Image: La Navidad toma la batuta

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Música

La Navidad toma la batuta

18 diciembre, 2015 01:00

Mariss Jansons. Foto: Peter Meisel

Nada como empezar el año con el Concierto de Navidad de Viena, que este año liderará el letón Mariss Jansons. Arrastrados por la efervescencia de estas fechas, los grandes coliseos y las formaciones más prestigiosas sacan sus mejores galas para poner sobre los atriles las grandes partituras, de El Mesías de Haendel a la Novena de Beethoven. Recorremos sus programaciones.

En estas fechas son tradicionales en todos los países los conciertos con coro, aquellos que incorporan textos alusivos a las entrañables fiestas y que recuerdan escenas de la vida de Jesús. Es así que en España, que desde hace siglos se une a la corriente europea, son varios los puntos estratégicos en los que se programa la obra más característica: El Mesías de Haendel, tan unida a estas festividades tanto como las Pasiones de Bach lo son a la Semana Santa. Ahí tenemos, por ejemplo, la obra haendeliana programada, en sesión extraordinaria, en la temporada de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla. Se trata de dos conciertos participativos, el primero ayer mismo y el segundo hoy, viernes (18). Una forma de que los aficionados se sumen a las actividades de los coros profesionales. John Butt estará en el podio directorial.

La obra aparece asimismo en la programación del Kursaal de San Sebastián y de la Fundación Baluarte de Pamplona los días 22 y 23, y lo hace a lo grande, ya que la versión está presidida por uno de los máximos especialistas actuales en música barroca, Paul McCreesh, que actúa al frente de sus Gabrieli Consort and Players, con cuatro solistas ingleses afines: Mhairi Lawson, Tim Mead (contratenor), Stuart Jackson y George Humphreys. Y se interpreta también este viernes (18) en el Auditorio Príncipe Felipe de Oviedo por la Sinfónica del Principado y el Coro de la Fundación Princesa de Asturias con dirección del titular Rossen Milanov.

Fragmentos de la obra nos los trae a Madrid la tan activa Fundación Excelentia en concierto a celebrar el 23 en la sala de cámara del Auditorio Nacional, con la participación de la Orquesta Clásica Santa Cecilia. La obra completa el programa, curiosamente ese día, la misma asociación musical en la sala sinfónica del propio Auditorio, con la London and Vienna Kammerorchester y la dirección de Ilia Korol. Y no paran ahí las propuestas de la Fundación, ya que a un concierto navideño del día 20, con la Santa Cecilia, se unen otras veladas de semejante cariz: Música para recordar (Navidades en Broadway) el día 26 y Concierto de Año Nuevo el 27 (Valses de los Strauss).

Los valses de la familia Strauss

Otras entidades no se quedan a la zaga y ocupan también los auditorios con conciertos alusivos a estos días. Por ejemplo, la Orquesta Filarmonía, que a las órdenes de su vitalista titular, Pascual Osa, brinda igualmente valses de la familia Strauss. O Promoconcert, que anuncia varias sesiones navideñas protagonizadas por la Strauss Festival Orchestra. O la Fundación Più Mosso, a beneficio del proyecto de investigación de enfermedades RARAS, que presenta a la juvenil Sinfónica Verum con su titular Miguel Romea en un programa atractivo: obertura de Der Freischütz de Weber, Concierto para violonchelo de Schumann, con Eros Jaca, y sendas suites de ballets de Chaikovski: El Cascanueces y La Bella durmiente.

También el Teatro de la Zarzuela celebra, el 23, su habitual concierto navideño, con los conjuntos de la entidad y la animada batuta de su hasta hace poco titular, Cristóbal Soler. De mayor enjundia es la propuesta de la Orquesta Sinfónica de Madrid, que, continuando su costumbre de los últimos lustros, coloca en atriles la Sinfonía n° 9 de Beethoven, la Coral. Será el 28, el día de los Inocentes. Pero la obra tiene poco de inocentada, ya que como se sabe es un canto a la libertad y a la unión entre los hombres, con texto de Schiller. El Sordo de Bonn le puso música y lo convirtió en ese grandioso himno que corona el último movimiento y que en este caso será cantado por el Coro Nacional que dirige Miguel Ángel García Cañamero. Frente a él y a un cuarteto solista no hecho público todavía se situará Juanjo Mena, un director en crecimiento, ya próximo a la madurez, que sigue una carrera tranquila y provechosa. Sus buenas maneras, su concepción musical clara y su gesto persuasivo sabrán llevar a buen puerto esta siempre peligrosa nave, llena de oquedades, de armonías esquinadas, de fragor y de titánicas luchas; también de románticas y poéticas elevaciones.

