Sugerente recapitulación la que propone la Fundación Juan March. A lo largo de los sábados de febrero espigará alguna de las partituras que incluyen, a modo de guiño, el ‘motivo Bach'. Un juego con la notación empleado por más de 200 compositores: Beethoven, Webern, Liszt...

Entre las obras que Juan Sebastian Bach dejó sin terminar a su muerte en 1750 sobresale El arte de la fuga, un magistral ejemplo de contrapunto imitativo: el Contrapunto final es una Fuga con tres sujetos o temas; el tercero, con cuyo desarrollo hubiera finalizado este tercer episodio, es sólo de cuatro notas, precisamente las que le sugiere su propio apellido en el sistema de notación alfabética: B (be dulce: si bemol) - A (la) - C (ut, do en el solfeo latino) - H (be cuadrada: si natural). No era la primera vez que lo hacía y se discute aún la causa: ¿Autohomenaje? ¿Firma de obra tan excelsa? El caso es que entonces J. S. Bach era un profesional más, no excesivamente conocido fuera de su entorno, por lo que este hecho pasó inadvertido: apenas algunos de sus hijos (Emanuel, Christoph Friedrich, Christian) o alguno de sus discípulos (Krebs) lo repiten, y también un Beethoven primerizo.



Será ya avanzado el siglo XIX, con el descubrimiento de Bach (y de Haendel, y de Palestrina, es decir, del pasado musical gracias al historicismo y a su herramienta músical, la musicología), cuando comiencen a sonar las primeras obras-homenaje utilizando el motivo B-A-C-H. Schumann, Liszt, Reger, Busoni..., hasta Mussorgki o Rimsky-Korsakov en Rusia; llegando ya al siglo XX, Vicent d'Indy lo transmitiría a los discípulos frankistas, y también hubo muchos italianos. Y como el dodecafonismo y sobre todo el serialismo fueron también una "vuelta al orden" y a los procedimientos contrapuntísticos, Schönberg, Webern y otros retornarían a B-A-C-H... En total, según Boyd, existen más de cuatrocientas obras de este género. Y el manantial sigue manando.



Unas cuantas podrán ser escuchadas en el ciclo organizado por la Fundación Juan March en los sábados de febrero a cargo del Cuarteto Arcadia (Webern, Krenek, Gobaidulina); del pianista Ananda Sukarlan (Rimsky, Schönberg y Casella, además de primeras audiciones en España y/o estrenos de Carlos Perón, Santiago Lanchares y del propio intérprete); del organista Daniel Oyarzábal (J. Sebastian y J. Chr. Bach, Schumann, Liszt, Poulenc y dos primeras audiciones de Vodakovic); y del dúo pianístico de los hermanos Moreno Gistaín (Gade, Bussoni, Poulenc, Honegger, Rota y estrenos de Meindeus, Chiti y hasta de un tema roquero de Radiohead).



Como es costumbre en la March, junto a algunas de las obras más conocidas se incluyen otras más raras e incluso varias en primera audición española o en estrenos absolutos. El que se ofrezcan dos estrenos españoles tiene el interés de incorporar nuestra música al género, pues en la relación pormenorizada de Klaus Schneider no aparece ningún español; aunque habría que investigar bien por si acaso.



Ahora bien, Juan Sebastián no inventó el procedimiento: lo que hizo fue arrimar el ascua a su sardina. Eran entonces muy corrientes los juegos por el que las notas de un motivo musical provinieran de un nombre o una frase siguiendo más o menos fielmente las equivalencias de las letras músicas (a, b, b, c, d, e, f, g, es decir, del la, sib, si natural, do, re, mi, fa, sol) o bien directamente las de las sílabas guidonianas más o menos aludidas en cada sílaba o en cada letra: ut [do] re mi fa sol la. Entre otros, el teórico veneciano Gioseffo Zarlino (Le istitutione harmoniche, 1558) lo había acuñado con el rótulo de sogetto cavato dalle parole (motivo extraído de la palabra). Pero incluso entonces el asunto ya era viejo.



Los primeros ejemplos escritos que suelen aducirse son del gran polifonista franco flamenco Josquin des Pres (c. 1450/55-1521): su famosa Misa a 4 voces Hercules Dux Ferrariae, dedicada a Ercole I d'Este, gira en torno a un motivo extraído de las vocales del nombre y título del Duque: Re ut re (Hercules) ut (Dux) re fa mi re (Ferrariae). Otras obras menos famosas de Josquin practican el mismo procedimiento: el motete Ilibata Dei Virgo, dedicado a la Virgen (María, la mi la), o incluso la chanson Mi lares vous (mi la re), aunque aquí podríamos estar en las puertas de otro procedimiento, el del tema extraído no de las vocales, sino de las sílabas de la frase. Así aparece en la que da sobretítulo a la Missa a 4 La sol fa re mi: al parecer, el tacaño cardenal Ascanio Sforza contestaba a los requerimientos económicos del compositor y del resto de sus servidores con la frase "Lascia fare a mi" (Déjalo de mi cuenta)...



En España también se practicó esta peculiar manera de idear temas o melodías al menos desde finales del siglo XV. Un solo ejemplo del llamado Cancionero Musical de Palacio, el villancico anónimo 101 cuyo estribillo dice: "A los baños del amor / sola m'iré, / y en ellos me bañaré." Al llegar al segundo verso las notas responden a lo que el texto invitaba: sol la mi re. No es caso único: a los que señala Margit Frenk cuando estudia nuestro cancionero tradicional, he añadido en otro momento algunos posteriores, como los incluidos por Miguel Querol en el primer volumen de su Cancionero musical de Lope de Vega. Y hay otros muchos.



El procedimiento, con música o sin ella, puede ser perseguido hasta algún caso más reciente aún, como el del poema de Ángel González titulado Calambur, una sensualísima reflexión ante el cuerpo de una bañista "desnuda y sola" tomando el sol en un atardecer otoñal. Esta es la última estrofa, con el cántico final de la espuma sugerido por el primer verso: "Dore mi sol así las olas y la / espuma que en tu cuerpo canta, canta / -más por tus senos que por tu garganta- / do re mi sol la si la sol la si la."



Son muchos los artistas y compositores homenajeados con este procedimiento, aunque ninguno con la insistencia de Bach. El caso español más conocido fue el homenaje que en su setenta aniversario se rindió en 1933 al director de orquesta Enrique Fernández Arbós: catorce compositores escribieron para la ocasión sendas obras cortas en las que coqueteaban con su segundo apellido: Bacarisse, Bautista, Del Campo, Esplá, Falla, Gómez, Ernesto y Rodolfo Halffter, Pittaluga, Remacha, Salazar, Sanjuán, Turina, y de la Viña. ¿Podríamos escucharlas juntas alguna vez, ya que la Orquesta "Arbós" aún subsiste en el foso del Teatro Real?