Image: Gran misa para Afkham

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Música

Gran misa para Afkham

10 febrero, 2017 01:00

David Afkham en un concierto con la OCNE

El director conduce a la OCNE en la Gran Misa en do menor K 427, de Mozart, y el Concierto para flauta, opus 39, de Liebermann.

Tras el éxito de Elektra, la OCNE y Afkham acceden a un territorio menos turbulento. Después del expresionismo straussiano, el clasicismo mozartiano de la Gran Misa en do menor K 427, en la que no faltan desde luego algunas sombras, si bien conjuradas por lo diáfano del mensaje y la soberana construcción contrapuntística en la línea de Bach o Haendel. En todo caso, la obra es muy libre, realizada con la típica sucesión de números engarzados mediante una arquitectura de carácter sinfónico.

Mozart no concluyó la partitura, ocho de cuyos números emplearía más tarde en el oratorio Davidde penitente y que plantea notables exigencias a la soprano principal, que ha de ascender a las alturas del do natural sobreagudo y practicar el canto di sbalzo en una línea florida y cuajada de agilidades, combinada con momentos de recogimiento. Teniendo en cuenta los modestos medios de que disponía Constanze, creadora y esposa del compositor, es raro que la parte sea tan comprometida.

En los conciertos de este fin de semana la intérprete será la italiana Roberta Invernizzi, de buena línea aunque quizá sin la amplitud idónea. La acompañan otros tres buenos cantantes: la mezzo Maite Beaumont, el tenor Antonio Poli y el barítono José Antonio López. La sesión se abrirá con el Concierto para flauta op. 39 de Lowell Liebermann (1961), melódico y de aire neoclásico, con alguna que otra arriesgada armonía. José Sotorres, primer atril de la Orquesta, será el buen solista.