Image: Nueva vida para Boccherini

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Música

Nueva vida para Boccherini

16 octubre, 2015 02:00

Lina Tur Bonet. Foto: Klaus Feichtenberg

El Centro Cultural Conde Duque, dentro de sus Conciertos de Otoño, dedicará un ciclo a Luigi Boccherini en el que participarán el Cuarteto Lyskamm, Lina Tur Bonet y Dani Espasa, la soprano María José Moreno y la Camerata Boccherini.

Se anuncia para los días 20, 21, 23 y 24 la celebración, dentro de la programación del Centro Cultural Conde Duque de Madrid, un muy apetitoso ciclo dedicado a Luigi Boccherini, un compositor del que cada vez, afortunadamente, sabemos más. El evento viene organizado por iniciativa de TopArtEspaña, que quiere subrayar y distinguir el enorme legado del músico de Lucca, "a través de la voz actual de intérpretes y formaciones de reconocido prestigio, tanto italianos como españoles". Se busca con ello el establecimiento de relaciones musicales entre las culturas de Italia y España, país el nuestro que terminó por ser el del artista (murió en Madrid en 1805).

La cosa promete porque se ha construido con mucho cuidado un cartellone de lo más prometedor, con intérpretes de ambas nacionalidades, como lógicamente debe ser. Abre el fuego el joven Cuarteto Lyskamm, formado hace siete años en el Conservatorio Giuseppe Verdi de Milán y cuya marcha ascendente parece imparable. Las calidades de sus arcos podrán ser apreciadas a lo largo de los dos conciertos que tienen a su cargo en los que combinan inteligentemente al italiano con Haydn, Mozart y Schubert. Así, junto al Cuarteto op. 33 n° 1 del primero y al Movimiento de Cuarteto D 703 del tercero, sitúan las obras op. 2 n° 1, Gérard 159 y op. 32 n° 5, Gérard 205; y al lado del Adagio y fuga K 546 y el Cuarteto K 387 del segundo, colocan los Cuartetos op. 44 n° 4 G 223, "La tiranna spagnola", y el op. 8 n° 3 G167.

No menos interés ofrece la tercera de las sesiones, en la que la magnífica y emprendedora violinista Lina Tur Bonet unirá las Sonatas K 301 y 304 para violín y clave del salzburgués a las Sonatas n° 4 G 28, y n° 5 G 29, para clave y violín (nótese la precisión instrumental) del transalpino. Acompaña a Tur Bonet el polifacético Dani Espasa. El colofón viene dado con la actuación de la Camerata Boccherini, compuesta en esta ocasión por cinco instrumentistas, dirigida desde el atril por su creador, Massimo Spadano, concertino de la Sinfónica de Galicia. El aliciente es que junto a ellos actúa la soprano granadina María José Moreno, esposa de aquél, cuya lírica voz ha adquirido en los últimos años unos tornasoles muy atractivos. Estupenda cantante, se enfrenta al Stabat Mater op. 61 G 532, del de Lucca. Los conocidos Quintetos op. 30 n° 1 G 319, y op. 30 n° 3 G 321, completan la velada.

Espléndida ocasión por tanto para acercarse de nuevo a los siempre estimulantes pentagramas boccherinianos, que nos servirán en una oportunidad más para adentrarnos en el estilo del compositor, que ha ido perfilándose poco a poco tras un época en la que se le asignaba una cierta blandura, una elegancia un tanto forzada, una pátina de meliflua galantería; pero en su tiempo se lo comparaba nada menos que con uno de los creadores mencionados más arriba, como Haydn; y la verdad es que en lo instrumental ahí se las veía. Algunos contemporáneos, nos recordaba en su día el llorado Ramón Barce, calificaban ese estilo como celestial. Su obra oscila entre un rococó galante, lo que parece difícil de discutir, con gotas emocionales del Sturm und Drang, y un clasicismo equilibrado que apunta hacia la posterior gravedad romántica. Tenía una especial habilidad para recoger temas populares de la villa y corte y estilizar danzas como la seguidilla y el fandango, que aparecen aquí y allí, otorgando un sesgo gracioso y bailable a su música que, en todo caso, nunca perdió la impronta de su ascendencia italiana. No cultivó casi la ópera, de hecho solamente escribió un título, La Clementina.