El Festival Internacional de Música de Canarias (FIMC) vuelve por sus fueros tras el desbarajuste pandémico. Un número amplio de presencias prestigiosas circularán por las islas hasta el 11 de febrero, durante un mes jalonado con casi 60 actuaciones. Pero la que más ansía su director, José Perdigón, es la del público. “Reencontrarnos con la ciudadanía sin limitaciones será muy gratificante”, apunta a El Cultural.
Reclamos no le van a faltar. En el capítulo de agrupaciones, debutan en Canarias la Orquesta del Maggio Musicale Fiorentino, la Orquesta de Cámara de Europa y la Orquesta de Cámara de Escocia, que presentará Luz, amor y éxtasis, encargo ad hoc del festival a la compositora local Laura Vega. Además, la Sinfónica de Kiev otorgará al FIMC un fuerte simbolismo político al clausurar esta 39ª (días 9, 10 y 11) edición con conciertos en Gran Canaria, Fuerteventura y Tenerife.
El conjunto ucraniano, empecinado en que la guerra no lo acalle, se presentará con el maestro italiano Luigi Gaggero al frente. Interpretará tres piezas de compositores del país eslavo. La última, la Sinfonía nº 3, de Borís Liatoshinski, no puede ser más oportuna, con un movimiento final titulado La paz vencerá a la guerra, lo que le procuró fricciones con las autoridades soviéticas.
[Los Ópera Awards reconocen la resistencia lírica de Odesa y Leópolis]
“La Sinfónica de Kiev es poco habitual en las giras de nuestro entorno. Pero esto no significa que su nivel artístico sea menor que el de otras formaciones que invitamos a participar habitualmente”, afirma Perdigón, que además ha ‘reclutado’ a la Sinfónica de Bamberg, que tocará bajo la batuta de Jakub Hrusa, y la Filarmónica de la BBC (13), encabezada por Juanjo Mena, que la conoce al dedillo. No en vano, la dirigió durante siete temporadas. En atriles, pondrán a Gerhard, Britten y Ravel.
Llama asimismo la atención el regreso del colombiano Andrés Orozco-Estrada, titular de la Sinfónica de Viena y abanderado de la música latinoamericana, junto a Gustavo Dudamel y Alondra de la Parra. “Es cierto que nos visita con relativa frecuencia, pero siempre con formaciones diferentes [esta vez con la Orquesta de Cámara de Europa, días 30 y 31], lo que significa lecturas, colores y dinámicas diversas”, señala Perdigón, que prioriza el diálogo con Latinoamérica. “Tenemos un nexo muy especial con ella porque en épocas pasadas, en momentos muy complicados, los isleños emigraron y fueron muy bien acogidos en esa parte del mundo”.
En el apartado de solistas, sobresalen Patricia Kopatchinskaja, Pallavi Mahidhara, Elina Garanca, Daniil Trifonov y Pablo Sáinz-Villegas. Y no pasamos por alto el Cuarteto Casals, que le da más fuste camerístico al cartel confeccionado por Perdigón, acostumbrado a hacer malabares con el presupuesto de que dispone. “Sería insensato decir que es suficiente. Al final, uno de los retos más interesantes en este trabajo es poder conseguir una programación importante con un presupuesto que no lo sea tanto. ¿Cómo se consigue esto? Pues trabajando mucho con profesionales solventes y con una buena dosis de fortuna”.