Evgeny Kissin.

Evgeny Kissin. Johann Sebastian Haenel

Música

Kissin y Leonskaja, pianismo exquisito en el Auditorio Nacional

Kissin llega este domingo con un sugerente programa en el que se alternan Bach, Mozart, Beethoven y Chopin. Leonskaja, por su parte, se sumergirá en la música de Brahms dentro del Liceo de Cámara del CNDM.

9 enero, 2022 03:08

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Se dan cita en Madrid, en el espacio de unas horas, dos de los más grandes pianistas de la actualidad: el ruso Evgeny Kissin (Moscú, 1971), y la georgiana Elisabeth Leonskaj (Tibilisi, 1945). El primero actuará, el próximo día 9, dentro del ciclo de Ibermúsica. La segunda lo hará los dos días siguientes para el CNDM como una de las protagonistas del ya célebre Liceo de Cámara. Uno y otra en el ámbito del Auditorio Nacional.

Kissin nos propone un programa verdaderamente suculento. Se inicia con la potente transcripción del pianista polaco Karl Tausig (1841-1871) de la célebre Toccata y fuga en Re menor BWV 565 de Bach. Para calentar dedos. Luego otra obra en menor el Adagio en Si menor de Mozart. Beethoven a continuación con la espiritual penúltima Sonata nº 31. Para cerrar una buena dosis chopiniana: 7 Mazurcas y el Andante spianato y gran polonesa brillante op. 22. Será un nuevo motivo de disfrute escuchar en este copioso programa al ya madurito Kissin, siempre serio, circunspecto, impávido, sin mover un músculo; como ausente. Pero que en cuanto se sienta comienza a desplegar una energía irrefrenable y a realizar un despliegue técnico de impresión. Sus virtudes han acrecido lógicamente y continuamos admirando su sonido terso y redondo, carnoso, muy bello, su exquisito fraseo, su amplio juego dinámico, su legato sutil. Es artista que mantiene en todo momento un control admirable y que alcanza las mayores proezas sin inmutarse.

Leonskaja consigue un juego lleno de sutilezas y curiosas inflexiones. Kissin parece ausente pero despliega una energía irrefrenable

Lo que nos ofrece Leonskaja tampoco tiene desperdicio. Va a realizar una inmersión profunda en la música de Brahms para piano y cuerdas. El día 10 escucharemos los dos primeros Cuartetos, en Sol menor op. 25 y en La mayor op. 26, obras que seguían la pauta establecida mucho antes por Mozart o Schumann, a la que se abonaba asimismo, como es lógico, el tercero de la serie, el op. 60, escrito en Do menor. Esbozado mucho antes, más conciso y esbelto que sus hermanos, acompañará, el día 11, al fabuloso Quinteto en Fa menor op 34 (no estrenado públicamente, cosa curiosa, en París, hasta 1868) y que, también curioso, había sido estrenado en su versión para dos pianos en 1864 por el propio compositor y el citado Tausig.

Elisabeth Leonskaja

Elisabeth Leonskaja Julia Wesely

Obra amena y poderosa que de seguro encontrará su mejor expresión en las manos de la pianista georgiana. En ella siempre admiramos su exquisito espectro sonoro, la singular pátina que sabe imprimir a sus frases, nimbadas por lo común de una melodiosa y armoniosa fluidez y de una belleza tímbrica hija de un ataque muelle, progresivo y un estupendo manejo del pedal, de una minuciosidad reconocible; lo que otorga a su canto una cadenciosidad ejemplar y a sus planteamientos dinámicos una amplitud que nunca bordean lo altisonante, lo melodramático.

La pianista consigue un medido, y al mismo tiempo libre, juego lleno de sutilezas y, a menudo, curiosas inflexiones. Para la ocasión tendrá la colaboración de un cuarteto de campanillas constituido por cuatro profesores de la Staatskapelle de Berlín, una formación que ha visitado muy recientemente Madrid a las órdenes de Barenboim