Hace 13 años, Juan Diego Flórez (Lima, 1973) fue a cantar en Venezuela con Gustavo Dudamel y fascinado por ese sistema de orquestas, volvió a su país inspirado. El tenor peruano no tardó mucho tiempo en trasformar su entusiasmo en realidad. 

En 2011 fundó Sinfonía por el Perú. Ahora tienen más de 20 centros a lo largo de toda la región, 6500 niños y jóvenes que participan en el proyecto, y más de 30.000 beneficiados. "Es un movimiento social que usa la música como herramienta de transformación", afirma.

La Orquesta Juvenil es la "punta de diamante" de Sinfonía por el Perú, como la nómina el mismo Flórez. "Con nuestro método, los chicos se vuelven grandes músicos, capaces de tocar en cualquier situación". De hecho, acaban de aterrizar en España para acompañar al tener peruano en este proyecto.

Concierto de la Orquesta Juvenil en el Gran Teatro Nacional de Lima, Perú. Foto: Sinfonía por el Perú null

Bajo la dirección de la joven Ana María Patiño-Osorio (Colombia, 1995) este jueves 19 de septiembre, el Teatro Real de Madrid acogerá el primer concierto de la gira. "Es un regalo trabajar con jóvenes que tienen tanto entusiasmo", afirma la directora Osorio, "se crea una emoción especial vivir la ópera de esta forma".

Del pop a la zarzuela

El tenor de doble nacionalidad peruana y austriaca se ha establecido en el mundo de la ópera del panorama actual. Acaba de fundar una discográfica, Flórez Records, que publicará el primer disco el 29 de septiembre, dedicado al género de la zarzuela. "Me acerqué a la música lírica porque en el colegio nos ponían a cantar zarzuelas. Yo cantaba pop con mi guitarra, pero pensé que ese era el género musical que me ayudaría en mi carrera para cantar todo lo demás".

Flórez, siguió con clases privadas hasta que se apuntó al Conservatorio Nacional de Música de Lima. "Ahí me enamoré de la ópera y decidí ser tenor". Alcanzó fama internacional tras su debut en el Festival Rossini de Pesaro en Matilde di Shabran y desde allí dio la vuelta al mundo.

Este jueves en el Teatro Real marcará la primera grabación del tenor con la Orquesta y Coro Juvenil de Sinfonía por el Perú. Para la ocasión, confiesa que interpretará La Traviata, una de los últimos títulos incorporados a su repertorio.

Los embajadores culturales de Perú

Sinfonía por el Perú se estructura en centros de formación que atienden a los niños desde los 5 años hasta los 18. Los centros se encuentran en muchas regiones del país, pero también en la Amazonia y los Andes. No se trata solamente de un programa musical, sino que propone también talleres de luthería para construir y fabricar instrumentos.

El trabajo constante con la música permite desarrollar habilidades en los chicos de creatividad, autoestima, de búsqueda constante de la excelencia. Reciben atención psicológica para llegar a un nivel de madurez institucional y de excelencia artística. Son los "embajadores culturales de Perú".

Los niños de la Orquesta vienen de entornos difíciles, de zonas vulnerables, que han empezado a amar la música gracias al programa social de Sinfonía. Han seguido este camino, han mejorado sus vidas y han terminado en una orquesta como esta. Hace dos años emprendieron su primera gira, en el Festival de Salzburgo. "Fue un éxito, la gente realmente aplaudía con los pies", recuerda Flórez.

Tocar la música 

En esta segunda gira internacional, la orquesta estará conformada por 75 instrumentistas de diversas regiones de Perú. El programa varía desde la pureza del repertorio belcantista a la ópera francesa, el canto desinhibido, la zarzuela y la música popular latinoamericana. "Este programa es más clásico, más español pero la música conecta con el público por la manera en que se toca".

El concierto comienza con Vincenzo Bellinitres arias de su ópera e I Capuleti e I Montecchi que exigen un gran control de la expresión emocional. Las producciones del compositor italiano fueron las primeras que Flórez tuvo que cantar, después de seis años de voz y ópera. "Cuando salí al escenario por primera vez recuerdo que no me sentía los brazos. Fue la primera vez que cantaba para un público, por esto quise poner a Bellini de nuevo primero".

El maestro Juan Diego Flórez y la directora Ana María Patiño-Osorio. Foto: Teatro Real null

Gaetano Donizetti, el otro gran compositor dramático que marcó la poética de Flórez, sigue el programa con Roberto Devereux. Matteo Salvi y Giuseppe Verdi con Jerusalem cierran esta parte. 1 hora y 50 minutos de ópera, con un intermedio de 25 minutos. "La primera parte es una aria muy romántica, muy sentida, con algunos golpes de pecho", explica el tenor.

La segunda parte está dedicada a la ópera francesa y a la zarzuela. Con el aria de Roméo et Juliette de Charles Gounod, Jacques Offenbach, las zarzuelas de José Serrano, Pablo Luna y El último romántico, de Reveriano Soutullo. Sigue con La boda de Luis Alonso, el intermezzo de Gerónimo Giménez, y se concluye con Granada, "una canción que se ha vuelto un aria", compuesta por el mexicano Augutín Lara.

Como una familia

"Fue muy especial grabar con la Orquesta de Sinfonía por el Perú. Los chicos estaban muy concentrados pero muy divertidos también. Tienen pocos años, se lo pasan bien, pero a veces me tienen demasiado respecto", afirma riéndose. "Tengo que recordarle que soy un músico, como ellos".

"Los niños que crecen en entornos particulares, cuando les da música, se aferran mucho a ella y quieren seguir adelante". La Orquesta es un entorno protegido, un núcleo que los une, como una familia. Tocan siempre juntos y el impacto, según Flórez, es increíble. "No me sorprende, pero viéndolo con cifras te das cuenta cómo la música realmente puede cambiar vidas".

Entran sin saber nada de música, empiezan en un coro, pasan a la orquesta. No todos tienen la música dentro, no todos van a ser músicos. "El bichito se les va a quedar para siempre, mejoran en muchos aspectos de sus vidas". Se forman con un concepto de la música como instrumento de difusión cultural, como cuidado.

Un espacio de protección

"Me conmueve mucho poder formar parte de una gira que refleja la visión de la música de los latinoamericanos a partir de estos proyectos sociales", afirma la joven directora colombiana. La Orquesta Juvenil Sinfonía por el Perú es un programa independiente, con fondos privados, de fundaciones europeas. Desde el principio, Flórez no quiso lazos políticos, quería atender a los chicos de manera especial. "Nuestra independencia es importante", subraya el tenor.

La organización es un programa arraigado en el país, un referente cultural y social. Sus núcleos funcionan en alianza con las escuelas públicas y convenios con autoridades locales para poder amplificar la intervención. "Los vaivenes políticos y las situaciones de nuestros países generan condiciones más vulnerables a la niñez, en términos de salud mental y de pobreza".

Sinfonía es poder ser un espacio de protección y de respuesta frente a situaciones de debilidades. La música como interacción social, como terapia, como instrumento de apoyo, de crecimiento, de entendimiento. "La música puede realmente ir mucho más allá de ofrecer un concierto especial".