La formación Collegium Vocale Gent durante un concierto

De alto interés es el concierto que nos trae el 1 de diciembre el CNDM en su importante ciclo Universo Barroco, de cuyos contenidos nos hemos hecho aquí justo eco. Hay que celebrar ahora la aparición de una soberbia e histórica composición, no por estas razones más conocida, del germano Johann Hermann Schein (Grünhein, Sajonia, 1586-Leipzig, 1630), uno de los precursores de Bach y, como él, Cantor de Santo Tomás, iglesia en la que ambos desempeñaron sus última funciones. El compositor del que hablamos hoy parece que fue de los primeros en importar las innovaciones de la monodia barroca italiana, el estilo concertante y el bajo continuo.

Está muy bien que el activo y competente Philippe Herreweghe nos visite de nuevo, en esta ocasión con el grupo camerístico de su Collegium Vocale Gent, a fin de ofrecernos una de las obras capitales del músico, junto con Schütz, uno de los introductores en Alemania de muchas de las fórmulas acuñadas por la tradición italiana, lo que no choca en aquél, que viajó al país meridional más de una vez, pero sí en éste, que nunca pisó aquella tierra. Por eso resultaba sorprendente que, además de magnas composiciones corales, como su famoso Cantional de 1627, suma de melodías antiguas y nuevas armonizadas para la iglesia, en las que aparecía como músico, poeta y dominador del contrapunto y de la armonía, creara compendios seculares tan complejos y sustanciosos como Israelbrünnlein (Fuente de Israel), constituido por una enorme cantidad de madrigales espirituales a cinco o seis voces y continuo, publicado en 1623.

Una música, como señala Pablo J. Vayón, "provista de mil recodos simbólicos y retóricos, situada a medio camino entre la sensualidad y la piedad". El director y su Collegium, en versión ampliada, volverán en abril para la Pasión según San Mateo de Bach.