El Cultural

El Cultural

Música

Bob Dylan y The Band carburan de nuevo

Coinciden estos días la publicación del nuevo disco de estudio de Dylan, 'Rough And Rowdy Ways', y el documental producido por Scorsese 'Once Were Brothers'

12 junio, 2020 17:32

Se cumplen casi 45 años desde que Bob Dylan y The Band se dieran el adiós definitivo en El último vals, el concierto con el que pusieron punto final a uno de los tándems creativos más importantes del rock y en el que Martin Scorsese ejerció de ilustre notario firmando un documental que debería ser imprescindible en cualquier plan de estudios. Corría noviembre de 1976 –irónicamente Día de Acción de Gracias– y fueron testigos en el escenario del Winterland Ballroom de San Francisco gigantes como Ronnie Hawkins, Van Morrison, Eric Clapton, Muddy Waters, Emmylou Harris, Neil Young y Jonni Mitchell, entre otras figuras.

Hasta decirse adiós, Bob Dylan y The Band (Robbie Robertson, Levon Helm, Rick Dank, Garth Hudson y Richard Manuel) se habían enchufado juntos a la polémica etapa eléctrica del bardo de Duluth (todavía como The Hawks), se convirtieron prácticamente en una comuna en Big Pink (la casa de Woodstock en la que parieron las legendarias The Basement Tapes y el álbum Music from Big Pink), realizaron actuaciones como la de la isla de Wight en 1969 e hicieron giras históricas como Tour ‘74, de la que salió el disco en directo Before the Flood. Esta unión no sólo reinventó la música por su sincretismo de estilos (rock, folk, blues, country). Marcó el camino en la organización de directos y revolucionó la estructura de la banda de rock, dando protagonismo a secciones rítmicas que antes solo figuraban como simple acompañamiento.

Dylan regresa con diez canciones nuevas repletas de blues, ecos de Whitman y un homenaje a Kennedy de 17 minutos

Tanto Dylan como Robertson (líder y superviviente junto a Hudson de la formación canadiense) entran fuerte en el mes de junio con dos entregas que dicen mucho de su vida y de su obra. El autor de Blonde on Blonde vuelve a la carga con un disco con canciones originales después de Tempest, publicado en 2012. En estos ocho años se ha dedicado a rendir tributo a Sinatra y sus clásicos (Shadows in the Night, Fallen Angels y Triplicate), a publicar de forma íntegra las Basements Tapes, a continuar con las interminables entregas de sus Bootleg Series y a recoger en un monumental pack la gira que hizo con The Band en 1966 (sin olvidar su Never Ending Tour que le ha traído a España en varias ocasiones). Dylan, Premio Príncipe de Asturias de las Artes en 2007 y Nobel de Literatura en 2016, regresa al mercado discográfico con Rough And Rowdy Ways, álbum de estudio número 39 que lanzará el próximo 19 de junio y que, pese a su título, no hay nada de áspero en su interior salvo, quizá, su conocido carácter. Incluye diez temas, entre los que se encuentra False Prophet, un corte con base de blues que exhibe una energía en las cuerdas capaz de echarle un pulso aún a las grandes gargantas del Delta del Misisipi. “Otro día que no termina, otra nave que se va, otro día de ira, amargura y duda”, dice en sus primeros versos. Más intimistas son I Contain Multitudes, sutilmente autobiográfica con ecos de la poesía de Walt Whitman, y Murder Most Foul, delicado recuerdo a Kennedy de 17 minutos (con el que conquistó su primer número uno en la lista Billboard) que tendrá grabación aparte en la edición doble del álbum.

The Band enciende sus bujías

“Era tan hermoso que se prendieron las llamas. Era una banda real. Todas esas bujías necesitaban encenderse”. Así define Robbie Robertson, cantante y guitarrista de The Band, la química que se produjo en el quinteto que capitaneó durante unos gloriosos años en los que fueron mucho más que la “banda” de Dylan, fueron “hermanos”. Lo reconoce en el documental Once Were Brothers, un trabajo dirigido por Daniel Roher y producido por Scorsese –que se consagra así como exégeta y especialista de una época, no olvidemos su “tramposo” Rolling Thunder Revue– en el que se muestran en carne viva las glorias y miserias del grupo pero con Robertson como protagonista. No en vano está inspirado en Testimony, sus memorias publicadas en España hace tres años por Neo Person.

El documental, que vio la luz por primera vez en el pasado Festival de Toronto y que estará en la plataforma PlayPack /Sala Cero desde el 12 de junio, cuenta con la presencia del propio Scorsese, Bruce Springsteen, Taj Mahal, George Harrison y Peter Gabriel, entre otros, además de testimonios de los miembros del grupo. Sus inicios con Ronnie Hawkins, la época como teloneros de Dylan y la libertad de Woodstock son algunos episodios que se cruzan constantemente por los recuerdos de los participantes.

Las declaraciones in situ de Robbie y Dominique Robertson (su mujer) estructuran el trabajo de Roher, que no oculta el lado más oscuro de la banda, incluida la autodestructiva relación con las drogas y el alcohol. “Algo se estaba rompiendo y fue como el cristal. Imposible armarlo de nuevo”, explica el cantante sobre su disolución definitiva en 1976. Hubo varios intentos de reunificación en los ochenta pero ya nada fue igual. Dejaban atrás un capítulo esencial en la historia de la música, más de una docena de álbumes en solitario y siete junto al esquivo Bob Dylan (Bootleg Series incluidas).

De aquella época, recuerda en sus Crónicas el autor de Blowin’ in the Wind: “El camino podía ser traicionero, no sabía adónde conduciría, pero lo tomé de todos modos. Ante mí se desplegaba un mundo extraño, como un frente tormentoso con los bordes irregulares e iluminados por los destellos de los relámpagos. Muchos no lo pillaron y ya no fueron capaces de rectificar”.

@ecolote