Image: Antonio Tabares

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Música

Antonio Tabares

El dramaturgo apuesta por el pop español de El último de la fila y Radio Futura y por el grupo canario Taburiente

20 agosto, 2014 02:00

¿Cómo suena el verano? Esta es la pregunta que hemos hecho a escritores, artistas, cineastas, actores, directores de teatro, de museos... para que, con su música, nos ayuden a sobrellevar estos meses de calor. Cada día, tres nuevas canciones seleccionadas por uno de nuestros "pinchadiscos" irán engrosando la playlist de Spotify.

Escuche aquí la lista completa de las canciones de Así suena el verano

Querida Milagros, de El último de la fila
También nosotros soñábamos aquel verano con formar nuestro propio grupo cuando descubrimos con asombro a unos tipos cuya música no se parecía a ninguna otra. Recuerdo cuánto nos encandilaría luego "Como la cabeza al sombrero", un álbum repleto de canciones llenas de una misteriosa sensualidad y unas letras que nos transportaban a parajes remotos. Pero Querida Milagros fue antes que ninguna otra.



A cara o cruz, de Radio Futura
Vuelvo a escuchar A cara o cruz y me veo a mí mismo en una calurosa noche de agosto en un atestado Menta y Limón, un bar de copas que aún existe, con toda la concurrencia cantando a voz en cuello "el amor es una enfermedad que una vez contraída no se cura", un temazo que me acompañó ese verano y unos cuantos más.



Ach-guañac, de Taburiente
Probablemente ningún otro grupo en Canarias haya sabido reinterpretar con tanto acierto las sonoridades de las islas. En el año en que empezó todo (sueños, amores y amistades eternas) cada canción de Taburiente era para nosotros como un himno. Las cantábamos a todas horas, en verano y en todas las estaciones que le siguieron.




Antonio Tabares (Santa Cruz de La Palma, 1973) es uno de los renovadores de nuestro teatro y forma parte de esa nueva generación de autores que hoy están impulsando la escena española. Descubrimos al dramarturgo canario a principios de este año gracias a Sergi Belbel que pusó sobre las tablas del Teatro La Abadía un texto suyo, La punta del iceberg. La obra trata de una serie de suicidios ocurridos entre los trabajadores de una multinacional, que envía a una directiva para investigar si las muertes tienen relación con los "reajustes" llevados a cabo por la empresa.