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Cuando John, Paul, George y Ringo aterrizaron la mañana del 7 de febrero de 1964 en New York, ni siquiera se habían cumplido tres meses desde que la población norteamericana presenciase por televisión el terrible asesinato de su presidente John Fitzgerald Kennedy, un evento traumático que sacudió profundamente a la sociedad y del que todavía no se había recuperado. Por tanto, la presencia de 4.000 jóvenes entusiasmadas portando todo tipo de carteles en el recién rebautizado aeropuerto JFK de New York para recibir a The Beatles alumbraba la posibilidad de que no todo estuviese perdido.

Y es que mientras la imparable ola musical y cultural de los Fab Four arrasaba por toda Europa, la mayoría de norteamericanos todavía no tenían ni idea del cambio y el tremendo impacto positivo que traería consigo la banda británica marcando para siempre a varias generaciones. "Tal vez Estados Unidos necesitaba algo como The Beatles para poder levantarse de la tristeza", explica Paul McCartney en una de sus intervenciones dentro del documental.

Mientras que en las semanas previas el enérgico e icónico single I Wanna Hold Your Hand había conquistado los corazones norteamericanos alcanzando el número uno en las listas de éxitos, curiosamente varios medios de comunicación les recibieron con reticencia a través de sus editoriales conservadoras que no dudaban en cuestionar el valor del cuarteto de Liverpool con titulares que les tildaban de músicos sobrevalorados con vulgares cortes de pelo y tratándolos como si fuesen una especie de bacterias musicales capaces de infectar al público joven. Sin duda, un movimiento tan infantil, puritano y torpe como intentar ponerle puertas al campo.

Pero en realidad la expectación mediática ante semejante acontecimiento era enorme tal y como muestran las imágenes de la rueda de prensa organizada por Capitol Records en una sala del aeropuerto momentos después de su llegada donde se puede observar a John, Paul, George y Ringo conservando aparentemente la calma y no sentirse demasiado abrumados en medio de un follón de preguntas por parte de numerosos periodistas mientras hacían gala de su legendario y desenfadado sentido del humor para poder responderlas.

Beatles '64, producido por Martin Scorsese y dirigido por David Tedeschi, colaborador habitual del neoyorquino en anteriores documentales, se estrena el 29 de noviembre en Disney+. La película se centra en las tres semanas que estuvo la banda en tierras norteamericanas resaltando el abundante metraje en 16 mm recuperado y remasterizado especialmente para la ocasión.

A lo largo del documental el espectador podrá acompañar a la banda en pruebas de sonido, trayectos en coche y tren así como dentro de su habitación del Hotel Plaza de New York donde participará de los tiempos muertos de la banda reunidos en modo bunker entre cigarrillos y bromas mientras numerosas fans (desde las mas histéricas a las mas intelectuales) se agolpaban en la calle esperando a sus nuevos ídolos con todo tipo de obsequios para ellos.

El entusiasmo y las gigantes sonrisas de sus seguidoras iluminaban a cualquiera que se pusiese delante. Algunas intentaron colarse en el Hotel diciendo que estaban alojadas en él. Y un par de ellas casi lo consiguen.

The Beatles bajando del avión a su llegada a Estados Unidos

Evidentemente todo esto hizo que los Beatles lo tuviesen difícil para poder moverse mínimamente por la ciudad sin que una multitud les persiguiese a todos lados, de tal manera que John Lennon tuvo que telefonear a la cantante de Soul Ronnie Spector para que viniera en su ayuda y poder llevarles a algún sitio donde pasar un buen rato sin agobios.

La legendaria lider de las Ronnetes finalmente decidió que la mejor opción era llevárselos al barrio de Harlem, el único reducto de la gran manzana donde cierta población afroamericana y latina todavía desconocía la existencia de la banda británica que copaba las noticias desde hacía semanas.

¡Qué noche la de aquel día!

Dos días mas tarde después de su llegada, el domingo 9 de febrero, por fin tuvieron su famosa presentación en El show de Ed Sullivan (la primera, días mas tarde harían otra desde Miami).

La actuación sería a las 8:00PM, justo cuando el público norteamericano se sentaría alrededor de la televisión para cenar en familia, de tal manera que se llegó a alcanzar una audiencia de 73 millones de personas viendo aquella mítica transmisión a través de las pequeñas pantallas de sus hogares.

Cuando por fin John, Paul, George y Ringo aparecieron en el escenario, comenzaron con los acordes de All My Loving entre chillidos ensordecedores de las adolescentes del público que a veces llegaban a sobrepasar el volumen de las canciones que estaban interpretando, especialmente con el siguiente tema e himno generacional She Loves You.

Después el programa continuó con sus habituales entretenimientos variados para toda la familia que resaltaron aún más el poder novedoso, incipiente y transformador que tendría a partir de entonces la música pop, mientras que para finalizar el show los ‘Fab Four’ cantaron dos de sus éxitos más importantes I Saw Her Standing There y I Want to Hold Your Hand.

