El cantautor Pablo Milanés ha muerto a los 79 años en un hospital de Madrid, donde estaba ingresado desde hacía más de una semana. El compositor e intérprete cubano, líder de la Nueva Trova junto a Silvio Rodríguez y autor de canciones como "Yolanda", fue hospitalizado el pasado 12 de noviembre por "los efectos de una serie de infecciones recurrentes que en los últimos tres meses han venido afectando a su estado de salud", según informaron en redes desde su cuentas oficiales.
Nacido el 24 de febrero de 1943 en Bayamo (Cuba), la familia de Milanés se trasladó a La Habana en la década de 1950, un periodo de ebullición cultural y política. Mientras se cocinaba la Revolución, que acabaría triunfando el 1 de enero de 1959 con Fidel Castro a la cabeza, Milanés estudiaba música en el conservatorio.
Se impregnó, en aquellos años, de la canción popular de la isla, pero también recogió influencias del denominado feeling, un estilo musical iniciado en Cuba en 1940 que recogía el testigo de las corrientes estadounidenses de la canción romántica y del jazz. Tras formar parte del cuarteto Los Bucaneros, adoptó esa manera novedosa de enfrentarse a la canción, motivada por un sentimentalismo amoroso. El formato no podía ser más sencillo, una guitarra y una voz, al modo de los trovadores del medievo, aunque las armonías, inspiradas en el jazz, se enriquecía con matices complejísimos.
Hacia finales de los años 60, fue internado en las Unidades Militares de Ayuda a la Producción (UMAP), unos campos de trabajos forzados para jóvenes que no realizaban el servicio militar obligatorio. Milanés estuvo en el de Camagüey, pero “no fue por homosexual, no fue por drogadicto, no fue por contrarrevolucionario”, dijo en uno de los documentales dedicados a su figura. Al contrario que la mayoría de los que ingresaron, “fue por mis opiniones que tenía respecto a la revolución a partir de un revolucionario, y que era yo bastante liberal para decirlo donde quiera que lo estimaba”, aseguró.
Tras el traumático paréntesis, que no dejó de recordar en forma de crítica al castrismo, Milanés apostó por una carrera en solitario. A lo largo de su trayectoria llegó a publicar más de 40 discos y obtuvo, entre otros, el Premio Nacional de Música de Cuba y el Grammy Latino a la Excelencia Musical. Además, musicalizó a poetas como José Martí, César Vallejo y Nicolás Guillén. Sin embargo, su legado mayor es haber fundado, junto a Silvio Rodríguez, Noel Nicola y Leo Brouwer, entre los más conocidos, la Nueva Trova, posteriormente denominada Trova Cubana.
Amistad y desencuentros con Silvio Rodríguez
Además de las importantes aportaciones en materia músical, se erigieron como referentes de la protesta social en Latinoamérica, lo que les granjeó más de un incidente, incluso con el régimen de Castro. Precisamente el Primer Encuentro Internacional de la Canción de Protesta, celebrado en Varadero en 1967, fue el antecedente de este movimiento. Solo un año después conoció a Silvio Rodríguez en la Casa de las Américas, donde hicieron un concierto juntos.
Desde entonces, se forjó una amistad ineludible entre los cantautores, dos de los más importantes de la historia de la música en español. Sin embargo, no faltaron los desencuentros, siempre motivados por las declaraciones de uno y otro con respecto al régimen que, desde 1957, está al frente de Cuba.
La última que trascendió a la esfera pública fue en 2011, con motivo del concierto de Milanés en Miami. El músico, que defendió el derecho de la oposición a manifestarse públicamente por las calles de Cuba y a favor de los cubanos que viven fuera de la isla, fue reprobado por su compañero.
Rodríguez consideró desafortunado el hecho de que Milanés concediera declaraciones a "medios [estadounidenses] que tildan de héroes a terroristas que han derribado aviones civiles, medios cuyos dueños han pagado actos de violencia contra Cuba". Explicó, además, que llevaban dos décadas sin hablar, pues "el Pablo que conozco tiene casi un cuarto de siglo de retraso", concluyó.
