Image: La Fura ensalza al Bach folclórico

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Música

La Fura ensalza al Bach folclórico

28 julio, 2017 02:00

Escena Free Bach 212, nuevo ingenio escénico de La Fura

Free Bach 212, ideado por Miki Espuma y David Cid, se asienta sobre la Cantata de campesinos, una estampa burlesca, rústica y popular firmada por el músico alemán. Se estrena en el Festival de El Escorial este martes.

La Fura dels Baus es una compañía que sorprendió en su día por sus rompedoras propuestas teatrales, por su llana manera de llamar a la participación en lo que al principio parecían auténticos aquelarres. Andando el tiempo, a medida que fueron diversificando actividades, fueron limando asperezas y profundizando en todo tipo de manifestaciones artísticas. Sonada fue su producción, para el Palau de les Arts y el Maggio Musicale Fiorentino, de la Tetralogía de Wagner. Y vistoso cualquier acercamiento suyo a ese universo. No hace mucho contemplábamos en el Teatro Real su visión de El holandés errante del propio compositor alemán. Carlus Padrissa y Alex Ollè son dos de sus cabezas visibles y pensantes.

Se podrá ver y escuchar ahora, el próximo 1 de agosto, en el Teatro Auditorio de San Lorenzo de El Escorial, dentro del Festival de Verano, y con el título Free Bach 212, una original aproximación a la Cantata BWV 212 de Bach, la conocida como Cantata campesina o de los campesinos. En este caso, con la colaboración de la compañía Divina Mysteria. La idea, dirección y guión es de Miki Espuma y David Cid, la dirección musical de Pavel Amilcar, Thor Jorgen y el propio Espuma y la realización de vídeo, de Cid. Se cuenta con la mezzo Eulàlia Fantova, el barítono Joan García Gomà y la cantaora -aportación de los creadores- Mariola Membrives. Hay un mínimo conjunto orquestal de violín (que tañe Amilcar), viola, violón (en las manos de Jorgen) y clave; y un bailarín, Miguel Ángel Serrano.

La arriesgada propuesta fue presentada en la iglesia de la Pietat de Vic en 2015 y el año pasado hizo escala en el Festival de Granada. Y será expuesta en toda su amplitud, vigor y potencia en esta exhibición escurialense. La adaptación de una obra como ésta no deja de tener sus peligros, aunque no sea la primera que se realiza sobre esta parcela de la producción vocal y coral del Gran Cantor de Santo Tomás. En 2008, se pudo ver en el Festival Mozart de La Coruña la sabia trasposición a un espectáculo muy ambicioso de seis de sus cantatas con el nombre genérico de una de ellas, la famosa Actus Tragicus (BWV 106); una idea, bien realizada, de Herbert Wernicke.

La Cantata de campesinos, que es la que nos ocupa y que lleva por título Mer hahn en neue Oberkeet (Tenemos un nuevo señor), es la última de la serie y fue dedicada, el 30 de agosto de 1742, al aniversario de Carl Heinrich von Dieskau, señor feudal de tres ciudades próximas a Leipzig. La obra, que se estrenó en una gran fiesta al aire libre, con fuegos artificiales incluidos, es una curiosa mezcolanza de músicas populares y danzas folclóricas. Estamos, pues, nos dice Martínez Miura en su libro sobre Bach (Scherzo/Península, 1997), ante una estampa burlesca, eso sí, nada maliciosa, con un lenguaje más bien rústico en el que, como excepción, se incluyen dos arias cultas.

Todo ha sido trasladado por La Fura a un gozoso y atrevido espectáculo, en el que se hace llamada a los placeres de la carne y el alcohol. "El convite está servido", se nos dice y promete. La Fura dels Baus y Divina Mysteria atienden como comensales en un entramado donde las músicas electrónicas, la imagen multimedia, el flamenco y una poética contemporánea del espectáculo quieren resignificar ante el público actual un precepto atemporal: "El de conmover y deleitar sin barreras, sin limitaciones".