Marta Liébana, en el Festival de Música de la Torre de Canyamel.

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  • El 25 de julio comienza el XVII Concurso Internacional de Piano de Santander Paloma O'Shea. Entre los 20 seleccionados, una española, Marta Liébana, opta al premio. Jesús López Cobos y la Sinfónica de Madrid les acompañarán durante el concierto final.

    En el Concurso Internacional de Piano de Santander Paloma O'Shea, que comienza el miércoles, mandan Rusia y Corea del Sur. Con seis y cuatro pianistas respectivamente, son los países con mayor número de candidatos al premio. Entre los 20 finalistas, también hay sitio para una española, Marta Liébana (Madrid, 1985), que compagina una ajetreada agenda de maestra repetidora del Conservatorio de Ámsterdam con largas noches en vela practicando las obras del concurso. "Desde pequeña he soñado con que llegara este momento", cuenta a El Cultural. "Lo podré hacer mejor o peor, pero una cosa está clara y es que no voy a dejar pasar esta oportunidad".



    La pianista madrileña estudió en el Real Conservatorio de Música y, más tarde, en la Sibelius Academy de Helsinki. Ya ha ganado varios premios, "aunque todos de ámbito nacional y ninguno de la magnitud del que organiza la Fundación Albéniz". Su grabación de la Sonata para piano de Barber convenció al jurado en las fases de preselección, a las que concurrieron un total de 160 aspirantes procedentes de las mejores escuelas y centros pedagógicos del mundo. Luego, durante la audición frente al jurado (presidido por Márta Gulyás e integrado por Jenö Nyári y Luis Fernández Pérez) recurrió a la Sonata Waldstein de Beethoven, al Estudio op. 39 n° 4 de Rachmaninov y a la Balada n° 4 de Chopin, al que ha dedicado una rigurosa investigación sobre los cambios de interpretación de la música a principios del siglo XIX. "A diferencia de otros concursos, aquí no te piden una obra virtuosística en la que tienes que encajar todas las notas, sino que quieren que confecciones una especie de recital en petit comité".



    Sobre el eterno dilema en torno a la técnica y el sentimiento, Liébana lo tiene claro: "Lo importante es comunicar, llegar al público, emocionar a quien te escucha. Hay que ser riguroso, pero sin olvidar que lo mejor es enemigo de lo bueno, que la perfección va en detrimento de tu propia personalidad. Nadie pagaría una entrada para escuchar a un robot...".



    Aunque su participación en la XVII edición del Concurso podría cambiar el rumbo de su carrera, asegura que "hoy por hoy es muy complicado ganarse la vida como solista", por lo que no descarta impartir clases o dedicarse a la música desde otros frentes. Confiesa que siente debilidad por Prokofiev, Mozart y Rachmaninov y predilección por "pianistas algo atormentados": Horowitz, Michelangeli, Zimerman y, sobre todo, Martha Argerich. "Me fascina su capacidad de concentración, su saber estar. De ella he aprendido a no pedir perdón por ninguna nota". De Alicia de Larrocha, a cuya memoria está dedicado el Concurso, destaca "la inteligencia y la sensibilidad que le permitieron hacer algo tan grande con unas manos tan pequeñas".



    Como artistas invitados que acompañarán a los pianistas en las diversas fases, participarán el Cuarteto Casals (en las pruebas de música de cámara), la Real Filharmonía de Galicia a las órdenes de Juanjo Mena (en las semifinales de Mozart) y la Orquesta Sinfónica de Madrid bajo la dirección de Jesús López Cobos (en la final). Tras los conciertos, que tendrán lugar en el Palacio de Festivales de Cantabria y dentro del marco del 61 Festival Internacional de Santander, el jurado, presidido por Antoni Ros-Marbà, anunciará el 6 de agosto el nombre del ganador.