El cantautor Pau Riba ha muerto este sábado, a los 73 años, según han confirmado fuentes de la Conselleria de Cultura de la Generalitat. En diciembre del año pasado el músico anunció que sufría un cáncer de páncreas. "No puede ser extirpado pero ahora, y tal y como está, vas tarde, dicen", manifestó. A pesar de haberse sometido a quimioterapia, el músico no ha podido ganarle la batalla a la enfermedad.
Riba fue un cantautor transgresor que inició su carrera a mediados de los años 60 y su doble disco Dioptria fue escogido el mejor disco en catalán del siglo XX por la revista Enderrock. Nacido en Palma en 1948 en el seno de una familia burguesa, cristiana, culta y catalanista, desde joven estuvo destinado a romper con la tradición de sus genes.
Nieto del poeta y humanista Carles Riba y de la poeta Clementina Arderiu por vía paterna, y del diputado y fundador de Unió Democràtica de Catalunya Pau Romeva por vía materna, Pau Riba sólo conservó de su estirpe el amor por la poesía. Estudió diseño gráfico en la Escola Massana y empezó en la industria musical diseñando las portadas de los discos de Lluís Llach, Guillermina Motta y Maria del Mar Bonet en la discográfica Concèntric, la misma con la que en 1967 grabó su primer EP que contenía las canciones Taxista!, El matí de Sant Esteve y Aquest carrer m'és prohibit.
En este debut mostró que había absorbido los nuevos aires que corrían fuera de España. El germen de la crítica social y política que marcará su carrera ya estaba en ese trabajo. Riba pidió entrar a formar parte de 'Els Setze Jutges', un colectivo que, con Lluís Llach a la cabeza, estaba rompiendo barreras, pero fue rechazado porque su estilo musical estaba más cerca de Bob Dylan que de George Brassens.
A modo de respuesta decidió fundar el Grup de Folk, una alternativa de la que formaron parte Jaume Sisa, Xesco Boix, Oriol Tramvia y Ovidi Montllor. Aunque la agrupación sólo duró dos años, marcó época con conciertos como el multitudinario Festival Folk del Parc de la Ciutadella de Barcelona. El espíritu de Mayo del 68 estaba en el ADN del grupo, que fue punta de lanza de una de una revolución juvenil que cambió las costumbres catalanas.
Tras Taxista! y un libro titulado Cançons i poemes, con prólogo de Raimon, el músico publicó Dioptria, considerado el primer disco de rock en catalán. Poético, psicodélico y evocador, el doble álbum incluye temas emblemáticos, como Noia de porcellana, L'home estàtic y Cançó 7a en colors. En este trabajo Riba incluyó un manifiesto contra la burguesía catalana y el modelo de familia tradicional. Tras este rompedor inicio en la esfera musical se trasladó con su mujer a la isla de Formentera con la intención de vivir intensamente la experiencia vital que proponía el movimiento hippie. Allí tuvieron dos hijos, Pau y Caïm Riba, que años más tarde crearían el grupo Pastora con Dolo Beltrán.
En los años 70 montó el espectáculo Elèctric tòxic claxon so y en 1971 publicó Jo, la donya i el gripau, a los que siguieron otros álbumes como Electròccid àccid alquimístic xoc publicado en 1975, año en el que recaló en Valencia. Amarga crisi, Disc dur, De Riba a Riba, Virus laics, Mosques de colors y en 2019 Ataraxia con la Orquestrra Fireluche.
Riba, que participó en la primera edición del festival Canet Rock con una provocadora interpretación de su canción Licors, continuó actuando en el festival durante años y diseñó un cartel por el que los organizadores fueron sancionados con una multa de 500.000 pesetas por "agravio contra las creencias religiosas".
Los convulsos años setenta del músico acabaron en 1979 con un retiro en Cadaqués para recuperarse de una hepatitis y desintoxicarse. Después empezó a colaborar en medios de comunicación y a participar en películas y programas de televisión, mientras seguía grabando discos y escribiendo libros.
Destaca de esta época su disco Transnarcís, pero los ochenta fue una época oscura en general para todos los artistas catalogados como cantautores. En los noventa, Pep Sala propició su reconexión con las nuevas generaciones con el disco Disc dur y trabajó con sus hijos Pau y Caïm en Cosmossoma.
En los últimos años trabajó en la reedición de algunos de sus discos clásicos y participó en trabajos documentales sobre su vida y su obra, entre ellos uno del director Isaki Lacuesta. Su última mujer, Memi March, ha impulsado este trabajo de recopilación de imágenes y canciones y ha ordenado una vida desordenada y creativa, para que siga inspirando a nuevas generaciones. El Vida Festival, que se celebra en julio en Vilanova i la Geltrú (Barcelona), había anunciado la participación de Riba en la edición de este año.
Las reacciones no se han hecho esperar y una de las primeras voces en manifestar su pesar ha sido Laura Borràs, presidenta del Parlament, que ha destacado a Riba como "columna vertebradora de la contracultura". Además de subrayar su "carácter indómito", ha querido hacer hincapié en que "su voz, su música, sus versos y su carácter indómito nos lo recordarán siempre". La Acadèmia Catalana de la Música también ha lamentado la pérdida de este "referente de creatividad y talento" y Salvador Illa ha asegurado que el cantautor, poeta y escritor será recordado por "su música, su autenticidad y creatividad". La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, también ha transmitido su pésame a la familia y ha querido despedirse de un "artista visionario y cósmico que nos inspiró a generaciones enteras".