"Eternamente Yolanda"
Más allá de controversias, Milanés será recordado para siempre por la canción "Yolanda", que se convirtió en un himno para muchas generaciones que vibraron con una letra de amor profundamente sensible y una melodía prodigiosa. Su destinataria era su segunda esposa, Yolanda Benet, que acababa de parir a su hija Lynn, y a la que también escribió “Yo no te pido”. “Vivo de sembrar amor y cosecharlo”, dijo una vez en una entrevista.
El cantautor se encontraba fuera de casa cuando su hija tenía una semana de vida, pero a su regreso trajo regalos en forma de canciones. Una era la mítica "Yolanda", que la interpretó junto a Noel Nicola y su entonces esposa, que quedó "paralizada" mientras su hija no para paraba de llorar. “No me pidas” y “Quiero poner la tierra a tus pies” eran las otras. Otras canciones imprescindibles del cantautor son “Para vivir”, “A veces cuando el sol” o “Yo pisaré las calles nuevamente”, contra el dictador chileno Augusto Pinochet.
Una voz incandescente
Milanés cantó hasta el final de su vida. Era lo que le hacía sentir vivo, pero su cuerpo, que adoleció de una salud muy delicada durante gran parte de su vida, no ha aguantado más el ritmo. El cantautor fue ingresado en plena gira "Días de luz" y se vio obligado a cancelar los conciertos que tenía programados en España, México y Santo Domingo.
Hacía años que se había trasladado a vivir a nuestro país para tratarse una enfermedad oncohematológica, pero pudo despedirse de su querida Cuba, donde ocurrían "los recitales más abiertos y espontáneos", como él decía, en junio de este año. Dicen que fue el concierto más emocionante de Milanés en La Habana. El compositor cubano selló con una sentida actuación el reencuentro con su público después de casi tres años sin cantar en su tierra e interpretó, además de sus clásicos, las nuevas canciones que produjo durante la pandemia.
Estaba previsto realizar el concierto en el Teatro Nacional, pero ante la avalancha de peticiones tuvieron que trasladarlo al Coliseo de la Ciudad Deportiva, con capacidad para cuatro veces más espectadores que en el teatro. En realidad, fue una despedida agridulce. Milanés seguía sonando igual, sus canciones emocionaban como siempre, pero su aspecto físico ya anunciaba indicios de su estado de salud. Incluso llegó al escenario en una silla de ruedas.
"La música es todo para mí, la mejor forma que encuentro para expresarme, la mejor manera de sentir e incluso de pensar. Creo que los músicos contamos con otro lenguaje muy especial, que nos permite comunicar, eso es algo único", confesó el artista.
Cuba, eterno amor con reservas
Además de la música, también su país fue todo para Milanés. Las consideraciones hacia el castrismo acaso fueron contradictorias a lo largo de su vida, lo que le valió el fustigamiento aquí y allá, pero su posición nunca fue equidistante. O sea, siempre tuvo valor para expresar una opinión contundente, aunque a veces diera para un lado y repartiera para el opuesto.
Tras la caída de la Unión Soviética se distanció del régimen. “La apertura cubana es un maquillaje”, dijo, y, como apuntábamos anteriormente, cantó en Miami en 2011 sin condenar el bloqueo impuesto a la isla por parte de Estados Unidos. Sin embargo, ha sido acusado por muchos de formar parte de un escrache en 1980 a Mike Porcel, un compañero de profesión. El motivo, supuestamente, fue que Porcel se había mostrado crítico con las políticas del gobierno cubano.
