Juanjo Mena. Foto: Michal Novak. A la derecha, Javier Perianes. Foto: Igor Studio
Hace unos cinco años, Javier Perianes se enfrentó, en Sevilla, junto a la ROSS, dirigida en esa ocasión por Juan Luis Pérez (padre, por cierto, del también pianista Juan Pérez Floristán, ganador del concurso Paloma O'Shea), a los cinco Conciertos para piano de Beethoven. De ello dábamos noticia en estas páginas a la vez que comentábamos las cualidades del artista onubense, que lo hacían idóneo para llevar a cabo la hazaña. Su toque es fino, delicado cuando viene a cuento, y está en el secreto de los reguladores, que realiza con refinamiento y exquisitez, cada vez con mayor mesura e inteligencia. Su reciente CD para Harmonia Mundi con el Libro I de los Preludios y Estampas de Debussy lo deja muy claro.El sutil arte del pianista se extiende a todos los parámetros de cualquier partitura, que desentraña con probidad y una sensibilidad exquisita. Aplicable, por supuesto, a esas obras beethovenianas que precisan una especial diferenciación de dinámicas, un canto diáfano, un fraseo bien modelado y una técnica de ataque a la nota de primer orden.
Beethoven era, ya se sabe, un magnífico pianista e improvisador, dotado de una fantasía extraordinaria para abrir nuevos caminos en la dialéctica solista-tutti. Sus cinco Conciertos son partituras de enorme madurez, de hechuras casi perfectas y de una tensión directamente nacida de un espíritu protorromántico.
El pianismo ya maduro de Perianes, su rodaje por las más diversas salas de concierto del mundo al lado de los mejores directores y orquestas lo facultan para repetir el reto de enfrentarse a estas obras, ahora con la colaboración de Juanjo Mena y la London Philharmonic Orchestra, un conjunto de primer orden. No cabe duda de que las buenas maneras del director vitoriano, su infalible olfato para dialogar y establecer puentes con el solista, su instinto para encontrar los elementos fundamentales del discurso musical, se darán fructuosamente la mano con la abierta disposición del pianista.
Recordamos ahora que hace pocos años, también en una sesión de Ibermúsica, el artista andaluz sacó a la organización de un apuro: sustituyó en el último momento al solista anunciado para interpretar nada menos que el temible Concierto Emperador. Todo salió bien. Zubin Mehta estaba en el podio. Como bien habrán de salir estas dos sesiones programadas en el Auditorio Nacional los días 19 -Conciertos 2, 3 y 4- y 20 -Conciertos 1 y 5-.