“El grupo de pop psicodélico Pink Floyd hacía cosas curiosas a través de la atmósfera de sus eventos, con sus sonidos e inquietantes proyecciones reproducidas sobre su piel”. Estas palabras las publicó el periódico International Times en el año 1966 y son las que reciben a los espectadores en la entrada de la gran exposición que recorre la trayectoria de la banda inglesa. Después de haber pasado por el Victoria and Albert Museum de Londres en 2017, Roma y Dortmund, la exposición llegó a Madrid el 10 de mayo y estará disponible hasta el 15 de septiembre.
Nada más empezar el recorrido, una oscura y pequeña sala acoge ilustraciones y fotografías de la banda cuyas explicaciones se pueden escuchar a través de unos auriculares que se activan automáticamente y van emitiendo distintos testimonios de los músicos y fragmentos de canciones al cambiar de sala. Toda una experiencia multisensorial que incluye objetos únicos nunca vistos y envuelve al espectador en esa fantasiosa atmósfera que caracterizaba a la banda británica formada por David Gilmour (vocalista y guitarrista), Nick Mason (batería), Roger Waters (bajista) y Richard Wright (teclista).
Conocidos por ser los maestros de la experimentación musical, la exposición muestra la evolución de la banda en orden cronológico contando como fueron surgiendo sus distintas fases sonoras a lo largo de su ecléctica carrera, la psicodélica, la sinfónica y la progresiva, dando forma a célebres álbumes como The Animals, The Endless River, The Divison Bell, The Wall o The Dark Side of The Moon. La exposición reúne también a varias figuras que fueron clave a la hora de desarrollar esa imagen creativa y surrealista del grupo, como el diseñador gráfico Storm Thorgerson, el ilustrador satírico Gerald Scarfe o el pionero de la iluminación psicodélica Peter Wynne-Wilson.
La guitarra de 12 cuerdas que Roger Waters tocó durante la gira de The Wall, el Azimuth Co-ordinator (dispositivo que utilizaba Richard Wright para balancear el sonido en directo a través de un joystick), letras manuscritas de sus canciones, cuadros e ilustraciones, fotografías, una pequeña mesa de mezcla o incluso la vara que utilizaba el director de The Cambridge and County High School for Boys para azotar a Roger Waters, son algunos de los obsequios que se pueden encontrar a lo largo de esta experiencia. No obstante, también se desvela el significado de canciones memorables como Wish You Were Here, cuyo título y letra pueden resultar algo desconcertantes pero que en realidad resulta ser toda una oda a la amistad donde recuerdan a Syd Barret, miembro fundador de la banda que tuvo que marcharse debido a una enfermedad mental ocasionada por el consumo de alcohol y drogas. También se recuerdan épicos momentos, como cuando mientras el hombre pisó la luna por primera vez el 20 de junio de 1969, Pink Floyd tocaba la canción Moonhead en una transmisión en directo de la BBC.
Para culminar el viaje, hay una gran pantalla en la Zona de Performance donde se emite una recreación del último concierto de Pink Floyd en el parque Hyde Park de Londres donde compartieron escenario con artista como Paul McCartney, U2 o Elton John. La banda se reunió el 2 de julio de 2005 en Live 8, un festival benéfico que organizó 10 conciertos simultáneos en diferentes lugares del mundo con el fin de combatir la pobreza. Los visitantes se sientan en el suelo para revivir el reencuentro de la banda tras su separación en el que cuatro grandes artistas se unen e hipnotizan al público con su música una última vez más.