La calurosa tarde típica del verano madrileño anticipaba una noche en la que sobran todos los remedios contra el frío. Así que entre eso y el ambiente relajado al que invita la organización de las Noches del Botánico, el segundo concierto de Loreena McKennitt en Madrid se presentaba como un contrapunto a la cita deportiva del momento, la semifinal de la Eurocopa de fútbol entre España y Francia.
La de McKennitt es la única doble cita que tenía el festival este año en su extenso calendario y aun así se colgó el cartel de “todo vendido” para las dos noches con bastante antelación. Había público y ganas de volver a ver a una de las divas del folk internacional.
La canadiense volvía a España tras cinco años de ausencia en un tour europeo que celebra el 30 aniversario de uno de sus álbumes más celebrados. The Mask and the Mirror fue un gran hito para la artista y para el género que rompía por primera vez el muro de las listas de éxitos y hasta formaba parte de alguno de los éxitos taquilleros de los 90.
En su segunda actuación en Madrid, McKennitt comenzaba puntualmente recordando sus primeros temas sentada en el piano con “All Souls Night” y algunas piezas nuevas y populares antes de comenzar con un repaso completo por el álbum que da nombre a la gira. Los prometidos 25 minutos de prólogo se alargaron bastante más con la participación de invitados de peso.
Especialmente interesante la incorporación al espectáculo de talentos locales como nuestra toledana Ana Alcaide, una especialista consumada en la antiquísima viola de teclas y una excelente artista nunca suficientemente ponderada y que ha ahondado en el imaginario ibérico de forma especialmente notable.
Otro invitado especial fue Daniel Cáceres, quien añadió con su guitarra española un toque andaluz a alguna de las últimas piezas compuestas por McKennitt y que recuerdan de manera inevitable a las noches nazaríes que tan honda huella han dejado en la artista trasatlántica.
Tras un par de temas exitosos de otros álbumes y un descanso de unos 20 minutos, el grupo de músicos comenzó un recorrido completo por el icónico The Mask and the Mirror de 1994. El álbum contiene adaptaciones de autores clásicos de la literatura a los que Loreena dio vida a través de su música para ofrecérselos al gran público con otra perspectiva, siendo un éxito mundial inesperado en una época marcada mayoritariamente por el pop y el rock.
Tras unos más que merecidos aplausos, la noche acabó con un triple bis en el que sonó "The Mummer’s Dance" y finalizó con el emotivo "Dante’s Prayer", en el que Loreena McKennitt nos pidió a todos a través de las letras que recordemos estas noches, los buenos momentos y a todos aquellos con los que disfrutamos de los pequeños placeres de la vida.
Mención especial a la organización por como está montado y pensado el festival, con todo lo necesario para disfrutar de la música y de una agradable noche de verano en una ubicación dispuesta con todos los requerimientos necesarios para hacer buena cualquier velada.