Arcángel con los músicos de la Accademia del Piacere. Foto: Ortiz-Tribaldos.
La Accademia del Piacere de Fahmi Alqhai y el cantaor Arcángel buscan las raíces comunes de la música barroca y del flamenco en los ritmos y melodías de la colonización española de América. Para celebrar el éxito del disco Las idas y las vueltas visitarán el Festival de Segovia.
Las idas y las vueltas es un trabajo revelador y revolucionario, que se suma a los esfuerzos de otros grupos especialistas (L'Arpeggiata, Orphénica Lyra, Hespèrion XXI, Al Ayre Español, More Hispano, Mudéjar, La Hispanoflamenca...) por esclarecer los orígenes del flamenco. "¿La India?, ¿Grecia?", propone Rahmi . "Nosotros pensamos que no hay que irse tan lejos. El flamenco nace en Andalucía, en el seno de la música del siglo XVI, a la que hoy llamamos clásica". Así lo de- muestran varios estudios de diferentes investigadores, que consideran que buena parte de la polifonía europea de los siglos XVI y XVII está inspirada en los exóticos ritmos, melodías y cadencias de las "músicas del sur".
Sin embargo, los hermanos Alqhai y Arcángel no se conforman con una "lectura doctoral" y proponen un "viaje de los sentidos" a través del tiempo y del espacio. "Un buen día, el potaje cultural de influencias árabes, cristianas y judías cruza el charco y entra en contacto con el Nuevo Mundo, que se convierte en un encuentro de civilizaciones europeas, americanas y africanas", explica Fahmi. "La colonización española de América sirvió para introducir en España la patata, el tabaco y, por supuesto, nuevas recetas y fórmulas musicales".
Entre los grupos españoles dedicados al repertorio antiguo que han surgido en los últimos años a rebufo de la revolución historicista de Jordi Savall, la Accademia del Piacere es una singularidad. Lo es por su carácter más experimental y también porque los hermanos Alqhai se iniciaron en la música como miembros fundadores de una banda de heavy metal. Ignoraban por entonces que su ingreso en el conservatorio -"para entender la sintaxis de la música"- les abriría las puertas a una nueva sonoridad. "Pregunté al jefe de estudios si podía matricularme en guitarra eléctrica -recuerda Rahmi- y me contestó que en su centro no se estudia nada que tuviera que enchufarse". A falta de sintetizadores en los planes de estudio, optaron por la viola de gamba, "un instrumento mucho más cercano a la guitarra clásica que al violín", lo que les permitió seguir recreándose con los himnos de Iron Maiden y de Scorpions y trabajando como una auténtica garage band. "Al final aprendes que música sólo hay una", sostiene Rahmi, "y es la que se hace desde las entrañas, la que tiene espíritu". A lo que Fahmi añade: "Por eso nos hace tanta gracia cuando la gente habla de la fusión como fenómeno. ¡La música siempre ha sido fusión! La única y verdadera novedad son las etiquetas. El flamenco, el jazz o la música clásica son un invento moderno. ¿Acaso cuando Bach compuso su Passacaglia para violín era consciente de los límites de su estilo?".
Algunos de los temas del disco tienen autor reconocido (el compositor flamenco Heinrich Isaac, el vihuelista granadino del siglo XVI Luis de Narváez o el mexicano Juan García de Zéspedes) aunque el 80% del material que suena es cosecha del propio Fahmi, que se ha esmerado como compositor y arreglista. "Hemos encontrado más cosas en común de lo que pensábamos. La idea no era invocar un sonido, por otra parte irrecuperable, sino tratar de imaginar el intercambio musical que se produjo entre el golfo de Guinea, el Caribe y Triana".
El resultado es un disco-DVD (sello Alqhai & Alqhai) pero también un espectáculo poderoso que llevan girando varios meses. Tras su paso por el Festival Via Stellae, visitarán mañana Roquetas de Mar (Almería) y el 29 de julio el Festival de Segovia. Cada una de sus actuaciones cuenta con la presencia de músicos de la categoría de la soprano Mariví Blasco, el flautista Vicente Parrilla, los guitarristas Enrique Solinis y Miguel Ángel Cortés, el percusionista Pedro Estevan y, por supuesto, Arcángel. "Es sin duda el proyecto más peligroso en el que he participado", asegura el cantaor. "Lo que más nos preocupaba al principio era encontrar nexos de unión reales. Un equilibrio y un entendimiento coherentes y creíbles. No se trataba de estafar a la gente con un intento de crossover para luego volver cada uno a nuestro palo, sino de ser capaces de descubrir el hilo conductor que une el folclore de ambos estilos". Para Fahmi, la voz de Arcángel es "un privilegio sin el que nada habría tenido sentido. No nos valía una voz rasgá ni un cante jondo de garganta. Lo que esta música requiere es un tenor flamenco que pueda apoyarse en un colchón armónico de cuatro violas".
Antes de presentar el proyecto en la última edición del Festival de Granada, la Accademia del Piacere tuvo un primer contacto con el público en el Festival Lenzburg de Suiza. "Era la primera vez que la gente interrumpía para aplaudir durante uno de nuestros espectáculos", cuenta Rahmi. "Lo que significaba que habíamos conseguido nuestro objetivo: emocionar".