Moraíto, durante una actuación. Foto: Ana Palma.

El 14 y 15 de diciembre Paco de Lucía, José Mercé, Tomatito, Diego Carrasco, Marina Heredia, Miguel Poveda, Carmen Linares y Diego el Cigala, entre otros grandes nombres del flamenco, recordarán en el Teatro Coliseum de Madrid al genial guitarrista, fallecido el pasado 10 de agosto.

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  • Manuel Moreno Junquera, Moraíto, procedía de una ilustre familia de músicos gitanos asentados en el jerezano barrio de Santiago desde tiempo inmemorial. Su padre, Juan Morao, y sobre todo su tío, Manuel Morao, prestigiosos guitarristas, establecieron las bases estéticas y estilísticas de lo que hoy se ha dado en llamar el modo o aire de Jerez, una forma de tocar y un sonido originales, de rotunda fuerza expresiva. Siguiendo el sistema de transferencias que ha marcado la tradición hasta hace poco, Moraíto recibió una riquísima herencia, avalada en mayor medida por la reputación de sus antecesores. Además de solista magistral, Moraíto acompañó a Carmen Linares, Miguel Poveda, Esperanza Fernández, El Pele y a los más acreditados cantaores de su tierra, especialmente a José Mercé, constituyendo una de las parejas artísticas de más éxito en los últimos tiempos, tanto fuera como dentro de nuestro país. "No he perdido a un compañero y a mi guitarrista de siempre, sino a un amigo del alma", declaró Mercé el pasado 11de agosto cuando Moraíto, que falleció con 54 años, recibía sepultura en su ciudad natal, Jerez de la Frontera.



    Moraíto tenía conciencia plena de haber recogido un patrimonio de poderosa entidad. Persona inteligente, sensible y de fina perspicacia -también de extremada responsabilidad- había asumido ese legado como si se tratase de un privilegio ineludible, pero también de un punto de arranque en el que, sin perder la relación con los orígenes, construir libremente su obra, proyectándola hacia el futuro en un ejercicio de evolución creativa. Espacios melódicos sugestivos, sorpresivas falsetas y tonalidades de chispeante invención han inundado la guitarra profunda de Moraíto, sin retóricas postizas ni maniobras superfluas. Dueño de un lenguaje exclusivo, de identificables matices y personalidad categórica, fue un compositor e intérprete distinto y moderno, de este tiempo, aunque sin sucumbir a los totalitarismos de la moda ni a las imposiciones de los fugaces destellos.



    Ahora sus compañeros de profesión le tributan un cálido homenaje, los días 14 y 15 de diciembre, en el madrileño Teatro Coliseum. Dos conciertos extraordinarios en los que están anunciados, entre otros, Paco de Lucía, Manolo Sanlúcar, José Mercé, Tomatito, Diego Carrasco, Marina Heredia, Vicente Soto, Gerardo Núñez, Manuel Molina, El Torta, Miguel Poveda, Pitingo o Arcángel. Un acontecimiento único, de dimensión histórica -es la primera vez que Paco de Lucía se brinda para tocar en un acto de esta naturaleza- en cuya presentación Carmen Linares y Diego el Cigala, que también van a participar, declararon que "nunca el flamenco reunió a tantas figuras para recordar un mismo nombre". Una afirmación en la que todos coinciden. Para Manolo Sanlúcar, el guitarrista homenajeado "es heredero de una gran escuela y ha sabido transmitir a su hijo Diego ese estilo inconfundible de los Morao". "Fue noble, auténtico y generoso", contaba Linares a El Cultural. Y, en opinión de Diego Carrasco, la guitarra de Moraíto "era la más gitana del mundo".