The Bad Plus.

El trío de Minneapolis arranca esta noche una gira española que les llevará por Madrid, Oviedo, Valladolid y Santiago de Compostela con los temas de su nuevo trabajo, 'Never Stop', en el que renuncian por primera vez a las versiones.

Hace años que el New York Times y la Rolling Stone bendijeron a The Bad Plus como un grupo-puente capaz de conciliar la sensibilidad post-bob de los sesenta con las efervescencias indies del nuevo milenio. Desde la fundación de la banda en el año 2000, Ethan Iverson (piano), Reid Anderson (bajo) y Dave King (batería) vienen practicando un jazz de vanguardia que se nutre de las influencias del pop y el rock en un espectro que abarca desde la música clásica a la electrónica. En sus seis primeros trabajos (Motel, These Are the Vistas, Give, Suspicious Activity?, Prog y For All I Care) los de Minneapolis demostraron su capacidad para asimilar en un mismo estilo temas de Nirvana (esa maravillosa carta de presentación que fue Smells Like Teen Spirit), Blondie, Pink Floyd, Ornette Coleman, David Bowie o sus queridísimos y admirados Pixies. Ahora, con Never Stop (Do The Mat/ Universal), su último disco, recurren a su propio arsenal compositivo para alumbrar diez temas propios, que presentan esta noche en el Teatro Lara de Madrid. El electrizante crescendo de Never Stop es la prueba de que The Bad Plus "sigue teniendo cosas que contar", dice Dave King.



Pregunta.- Hablamos de la primera grabación 100% original de la banda. ¿Tenían necesidad de reivindicar su capacidad compositiva?

Respuesta.- No sé si tanto como reivindicar, pero está claro que nos apetecía equilibrar de alguna manera la balanza. De hecho, nuestro próximo disco, que saldrá en septiembre, contiene música original de principio a fin. No se trata, en cualquier caso, de un cambio de rumbo. Venimos ofreciendo temas propios desde nuestros comienzos. Never Stop forma parte de una evolución natural dentro de nuestro estilo.



P.- Todos los discos tienen una historia. ¿Cuál es la de Never Stop?

R.- Podríamos hablar de una serie de experiencias que nos han marcado individual y colectivamente, y casi todas tienen que ver con un espacio y un tiempo concretos en los estudios de Pachyderm, en Minneapolis, donde hemos grabado muchos de nuestros trabajos. Pero, a diferencia de otras veces, con Never Stop hemos sido más tradicionales, más artesanos, en el sentido de colocar la batería y el bajo en la misma habitación que el piano. Queríamos grabar en condiciones similares a las de un escenario. Sin cascos, sin cables por la habitación. Sólo la mirada cercana de los tres. Y el aliento de nuestra propia música. Never Stop es un disco de miradas.







P.- Los tres son compositores. ¿Cómo se reparten el espacio creativo?

R.- Digamos que no hay líder en The Bad Plus. Componemos cada uno por separado, en solitario. El piano sirve de base para desarrollar nuestras ideas, pero no de una manera jerárquica. De alguna manera todos somos profesores y alumnos de todos. Desde la primera vez que toqué con Reid Anderson en 1989 aplicamos este método de trabajo...



P.- Porque, lejos de la idea tradicional del piano trio, ustedes aspiran a un sonido mucho más democrático...

R.- Exacto. Siempre nos hemos considerado un trío de piano-batería-bajo. Al margen de cualquier tipo de academicismo, The Bad Plus persigue un sonido natural, espontáneo y, por momentos, muy improvisado. Más que frases hechas, lucimientos a solo y oportunas reflexiones sobre estándares de jazz lo que buscamos es un diálogo abierto, fresco y dinámico.



P.- Han versionado a Nirvana, a Ornette Coleman, a Pink Floyd y hasta un tema de la banda sonora de Chariots of Fire. ¿Obedecen algún tipo de pauta a la hora de abastecer su catálogo de versiones?

R.- En absoluto. Nos limitamos a colocar la oreja en la vía del tren y escuchar sonidos que vienen de muy lejos pero que han de seguir, por los mismos raíles, avanzando hacia adelante. Creo muchos profesionales del jazz están instalados en una idea nostálgica y algo trasnochada de la música. Quieren invocar tiempos remotos, pero sin arriesgar, sin aportar.



P.- ¿Cuál diría que es la música de nuestro tiempo?

R.- Creo que es la primera vez en la historia que no existe un tipo de música sino un verdadero torrente ininterrumpido de propuestas y estilos de todo tipo. Claro que hay nuevos caminos que investigar, pero necesitaríamos varias vidas para escuchar los discos que se graban cada día... La música ya no se conjuga en primera persona del singular. Es algo plural e inabarcable. Nuestra generación es muy afortunada en ese sentido. No recurrimos a una fuente, sino que nos dejamos influir por todo tipo de corrientes. Sé que las etiquetas eran necesarias durante un tiempo para encontrar los discos en las tiendas. Pero ahora no tiene sentido meter cosas diferentes en un mismo saco.







P.- ¿Le gusta que digan de su música que es "vanguardia popular"?

R.- Me encanta. Significa que además de concepto tenemos gente, que además de contenido contamos con un continente, que aspiramos a una idea pero también a una experiencia espontánea sobre el escenario. El jazz anda sobrado de rituales, de solemnidad. Nosotros no queremos que la gente nos escuche en silencio con los brazos cruzados. Buscamos un sonido de banda, queremos que la gente baile y salte frente a nosotros como en los conciertos de los Pixies.



P.- ¿Son tan diferentes en la vida real como sobre el escenario?

R.- La respuesta es sí. No sabría decir en qué, pero nuestra química es distinta, aunque compatible. Nos conocemos desde hace mucho tiempo, hemos alcanzado un nivel altísimo de intimidad. Hasta el punto de que cuando componemos no pensamos en un piado, un bajo y una batería, sino en Ethan, Reid y Dave, en el sonido que caracteriza The Bad Plus.



P.- Por cierto, ¿de dónde viene el nombre de la banda?

R.- Se me ocurrió a mí, no sé cómo. En realidad no significa nada, sólo sé que es fácil de recordar. Suena bien, pero puede que sea una contradicción, no lo tengo claro. Me gusta su capacidad para desconcertarme... 12 años después (Risas).



P.- ¿Qué le parece que uso magistral que hace Jonás Trueba de su tema Silence is the Question en el sobrecogedor desenlace de Todas las canciones hablan de mí?

R.- Estoy deseando llegar a Madrid para poder comprarla. Todo el mundo dice que es una maravilla...



Fechas de la gira

Madrid (10 de mayo), Teatro Lara de Madrid

Oviedo (11 de mayo), Centro Cultural Internacional Oscar Niemeyer Avilés

Valladolid (12 de mayo), Centro Cultural Miguel Delibes

Santiago de Compostela (13 de mayo), Auditorio de Galicia