Image: El Palau, entre Chaikovski y Blancafort

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Música

El Palau, entre Chaikovski y Blancafort

1 julio, 2016 02:00

El Orfeó Català durante una actuación. Foto: Antoni Bofill

El Palau de la Música Catalana, dentro del ciclo Coral del Orfeó Català, presenta el 7 de julio una sesión en la que se dan la mano dos obras pertenecientes a estéticas bien diversas, quizá en exceso, aunque ya se sabe que a veces los contrastes acusados en las artes, y en la música en particular, pueden llegar a ser muy didácticos. Por un lado, la Quinta Sinfonía de Chaikovski, obra tardorromántica, procelosa, de argumentario emocional, de fantásticas elongaciones; por otro, la solemne Cantata Virgo María de Manuel Blancafort, una de las figuras más atractivas del Grupo de Barcelona, paralelo al madrileño de los Ocho. Blancafort (1897-1987) se alineó con Mompou y con Toldrá, Samper y Gerard, aunque éste surcara pronto otras rutas más centroeuropeas. Su auténtico conservatorio, dentro de una formación en gran parte autodidacta, fue la fábrica de pianolas de la familia. De ahí partió su afición y su dominio del teclado, para el que compuso piezas muy meritorias, como la que es quizá su obra más conocida, la suite Parque de atracciones. El cuidado armónico de su escritura combinaba frecuentemente con una cierta agresividad, que daba a su música una suerte de amable excitación; incluso en épocas en las que andaba inmerso en un regionalismo o, más tarde, en un sui generis neoclasicismo. La poesía inflamada de San Juan de la Cruz le inspiró una pieza coral de enorme belleza, ¿A dónde te escondiste?

La Cantata programada, de unos 40 minutos de duración, nació en 1965 y fue premiada precisamente por el Orfeó que ahora la programa, que intervendrá, junto con el Coro de Cámara del Palau de la Música Catalana, ambos dirigidos por Josep Vila y Cañas, y la Orquesta Sinfónica de Barcelona y Nacional de Cataluña, a las órdenes del siempre sensible y musical Antoni Ros Marbà. La partitura, de líneas claras, de rara exquisitez tímbrica, es buen ejemplo del arte estricto y, sin embargo, enjundioso, del compositor, alejado ya de antiguas veleidades wagnerianas.