Otra obra coral, de muy distinto signo, más íntima y recogida, ideal también en todo caso para vivir, aquí más líricamente, las festividades, es el poético y espiritual Requiem de Fauré, que va a dirigir, con su serena visión de la cosas, López Cobos frente a la Orquesta Nacional unos días antes, concretamente hoy, mañana y pasado (18, 19 y 20). La soprano Marita Solberg -que debe ser alada y núbil para el Pie Jesu- y el barítono Hanno Müller-Brachmann son los solistas vocales. Luis Fernando Pérez, de digitación tan pulcra y de musicalidad tan probada, es el pianista que se enfrenta al postromántico Concierto para piano de Scriabin. El programa se completa con la suite de Pelléas et Mélisande del propio Fauré. Y seguimos en el Auditorio Nacional, donde Ibermúsica anuncia, el 21, un recital del pianista Alexander Romanovsky, joven y dotado ucraniano, discípulo de Leonid Margaruis, Regina Horowitz y Dimitri Alexeev. Entre otros muchos galardones ostenta el primer premio del Concurso Busoni. Ofrece un programa de bigote: Sonatas 30 y 31 de Beethoven, 4 Estudios trascendentales de Liszt y Variaciones sobre un tema de Paganini de Brahms.

En el Teatro Real las Navidades se celebran en el palacio del Duque de Mantua, lugar donde en parte se desarrolla Rigoletto, que sigue cosechando éxitos, entre otras cosas, gracias a la famosa Vendetta de Leo Nucci, barítono que ha desaparecido del cartellone el día 10. Pero las representaciones se extienden hasta el 29. En ese coliseo se lucirá unas jornadas antes, el 25, el joven director y compositor español Lucas Vidal, un triunfador en Hollywood. En el concierto se rinde homenaje al gran John Williams, un músico que ha abastecido de sonidos a infinidad de películas, de las que se proyectarán fragmentos. Actuará la Orquesta Sinfónica Barbieri, fundada hará unos años por Oliver Díaz, flamante nuevo titular musical del Teatro de la Zarzuela.

Como vemos, hay en distintas ciudades de nuestro país cierta efervescencia navideña y no faltan las citas de interés; centuplicado para algunos si logran vivir la experiencia, tan onerosa, de asistir al famoso Concierto de Año Nuevo que tradicionalmente se desarrolla en el Musikverein de Viena y que tantas veces hemos podido seguir a través de la televisión. Lo histórico de esta manifestación, contemplada por millones de personas, la destaca por encima de cualquiera que se celebre en otro lugar. Supone un hecho cultural de primer orden. Han sido muchos, como el fundador en tiempos modernos, Clemens Kraus, los directores que se han asentado en ese podio. De entre ellos, cómo no recordar al dinámico Willi Boskovsky, concertino de la Filarmónica de Viena, que retomó la costumbre de los Strauss de dirigir desde el primer atril.

Lorin Maazel, Herbert von Karajan, Claudio Abbado, Riccardo Muti, Carlos Kleiber, Zubin Mehta, Georges Prêtre, Nikolaus Harnoncourt, Daniel Barenboim han sido algunos de los grandes maestros que han protagonizado ese concierto. A ellos hay que sumar a Mariss Jansons, director de raras sutilezas, de delicados equilibrios, que repite esta edición tras varias comparecencias previas. No lo vemos muy identificado con estas músicas, valses, polkas, galops, cuadrillas, etc. Quizá le falta el sentido ideal del rubato, del rallentando, del acento picante, pero es un magnífico músico, que sabe colorear, frasear y planificar con gusto.