibrán Sierra (Orense, 1979), Aitor Hevia (Oviedo, 1978), Helena Poggio (Madrid, 1978) y Dénes Ludmány (Bonyhad, Hungría, 1980) han conseguido hacerse un hueco en el circuito mundial de la música de cámara. "En el origen del Quiroga está la amistad, el respeto, la admiración, la pasión y el ansia por aprender y evolucionar", cuenta a El Cultural Cibrán Sierra, fundador, junto a Aitor Hevia, del cuarteto. Recuerda que en 2003 lo dejaron todo para empezar de cero en Madrid. Rainer Schmidt y Walter Levin, profesores del Cuarteto Casals en sus inicios, se ocuparon de su formación. "Nos enseñaron a colocarnos por detrás de la partitura y a no infringir nunca el sentido democrático de la experiencia musical". Con esa filosofía por bandera, ganaron varios concursos en Burdeos, Pekín, Génova y París y se hicieron en 2007 con la Medalla de Oro del Primer Palau de Barcelona. Pronto el apellido del gran violinista y compositor gallego empezó a sonar en las salas de todo el mundo: Wigmore Hall de Londres, Philharmonie de Berlín, Frick Collection de Nueva York, Gonfallone de Roma, Frühling de Heidelberg... "Casi fue un empeño personal vincular el nombre del grupo a Manuel Quiroga, al que mi abuelo conoció personalmente en Pontevedra y con cuya memoria musical estamos todos en deuda".

    Ahora son ellos los que dan lecciones como profesores del Curso Internacional de Música de Llanes y responsables de la Cátedra de Cuarteto de Cuerda del Conservatorio Superior de Música de Aragón. "Más allá de cuestiones técnicas o virtuosísticas, la clave del éxito de un grupo de cámara es directamente proporcional a la capacidad de sus miembros de compartir experiencias, emociones y conocimientos. El cuarteto es un diálogo constante entre las partes. Consiste en escuchar primero y hablar después".

    El concierto del jueves en la Sala de Cámara es el primero de un ciclo, Opus Ultimum, diseñado por el musicólogo Luis Gago, en torno a la idea de la muerte que se avecina en las obras postreras. Abrirán con la versión de Peter Lichtenthal del Réquiem de Mozart. "Teniendo en cuenta que cuatro instrumentos sintetizan la música que Mozart había concebido para cien personas, entre solistas e intérpretes, debemos considerarlo un viaje a las esencias, en el que tratamos de convertir una gran masa orquestal en un intenso y elocuente poema musical". Seguirán con el coral final de El arte de la fuga de Bach, que servirá de bisagra al Cuarteto n° 15 de Shostakóvich, una obra devastadora, que debe ser interpretada "para que las moscas caigan muertas al suelo y que provoque que la audiencia vaya abandonando la sala de puro tedio", según las indicaciones que dejó el propio compositor. "Fue el último cuarteto de Shostakóvich", prosigue el violinista gallego. "Más que de la muerte, nos habla de la nada, de la ausencia de movimiento, de lo que no acontece. Es revolucionaria, turbadora y muy exigente, tanto para los intérpretes como para el público".

    Unos días antes, el lunes, Cibrán, Aitor, Helena y Dénes presentarán en su sede de la Fundación Museo Cerralbo de Madrid su primer trabajo discográfico, que se titula Statements (Cobra Records) porque contiene (y es) una declaración de intenciones. Dedicado a Haydn (Op. 20 n° 2), Webern (Langsamer Satz y Fünf Sätze für Streichquartett Op. 5) y Giovanni Sollima (Sonnets et Rondeaux), el disco explora en las necesidades estéticas que, a través de la escritura para cuarteto, han desencadenado algunos de los grandes paradigmas de la música. El Quiroga funciona en el álbum como un 4x4, un todoterreno con el que tres compositores alejados en el tiempo y el espacio salvan baches, escalan peligrosas pendientes y conquistan finalmente nuevos territorios de expresión. "Desde el siglo XVIII, el cuarteto ha sido la principal vía de expresión de los compositores que buscaban dar solución a problemas lingüísticos, estéticos, sonoros y filosóficos". Pero, más allá de la quintaesencia haydniana o de la retórica serialista, el Quiroga busca el contacto con la creación más actual. "Queremos ser el ring donde los compositores de hoy puedan poner la música contra las cuerdas".