Van Morrison. Foto: Carlos Barajas

Tras su paso por el Liceo el pasado mes de enero, Van Morrison regresa a España con dos conciertos que recalarán en Madrid (10) y Bilbao (11). El legendario músico de Belfast acaba de editar Duets: Re-working The Catalogue.

El León de Belfast, Van Morrison, se ha propuesto rizar el rizo de su leyenda con sus 70 años recién cumplidos. Se presenta en España con dos conciertos (el martes, 10, en el Circo Price de Madrid y un día después en el Palacio Euskalduna de Bilbao) en los que ya antes de actuar puede percibirse el corrosivo genio del autor de Astral Weeks. Difícil, muy difícil, meterse en la cabeza del autor de himnos como Gloria o Brown Eyed Girl y de quien, se supone, ha dado el visto bueno a aforos tan reducidos como el escenario del Price y a precios que rozan los 200 euros. ¿Se le puede perdonar al viejo gruñón que buena parte de sus seguidores se queden sin verle y que sólo una acaudalada élite pueda disfrutar con sus ejercicios de estilo? La respuesta es sí aunque duela. Veamos. Van Morrison ha conquistado su celoso territorio a fuerza de trabajo y talento. Como dice su biógrafo Brian Hinton, "el genial poeta del rock" puede ser enormemente cómico o malhumorado, un místico y un inadaptado, a ratos ingenuo y a ratos majestuoso: "Igual que cualquiera, excepto que él ha creado, lentamente, un catálogo de canciones y de actuaciones que durarán más allá del tercer milenio".



Por la ruta de los Them

Hasta llegar al reciente Duets (para el que ha contado con la colaboración de Taj Majal, Michael Bablé, Steve Winwood, Gregory Porter, Mavis Staples, sublime en If I Ever Needed Someone, Chris Farlowe, monumental en Born To Sing, y Bobby Womack, entre otros) Morrison ha conducido por todas las carreteras musicales, triturando estilos, abriendo rutas inéditas y, por el arcén, cosiendo letras y arreglos instrumentales que justifican por sí solas su legión de incondicionales. Lo dejó claro desde el principio en su Astral Weeks de 1968. "Si me aventuro en la estela/ entre los viaductos de tus sueños/ donde el acero en movimiento está a punto de chocar/ y se termina la cuneta de las carreteras secundarias/ ¿Podrías encontrarme...?"



Para Hinton, la carrera de Van Morrison ha sido rica y extraña a la vez, "desde los tiempos de aprendizaje en una orquesta de baile irlandesa, pasando por el duro rhythm and blues del grupo Them, con quienes en 1967 compartió actuaciones en clubes con los Doors, hasta los conciertos en directo con su Caledonia Soul Orchestra".



La última actuación en España del autor de Moondance fue el pasado mes de enero en el Liceo, donde Morrison sumergió al respetable en su habitual bruma espiritual, oficiada desde la autoridad casi sagrada de su saxo. Temas como Days Like This o Enlightenment quedaron para la historia en el escenario barcelonés. Ni allí ni, esperamos, en los reducidos escenarios que le esperan en Madrid y Bilbao dará la "espantá", tal como hizo en La Riviera de Madrid en 1997 cuando, perturbado por el ruido ambiental, poco favorable a la intimidad que pedía, hizo mutis por el foro.



Así, el malhumorado, el cómico, el inadaptado, el místico, el gruñón Van Morrison llega a España con todo perdonado. Sólo Bob Dylan, pocos más, ha conseguido moverse con esa libertad por los rocosos y a veces imposibles desfiladeros del rock. Puestas las cartas sobre la mesa, y bien pagada la afrenta, nadie de los que acudan a los dos conciertos de esta cicatera minigira podrá sentirse ni engañado ni defraudado. Verá a Van Morrison en estado puro. El León es ya todo sabiduría y experiencia. Tras despedirse de Bilbao saldrá para su Belfast natal, donde realizará dos conciertos. Cerrará 2015 en Dublín y Londres.



@ecolote