La quincena donostiarra lucirá La Tosca de Paco Azorín. Foto: A. Bofill

Sokolov, Boadella, Anne-Sophie Mutter, Diego Flórez, Azorín, Perianes o Alberto Zedda son algunos nombres que destacan en festivales como el de Granada, San Sebastián, Santander, Peralada, El Escorial, Via Stellae o Torroella. Un festín para melómanos que culmina en citas internacionales como Bayreuth, Salzburgo, Pésaro, Glyndebourne, Verona, Lucerna, Aux-en-Provence y Múnich, entre otros.

Los tiempos de los grandes fastos desaparecieron, pero no deja de haber propuestas sustanciosas y en algún caso imaginativas. Iremos desgranando lo esencial.



Abrimos con el de Granada (19 junio-10 julio). De amores y magias es el lema sobre el que se ha montado este año. Hay sin duda una convocatoria de alto interés, que es la que supone la rememoración del estreno, el 15 de abril de 1915, de la primera versión de El amor brujo de Falla. La Fura dels Baus ha confeccionado, por encargo del festival, una versión moderna que estará presidida por la leyenda El fuego y la palabra y que se exhibirá en los Teatros del Canal de Madrid en mayo de 2016. Junto a este acontecimiento, tenemos la participación estelar de Joaquín Achúcarro y Eliahu Inbal con la RTVE, dos conciertos de la Orquesta de París con Pekka-Saraste y Pons, la Orchester Wiener Akademie (Egmont de Beethoven) y una gran artista como la violinista Anne-Sophie Mutter. Y nuevas propuestas. Entre ellas, À l'Espagnole, fantasía escénica de la Academia del Piacere y la Compañía Antonio Ruz; la original iniciativa de Sasha Waltz, a quien se le ha ocurrido coreografiar nada menos que el Requiem de Brahms; la soprano Delia Agúndez junto al grupo barroco Ímpetus de Yago Mahúgo; Albert Recasens y su Grande Chapelle; nueve tiernos pianistas españoles con las 32 sonatas de Beethoven… Y el ballet, claro: Nacional de España, Víctor Ullate, Ópera de Noruega, Staatsballet de Viena. Y flamenco: Vicente Amigo, Estrella Morente, Habichuela…



En la Quincena Musical Donostiarra (1-30 agosto) se han apretado el cinturón e hilan muy fino. Aun así, hay algún que otro apetitoso plato. En el Auditorio Kursaal se dan cita la Mahler Chamber Orchestra, con Manfred Honeck al frente; la Filarmónica de San Petersburgo, con su habitual maestro Yuri Temirkanov, que colaborará de nuevo con Javier Perianes en el Concierto en sol de Ravel y hará con el Orfeón Donostiarra Alexander Newski de Prokofiev; la Orquesta de la Radio de Colonia, con Jukka-Pekka Saraste, con un Requiem de Brahms, asimismo con el Donostiarra, y la Filarmónica de Oslo (primera vez en Quincena), con el nervioso Vasily Petrenko. Por su parte, la Orquesta de Cadaqués, con el veterano Alberto Zedda en el podio, recreará La muerte de Didone y el conocido Stabat Mater de Rossini. Dos óperas bien distintas este año: Tosca, en la producción del Liceo y del Maestranza de Paco Azorín, con la soprano local Ainhoa Arteta en el papel estelar y Gómez Martínez en el foso, y Mendi Mendiyan, que se repone, en versión de concierto al mando de Ros Marbà, para festejar los cien años del nacimiento de su autor, José María Usandizaga. A señalar el recital de Sokolov. En el capítulo de la música antigua apuntamos la participación de Forma Antiqua, Raquel Andueza y La Galanía y Al Ayre Español. Lo más significativo del espacio contemporáneo es la presencia del Ensemble Recherche (con, entre otras obras, Epístola del transeúnte de Luis de Pablo).



Si giramos la vista hacia el oeste, también al lado del mar, nos topamos con el Festival de Santander (1-29 agosto), que este año alberga nuevamente al Concurso Internacional de Piano Paloma O'Shea, en el que se vuelven a dar cita los mejores instrumentistas jóvenes del orbe. Será la Orquesta de la RTVE, cuyo cincuentenario se festeja también aquí y que abre, al mando del expeditivo Pablo González, la muestra con el Tricornio de Falla y El pájaro de fuego de Stravinski, la que acompañe, en los conciertos finales de 3 y 4 de agosto, a los seis que hayan llegado a la final. No olvidemos, en julio, el Encuentro de Música y Academia, dependiente de la Escuela Reina Sofía. Aparecen igualmente en la programación Temirkanov, Perianes, Zedda y Sokolov. Además, la violinista Lisa Batiashvili y orquestas tan importantes como la Barroca de Friburgo.



Sigamos por la cornisa y luego de descender al interior de Galicia, lleguémonos a Santiago de Compostela, donde aún aletea el Festival Via Stellae (29 junio-15 julio), que ofrece hasta 19 conciertos que se inauguran con el fantasioso pianista Uri Caine, que ofrecerá su particular visión de Scarlatti. Importante la actuación de formaciones tan acrisoladas como el Concerto Italiano, Al Ayre Español, La Bellemont y Gallaecia Antiqua. En el orden vocal, aparecen cantantes de tanto tronío dentro del repertorio antiguo y barroco como la mencionada Raquel Andueza, Romina Basso y el contratenor Flavio Ferri-Benedetti (con Ímpetus y Yago Mahúgo). Anotemos por último, dentro de esta breve selección, una versión camerística de Rinaldo de Haendel por Ars Atlántica, su director Manuel Vila y un grupo de voces adecuado: Infante, Platas, López, Monar…



