Image: El músico que enseñaba a aprender

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Música

El músico que enseñaba a aprender

Manuel Martínez Burgos es el ganador del III Concurso Internacional de Composición de la Fundación BBVA, actividad que alterna con sus clases de armonía en el Conservatorio Superior de Música de Madrid

21 febrero, 2012 01:00

Manuel Martínez Burgos.

Hace once años que Manuel Martínez Burgos (Madrid, 1970) es profesor del Conservatorio Superior de Música de Madrid. El pasado 11 de febrero era sábado y no tenía clase, pero sus alumnos de armonía aprendieron una valiosa lección cuando, por la tarde, el jurado del Concurso Internacional de Composición Auditorio Nacional-Fundación BBVA celebrado en Madrid dio a conocer los ganadores de su tercera edición. Sus dos obras finalistas, Before Silence y Activations, para violonchelo y orquesta, se hacían con el primer y tercer premio (dotados con 30.000 y 8.000 euros respectivamente) de entre las 147 partituras presentadas al prestigioso certamen. Ambas piezas, junto a las otras dos finalistas del ruso Vsevolod Polonsky y el colombiano Juan Camilo Hernández-Sánchez, se editarán en un cedé con el registro del concierto en directo, interpretado por la Orquesta Nacional de España bajo la dirección de Jordi Bernàcer. "Cuando compongo una obra intento que simpatice conmigo mismo", cuenta a El Cultural el musicólogo y también vicedirector del Conservatorio capitalino. "Por eso trato de fomentar entre mis alumnos la adquisición de una vía propia de expresión". Before Silence es una obra reflexiva y sintética de su producción, que recoge todo lo aprendido en las anteriores piezas del catálogo. "Si algo he aprendido de mis grandes maestros es que el aprendizaje es algo constante, que se ejerce a cualquier edad, con respeto y sin prejuicios".

Pregunta.- ¿Cómo se ve el Premio después de haberlo ganado?
Respuesta.- La mayor sorpresa para mí fue cuando descubrí que las dos obras que había enviado a la edición de este año habían sido seleccionadas como finalistas. Ya es difícil llegar a la final con una obra en un concurso de estas características, y mucho más con dos. Todavía no he tenido tiempo de asimilar los dos premios, pero estoy muy contento.

P.- ¿Qué diría que ha valorado el jurado de cada una de las obras?
R.- Si quiere que le diga la verdad, no lo sé. No tuve la oportunidad de hablar en profundidad con ellos tras el concierto. Comentamos anécdotas durante la recepción posterior, aunque no hubo tiempo para mucho más.

P.- José Ramón Encinar destacó que "Before Silence es una obra muy bien pensada y muy clara formalmente". ¿Cree que los compositores contemporáneos adolecen de esa falta de claridad, de transferencia, de sencillez?
R.- La claridad formal permite que el contenido del discurso musical sea más complejo. Lo sabían muy bien los compositores de la Moderna Escuela de Viena. La comunicación humana es algo curioso. Su evolución es uno de los temas en los que he estado investigado en los últimos años y de cuyo fruto han salido varias obras, entre ellas Sibilus, ganadora del Isang Yun en 2009, y Signals, una de las premiadas por este certamen de la Fundación BBVA en la edición del pasado año. Cuando compongo intento estar satisfecho con la idea o el conjunto de ideas que me motivó a realizarla, aunque no siempre coincide mi percepción con la de mi entorno.

P.- ¿Cree que queda vanguardia por descubrir?
R.- Al ser humano siempre le han interesado los mismos temas, desde que empezó a tener conciencia de lo que es. En cada etapa de la historia el progreso musical estuvo vinculado a un lenguaje técnico-compositivo asociado a un paradigma estético determinado. La cosa fue más o menos igual en el siglo XX, con la diferencia de que hubo más paradigmas unidos a diferentes estéticas, pero el binomio lenguaje-estética seguía siendo indisoluble. Creo que esto está casi obsoleto en la actualidad. La música no debe ser esclava de un lenguaje para que tenga coherencia sino que los lenguajes -en plural- deben serlo de la música.

P.- La mayoría de sus colegas de profesión se prodigan en concursos, pero no todos lo hacen con la misma convicción. ¿Hasta qué punto el circuito de la música contemporánea está corrupto?
R.- Creo que es muy difícil, en la actualidad, vivir exclusivamente no sólo de la composición sino de la música en general. Pero está claro que tiempos pasados no fueron mejores. Debemos agradecer iniciativas como la de la Fundación BBVA y otras instituciones que hacen posible la difusión de nuestra música, no solamente en nuestro país sino en el mundo. España puede considerarse pionera en este sentido.

P.- Detrás de toda creación hay una historia. ¿Cuál fue el punto de partida, el big bang, de Before Silence?
R.- Generalmente antes de componer suelo investigar de forma exhaustiva sobre un tema que me interesa, y a partir de él elaboro una o varias obras. La idea de Before Silence comenzó a fraguarse casi desde mi niñez. La finalicé en septiembre de 2011 en La Coruña, ciudad con la que mantengo un especial vínculo afectivo.

P.- ¿Tuvo ocasión de escuchar la obra antes de que la interpretara la Orquesta Nacional?
R.- Intento no escuchar las obras, en la medida de lo posible, en los programas informáticos para ejercitar la audición interna. Aunque es más difícil en un primer momento, me ayuda a componer mejor después. Los ensayos son importantes porque permiten perfilar detalles de la partitura con el director y la orquesta.

P.- ¿A qué hace alusión ese momento "anterior al silencio" de Before Silence? ¿Hasta qué punto el silencio, la ausencia de sonido, tiene relevancia en su música?
R.- Silencio y sonido son las dos caras de una misma moneda. No puede existir el uno sin el otro. Si me lo permite me gustaría que fuera el oyente quien interprete el significado de mi obra.

P.- Si no es indiscreción, ¿sabe ya en qué se gastará los 38.000 euros?
R.- Justo después del premio tuve que irme a casa a preparar particellas para mi siguiente obra, así es que no he tenido mucho tiempo de pensarlo. Me gustaría volver a la voz en un contexto orquestal y también continuar con un segundo concierto para solista. Todo se andará...