Roger Waters sigue metiéndose en todos los charcos. El popular rockero y fundador de la banda Pink Floyd participó este miércoles en una conferencia ante el Consejo de Seguridad de la ONU sobre la guerra de Ucrania y la entrega de armamento por parte de los países occidentales. Lo hizo a invitación de Rusia y reclamó un inmediato alto el fuego para tratar de alcanzar un acuerdo de paz. Y aunque el músico calificó de "ilegal" la invasión ordenada por Vladímir Putin de su país vecino, manifestó también su creencia de que la campaña bélica de Moscú fue provocada.
Waters, que ya se había expresado varias veces en público sobre la guerra de Ucrania —ha protagonizado un giro radical, llamando al principio a Putin "gánster" o refiriéndose a él como "un nuevo Hitler" y ahora comprando los argumentos rusos—, fue invitado por Rusia a hablar ante el Consejo y presentado como "un activista civil en favor de la paz". Sus palabras, no obstante, han suscitado numerosas críticas. El embajador ucraniano ante la ONU ha denunciado que el músico, de 79 años, es "solo otro ladrillo en la pared" de la propaganda y desinformación moscovitas.
"La invasión de Ucrania por parte de la Federación Rusa fue ilegal. Lo condeno en los términos más enérgicos posibles", dijo Waters, que intervino mediante un vídeo desde su casa de Long Island (Nueva York). "Pero también, la invasión rusa de Ucrania no fue sin provocación, por lo que también condeno a los provocadores en los términos más enérgicos posibles", matizó. El pasado septiembre en su página web ya publicó una carta en la que se oponía al envío de armas a Kiev. "El único curso de acción sensato hoy es pedir un alto el fuego inmediato en Ucrania", sentenció.
El rockero, conocido también por su defensa de la causa palestina y sus frecuentes encontronazos con Israel, basó su discurso en genéricos llamamientos a la paz, utilizando con frecuencia la expresión "We the people" (nosotros el pueblo) y recordando que las guerras "destrozan el planeta". La actual situación en Ucrania, según Waters, no enriquece a nadie más que al lobby armamentístico mundial, pero "somos muchos los que no compartimos los beneficios de esa industria de guerra (por ello) el único camino sensato es llamar al alto el fuego inmediato.
El discurso de Waters fue inmediatamente utilizado por el embajador ruso, Vasili Nebenzia, que elogió "el poderoso alegato" del músico contra la guerra, informa Efe. El representante de Moscú aprovechó así las palabras de Waters para advertir que el constante flujo de armas, expertos y equipamiento de los países europeos hacia Ucrania está obligando a los países occidentales a aumentar sus presupuestos de defensa y por ende a enriquecer a la industria armamentística, que en 2022 vivió el mejor de sus últimos años.
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"Tiene suerte de estar en Nueva York, en un país libre, decir lo que piensa, decir lo que quiera, incluso sobre la agresión rusa y el error que supone. Si hubiera estado en Rusia, con esto que ha dicho, podría haber sido detenido", señaló el embajador de Albania ante la ONU, Ferit Hoxha. El representante de Estados Unidos, Richard Mill, reconoció las "impresionantes credenciales de Waters como artista", pero dijo que sus calificaciones para hablar sobre el control de armas o temas de seguridad europea eran "menos evidentes".
Sergíy Kyslytsya, el embajador ucraniano, hizo un repaso de los discos más famosos de Pink Floyd y recordó que en 1979, cuando el grupo publicó The Wall (El muro), el disco fue prohibido en la Unión Soviética por las posturas del grupo contrarias a la invasión de Afganistán.
Mo es la única polémica que ha rodeado a Roger Waters en las últimas horas. Polly Simpson, esposa del guitarrista David Gilmour y letrista ocasional de Pink Floyd, ha disparado en las redes sociales contra el rockero, tildándolo de "antisemita hasta la médula", "apologista de Putin", "megalómano mentiroso, ladrón, hipócrita, evasor de impuestos, cantante de playback, misógino y envidioso". El último episodio de un enfrentamiento que empezó con la salida de Waters de la banda en 1984.