Los hermanos Zapico (Forma Antiqva)

El ensemble de los hermanos Zapico desgrana en el Festival de Arte Sacro su Proyecto Barbara, dedicado a la compositora veneciana, de quien se celebra el cuarto centenario de su nacimiento. Les acompaña la soprano Carmen Romeu.

En los últimos años ha venido adquiriendo una relevancia cada vez mayor la figura de la veneciana Barbara Strozzi (1619-1677), cuya obra cubrió una buena parte de la historia de la música veneciana posterior a Monteverdi y en íntima conexión con la de quien fuera su maestro, el insigne operista Francesco Cavalli (1602-1676). La compositora, una rara avis en su tiempo, era hija adoptada, posiblemente ilegítima, de Giulio Strozzi (1583-1652), afamado poeta y libretista, colaborador de Monteverdi y de Cavalli. La madre de Barbara, Isabella Garzoni, llamada "la Greghetta", era sirviente en casa de los Strozzi.



Sobre la personalidad musical de Strozzi ha venido trabajando Forma Antiqva. El resultado de sus búsquedas y aproximaciones se va a poder apreciar en un muy sugestivo concierto de los muchos que pueblan la programación del Festival de Arte Sacro de la Comunidad de Madrid, que tan afanosa e inteligentemente dirige Pepe Mompeán. Se trata de una sesión prevista para este viernes en la Real Basílica Pontificia de San Miguel, un recinto de excelente acústica.



Estarán en el altar mayor de este templo los tres hermanos Zapico: Daniel, tiorba, Pablo, archilaúd, y Aarón, clave y dirección. Junto a ellos, la sobria y segura violonchelista Ruth Verona y la soprano lírica, de tan bellos reflejos, Carmen Romeu. El concierto se integra dentro de las actividades que hace tiempo desarrolla el grupo bajo el lema Proyecto Barbara, que expresa la necesidad de comprometerse más allá de la interpretación. De utilizar su altavoz social como artistas para reconocer y mostrar la creación femenina en todas las facetas que estén a su alcance. "Barbara -dice Aarón- es excelencia. Algo llamativo y magnífico que indica asombro y admiración, según nuestro diccionario. Ritmo en un término que ilustra a la perfección la esencia de la música contenida en el programa".



Strozzi, 'rara avis' del Barroco italiano, ofrece un lirismo de altos vuelos y una reflexión sublime

En efecto, ritmo; y serena contemplación, lirismo de altos vuelos, reflexión sublime son rasgos de la música de Strozzi, cuyo estilo, en opinión de Ellen Rosand, aparece como reflejo de la tradición de la seconda prattica, ejemplificada sin ir más lejos en la obra de Cavalli. Se reconoce en esa sugerente combinación de pasajes muy medidos y anotados y otros en los que se deja plena libertad al intérprete en un discurso que alterna dobles y triples metros, rasgos definitorios del llamado stile concitato.



Las melismáticas expansiones, las constantes repeticiones de las palabras y la atención al sonido de la voz dan carácter a las creaciones de la compositora veneciana, también soprano lírica. Las arias, arietas, madrigales, los llamados affetti, las cantatas, duetos y demás piezas que constituyen su no muy extensa producción (no más allá de ocho número de opus) no plantean excesivos problemas de interpretación para la voz, ya que la escritura suele ser bastante central. No debe tener dificultad la buena cantante que es Carmen Romeu para recrear con total propiedad estas músicas.



Muy buena idea es la de alternar las emanadas de la inspiración de Strozzi -varios madrigales del Primo libro, algunos Sacri affetti de la op. 5- con aquellas nacidas de la del maestro Cavalli -Prólogo y Sinfonía de la ópera La Calisto (en el Real en breve), motete O bone Jesu-, en un planteamiento evidentemente didáctico.