Continuamos nuestro viaje, ahora hacia el centro de la península, para recalar en San Lorenzo del Escorial (27 junio-29 julio), donde se construye una magra programación presidida por el Don Carlo de Verdi, en una producción escénica de Albert Boadella que pretende servir la obra respetando la realidad histórica y alejándose por tanto en cierto modo del drama de Schiller en el que se basa la ópera. Interesante y peligroso planteamiento. Maximiano Valdés dirigirá un reparto en el que figuran, entre otros, John Relyea, Virgina Tola, Ángel Ódena y José Bros. Se anuncian igualmente: un espectáculo del siempre imaginativo Carles Santos (Canturia Cantada), una sesión del Ensemble NeoArs sonora con música argentina y otra del magnífico Cuarteto Brodsky (Turina, Wolf y Verdi).



Nos trasladamos a Cataluña para hablar de tres históricos certámenes. El primero es el Festival de Torroella de Montgrì (2-20 agosto), donde hay recitales de María Bayo, Jose Bros y la cotizada especialista Anna Prohaska acompañada por el Ensemble Arcangelo. El renombrado The King's Consort de Robert King junto a la soprano Julia Doyle circula por el XVIII italiano y el menos conocido Ensemble La Fenice dirigido por el flautista y cornetista Jean Tubery ofrece en versión concertante una estilizada interpretación del Orfeo de Monteverdi. Le Concert de Nations de Jordi Savall bucea en música del oriente cristiano (Ésprit d'Arménie). Lo puramente instrumental está representado por el Concerto Italiano y los Solistas del Festival de Lucerna con el pianista Enrique Bagaría. Y el piano que no falte: Joaquín Achúcarro, Katia Buniatishvili y el joven Jean Lisiecki.



No muy lejos de allí, en Peralada, se ha programado un Otello de Verdi protagonizado por un Gregory Kunde, rejuvenecido y convertido en spinto a partir de los cincuenta, Eva Maria Westbroek, sólida, vigorosa y vibrante, y el barítono español Carlos Álvarez, a quien Iago le da oportunidad de alcanzar grados de matización muy singulares en esta nueva etapa de su carrera. Luego, cuatro recitales. En primer lugar, dos tenores: Klaus Florian Vogt, lírico claro (canción y ópera con piano), y Juan Diego Flórez, lírico-ligero aéreo, con la Orquesta de Cadaqués (arias francesas e italianas); una soprano lírico-ligera, Diana Damrau (lieder con el excelente Helmut Deutsch), y un fabuloso contratenor, Max Emanuel Cencic (motetes de Porpora y de Leo con Vespres d'Armadì y Dani Espasa). El Festival acoge asimismo a La Fura dels Baus con su mencionada visión escénica de El amor brujo. Y el Ballet de Lausanne, que trae coreografías de su autor, Maurice Béjart. Se ha hecho también un encargo a ocho compositores para construir una ópera de cámara sobre Carmen.



En la Schubertiada de Vilabertrán continúan afortunadamente manteniendo muy alta la exigencia de programar lo más granado del repertorio liederístico, su auténtica razón de ser. Son relevantes los nombres de algunos de los cantantes y pianistas intervinientes: Measha Bruegergrosman y Justus Zeyen, Luca Pisaroni -de interés escucharlo en esta parcela- y Wolfram Rieger, Matthias Goerne y Alexander Shmalcz, Sarah Connolly y Malcolm Martineau, Oddur Jonsson (que debuta) y Julia Pujol, Dorothea Röschmann y Martineu de nuevo. Además, hay conciertos del pianista Iván Martín, del Cuarteto Casals y del Cuarteto Kilmt. Hermosa cosecha.



Cruzamos ahora el Mediterráneo para acercarnos a la localidad mallorquina de Pollensa (18 julio-14 agosto). Actúan el talentoso pianista y compositor turco Fazil Say y el violinista surafricano Daniel Hope. Buen pianista es el hamburgués Sebastian Knauer, que toca Beethoven y Schubert. Más barroco lo tenemos en la sesión de la Orquesta Antonio Vivaldi de Venecia con el violinista Anton Martynov al frente. Hay recitales de la especialista en Weill Ute Lemper y la cantaora granadina Estrella Morente y un concierto de lo más curioso y atractivo titulado Viva México, en el que sonará música de Revueltas y se proyectará el documental Redes (1936) de Fred Zinnemann. Su responsable musical es el director español Ángel Gil Ordóñez, afincado en Washington y que gobierna en este caso a la Orquesta del Festival.

Contra el Don Carlo antiespañol

Después de muchos proyectos abortados -algunos debidos a nombres tan insignes como Franco Zeffirelli-, finalmente se va a realizar la proeza de representar el monumental Don Carlo en El Escorial, los días 25, 27 y 29 de julio, como plato fuerte del Festival de Verano. El encargado de ponerlo en pie es Albert Boadella, que firmará aquí su primera ópera -aunque ya tiene experiencia en teatro musical con sus aplaudidos montajes de Amadeu y El pimiento Verdi- y ha afirmado que quiere luchar "contra la leyenda negra en favor del rigor histórico" en la compleja relación entre Felipe II y el atribulado Infante de España, al que dará vida uno de nuestros más consolidados tenores, José Bros. En el reparto destaca también la presencia de la soprano argentina Virginia Tola como la sufriente Isabel de Valois, y otros españoles como el barítono Ángel Ódena y el bajo Simón Orfila. El chileno Maximiano Valdés asumirá la dirección musical, al frente de la ORCAM. Rafael Banús