“El humorismo mejora la vida, permite contemplar las cosas de una manera distinta, lúdica, pero sobre todo lúcida, a la cual no llegan otros mecanismos de la razón”, aseguraba el humorista y locutor argentino Marcos Mundsotck (Santa Fe, 1942) en el discurso de recepción del Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades concedido en 2017 a Les Luthiers, el conjunto musical y humorístico al que dedicó más de cinco décadas de su vida. Uno de los mayores ingenieros de la palabra mixta de humor e inteligencia, ha fallecido hoy en Buenos Aires a los 77 años.
Llevaba cerca de uno luchando contra una enfermedad que le fue diagnosticada a comienzos de 2019 y que no impidió que participara, en vídeo, eso sí, con un memorable e hilarante discurso en el VIII Congreso Internacional de la Lengua Española, celebrado en la ciudad argentina de Córdoba. “Después de más de un año de lidiar con un problema de salud que se tornó irreversible, nuestro compañero y amigo finalmente partió. De ahora en más, cada uno de nosotros deberá empezar a transitar el doloroso camino de aprender a convivir con su ausencia”, señala el comunicado hecho público por sus compañeros de Les Luthiers.
Hijo de inmigrantes judíos asquenazíes originarios de la región de Galitzia (Polonia), Mundstock nació en Santa Fe y llegó a Buenos Aires a los siete años. Al terminar el colegio secundario comenzó la carrera de Ingeniería, que abandonó años después. Nunca se llevaría el título, pero sí un puñado de amigos que conoció en el coro de la facultad (organizacionesentonces muy populares y críticas con la dictadura) y que serían el germen futuro de Les Luthiers.
Durante los primeros años, en los que se sacó el título de locutor radiofónico, Mundstock escribió casi íntegramente los libretos de los espectáculos, y hasta el día de hoy las letras de muchas canciones y las historias del hoy célebre Johann Sebastian Mastropiero. Pero su destino sería ser durante cinco décadas la voz de Les Luthiers, el que marcaría el contrapunto, la tensión de muchas situaciones que permitieron que luego de creado el grupo, se rompiera el molde.
Los 50 años de carrera de la formación han dado para largo. Desde 1967 han sido más de 10 millones de espectadores de 15 países distintos los que has disfrutado a través de 35 espectáculos de su particular lenguaje humorístico. Más de 170 obras avalan una trayectoria que ha sido reconocida con más de 30 premios. Los datos son abrumadores, pero ¿cuál es la clave de su éxito? “Nunca hemos caído en la tentación de ir a lo fácil, como pasa ahora con el humor”, aseguraban sus integrantes a El Cultural, en un encuentro con motivo de la gira del 50º aniversario del grupo, sobre su compleja unión de teatro, música y un humor elegante y de altura que convence a público y crítica.
En esa misma ocasión, Mundstock, que afirmaba ser, como el resto de sus compañeros, un payaso elegante de humor, apuntaba que “es importante diferenciar entre el humor y el humorismo. El humorismo es una de las actividades casi involuntarias del ser humano que tiene que ver con el ingenio y la sorpresa. Se trata jugar con las ideas y las situaciones, y es una expresión de la naturaleza humana”.
De forma paralela a Les Luthiers, el humorista trabajó como locutor de radio y comerciales de televisión y también de redactor publicitario. En 1974 hizo la voz en off de la película Quebracho, de Ricardo Wullicher. Además, en los años 90 incursionó en televisión: interpretó a Dios y al Diablo en varios programas del capocómico Tato Bores y realizó una recordada serie de películas publicitarias para el diario La Nación.
Entre 2003 y 2005 participó como actor en cuatro películas: Roma, No sos vos, soy yo, Cama adentro, y Torrente III. Además, en 2011 intervino en Mi Primera Boda de Ariel Winograd junto con Daniel Rabinovich, donde ambos representaban un gracioso dúo de cura y rabino. Además, en 2019 volvió a la pantalla grande con el papel más importante de su carrera cinematográfica; fue protagonista de El cuento de las comadrejas, de su amigo Juan José Campanella, junto con Graciela Borges, Oscar Martínez y Luis Brandoni.
La muerte de Mundstock supone la tercera de un miembro de Les Luthiers, tras la de su principal impulsor Gerardo Masana, que falleció en 1973 de leucemia cuando tenía 36 años y la de Daniel Rabinovich, que lo hizo en 2015 a los 71 años.