Boceto del montaje la Forza del destino en la ABAO.

En Tutto Verdi se representa mañana mismo la procelosa y hasta cierto punto proteica La forza del destino, que más de un estudioso ha conectado con la tradición rusa por lo caleidoscópico de su construcción, hecha de múltiples acciones musicales y dramáticas paralelas. Es una visión que no deja de tener base, pero, y en todo caso, La forza, basada en el drama del Duque de Rivas, es una obra rotundamente italiana en su entraña y aun en sus formas. Sus evidentes desigualdades y vulgaridades son contrarrestadas por un pasajes de gran valor musical y, en algún caso, sublimes.

A todo ello deberán plegarse los intérpretes elegidos para la ocasión en el Euskalduna. Leonora está encomendada a Chiara Taigi, una lírico-ligera que ha venido ampliando su repertorio poco a poco. Posee un buen centro, de grato color. Su peligro son los agudos, con frecuencia algo destemplados. Roberto Aronica es asimismo de origen lírico. Le enseñó canto Carlo Bergonzi, lo que no es mala cosa. La parte de Alvaro quizá sea más propia para una voz de mayor encarnadura dramática. El veterano, camaleónico y eficiente Vladimir Stoyanov es don Carlos, mientras que el Padre Guardiano lo incorpora el contundente y todavía muy joven, en pleno desarrollo, Ievgen Orlov.

Melitone es el caricato Bruno de Simone. Todos ellos han intervenido ya alguna vez en la ABAO. No así Ana Ibarra, que últimamente se ha pasado al campo de las mezzos. Está bien en este caso porque el papel de Preziosilla exige una voz muy ágil. No nos parece Pietro Rizzo, también nuevo en la plaza, el director ideal para esta ópera. Le falta decidido impulso verdiano, aunque es musical. En el foso tendrá a la Orquesta de la Ópera de Parma. El coro es el de la ABAO. Esperamos algún buen detalle de Ignacio García, un director de escena competente y siempre imaginativo, que va a desarrollar una producción de la propia asociación bilbaína.