[Pablo Milanés: "La canción no es un arma de matar"]
En una carta hacia el periodista Edmundo García, con el que tuvo un sonoro altercado, escribió: “No tengo ningún compromiso a muerte con los dirigentes cubanos, a los que he admirado y respetado, pero no son Dioses, ni yo soy fanático, y cuando siento que puedo hacer un reproche y decir no, lo digo, sin miedo y sin reservas. Cuando veo que unas señoras vestidas de blanco protestan en la calle y son maltratadas por hombres y mujeres, no puedo por menos que avergonzarme e indignarme y, de algún modo, aunque no estemos de acuerdo absolutamente, solidarizarme con ellas en su dolor".
Y es que, según Milanés, "lo más vil y lo más cobarde puede ser que una horda de supuestos revolucionarios ataque despiadadamente a estas mujeres". Y concluía: "No hay ningún código que defienda eso en el mundo, es más, la violencia de género se queda corta al ver esas salvajes manifestaciones”.
“Vivo de mis contradicciones: lo discuto todo”, diría en una entrevista en el año 2000. En la misma, sugirió que “si muere Fidel ahora que Cuba no está preparada, será tremenda jodienda”. Tras las protestas antigubernamentales del 11 de julio de 2021 en la isla, las mayores en décadas, se remontó al pasado para hacer estas declaraciones: "En el año 1992 tuve la convicción de que definitivamente el sistema cubano había fracasado y lo denuncié".
El creador de "El breve espacio en que no estás" y "Amo esta isla" reiteró entonces su confianza en el pueblo cubano "para buscar el mejor sistema posible de convivencia y prosperidad, con libertades plenas y sin represión". En septiembre, Milanés fue parte del centenar de artistas e intelectuales cubanos que suscribió un manifiesto de la sociedad civil y se pronunció en las redes sociales por el impulso de cambios necesarios en su país "dentro de un espíritu de soberanía, inclusión y respeto al ser humano, a su dignidad y aspiraciones más básicas".
29 veces en el quirófano
A lo largo de su vida, Milanés entró 29 veces al quirófano, debido principalmente a una necrosis crónica en la cabeza del fémur, pero también por una hernia y por una insuficiencia renal, que lo llevó a someterse a un trasplante de riñón donado por su mujer en 2014. Asimismo, padeció del mal de Dupuytrén, una enfermedad que le provocó el cierre progresivo de la mano y le impidió tocar la guitarra durante varios años.
El cantautor cubano, que residía en nuestro país desde 2014 junto a su última esposa y mánager, la historiadora gallega Nancy Pérez, y sus dos hijos, se trataba en España de un tipo de cáncer que afectaba su respuesta inmunológica.
El músico, sin embargo, siempre se impuso ante las adversidades y persistía en su voluntad de seguir su labor. Compuso más de 400 canciones y publicó más de cuarenta álbumes, además de componer música para siete largometrajes y más de treinta documentales y series de televisión.
España, país de acogida
La relación de Milanés con España se remonta a muchos antes de que se instalara en España. En 1985, autores e intérpretes como Joan Manuel Serrat, Ana Belén, Luis Eduardo Aute o el propio Silvio Rodríguez le rindieron homenaje en el álbum Querido Pablo, interpretando junto a él sus canciones más emblemáticas. En 2002, Pablo Querido supuso una suerte de reedición de aquel disco. En 2013, la colaboración con Andrés Suárez en la canción "Perdón por los bailes" fue decisiva en el impulso de su carrera. El cantautor gallego ha lamentado su muerte en redes sociales.
Por cierto, no escondió su aversión hacia el reguetón: “Me parece horroroso. No tiene ningún valor musical, ni poético, ni orquestal, ni nada. Me parece que su valor es nulo. Hay una gran falta de valores en la música popular. Se están creando valores superfluos y artificiales que duran poco”.
La capilla ardiente tendrá lugar, por deseo de su familia, en el salón Cervantes de la Casa de América este miércoles 23 de noviembre de 10.30 a 15.30 horas. "Para todos aquellos que quieran rendirle homenaje, el acceso del público se hará por la entrada principal de Casa de América, situada en la Plaza de Cibeles", han informado desde la institución.