A partir de ahí nada sería igual y el éxito de los Beatles en The Ed Sullivan Show allanaría el camino para posteriores bandas de rock ‘n’ roll de la llamada “Invasión Británica” como The Rolling Stones, The Animals, The Dave Clark Five, etc.

The Beatles a su llegada a Estados Unidos

Dos días después de su aparición televisiva, los Beatles partieron en tren hacia Washington D.C para dar su primer concierto ante 8000 personas en el estadio Washington Coliseum. El escenario era un cuadrilátero de boxeo donde la versión más Soul y Rhythm and Blues de la banda de Liverpool desplegaría su tremendo potencial enérgico y melódico ante un público femenino enfervorecido rodeado de algunos rostros masculinos que no parecían entender muy bien lo que estaba pasando.

Como anécdota, resaltar que nada mas subir al escenario ante la histeria colectiva Ringo Starr comprobó que su batería había sido colocada al fondo del escenario lejos de sus otros tres compañeros (en esa época esa era la costumbre habitual) así que decidió tomarse su tiempo para acercarla más hacia John, Paul y George y sentirse más integrado. La unión siempre fue fundamental entre ellos. Y poder escucharse también.

Precisamente un jovencísimo David Lynch tuvo la fortuna de estar presente en el debut de la banda británica, el director norteamericano recuerda la experiencia como algo "sublime y completamente inesperado". Y es que el intenso volumen provocado por los gritos ensordecedores de las fans, aumentaba exponencialmente la experiencia "la música en realidad es como los elementos: el aire, el agua, la tierra… es algo que puede tragarte completamente y devolverte de otra manera, la belleza que provenía de aquellas notas musicales simples era realmente abrumadora". Y es que el grado de complicidad, energía desbordante y diversión del que hacían gala los Fab Four en ese momento era simplemente irresistible.

She loves Them

Beatles ’64 también reivindica a lo largo del metraje la importancia fundamental que tuvieron las fans en todo este fenómeno. Los Beatles a través de su indudable calidad vocal y compositiva mostraban que también podían ser tiernos, compasivos y sensibles sin hacer gala de la imperante masculinidad que la sociedad demandaba en ese momento.

Además, tampoco tenían las cualidasdes sexis y provocadores de un Elvis Presley al principio de su carrera. Sus cortes de pelo, sus uniformes y sus eternas melodías les conferían una cierta suavidad que les hizo conectar de una manera muy especial y diferente con las fans como nunca antes había ocurrido. De hecho, tal y como reconoce el cantante Smokey Robinson, el público femenino siempre fue fundamental desde el principio para el mundo musical, ya que "nunca han tenido problema en mostrar sus emociones y su entusiasmo al contrario que el habitual hermetismo del público masculino".

Los británicos rompieron muchas barreras de un plumazo, de alguna manera, también eran bastante inclusivos y su energía derivada de ser un grupo de jovenzuelos que hacían bromas constantemente allá donde fueren en ruedas de prensa y sesiones fotográficas acabó convirtiéndolos en irresistibles para todo el planeta. De hecho las fans confesaban que no podían describir exactamente todo lo que les provocaba sentimental, física y emocionalmente cuando veían y escuchaban a los Beatles de tal manera que gritar parecía la manera mas lógica y natural para poder liberar toda aquella energía.

El documental aprovecha también para saldar cuentas con la herencia musical norteamericana y el amor incondicional que la banda de Liverpool profesaba hacia la música negra y de la Motown llegando a versionar y popularizar para siempre éxitos como Twist and Shout de los Isley Brothers o You’ve Really Got a Hold On Me de Smokey Robinson and The Miracles.

Tal y como explica John Lennon en una entrevista posterior, el rechazo general de los padres a la música de los Beatles “no era diferente del rechazo que tuvieron a otras figuras del Rock’n’Roll en la década anterior como Little Richard, Chuck Berry o Elvis Presley”, básicamente porque el problema provenía de ser una música creada por artistas negros que hacía desmelenarse a la juventud y que hacía tambalear el status quo imperante por aquella época.

Por tanto, el vínculo de la banda con Estados Unidos venía de lejos y sería tan fuerte que regresarían ese mismo año para hacer una gira durante el mes de agosto, y posteriormente los veranos de 1965 y agosto de 1966.

Pero tal y como reflejó el magnífico documental de Ron Howard Eight Days A Week (2016) las infraestructuras de aquel momento no permitían la posibilidad de poder ejercer las giras en unas condiciones técnicas y logísticas mínimamente sostenibles provocando un gran agotamiento y deseperación que llevaría al cuarteto de Liverpool a abandonar definitivamente los escenarios para centrarse en grabaciones de estudio. Allí si que podían controlar las circunstancias consiguiendo dejar para lo posteridad un legado de obras maestras irrepetibles hasta anunciar su definitiva separación en abril de 1970.

El desembarco musical de los Beatles en EE.UU. fue realmente un momento transformador de la cultura pop tal y como dijo el guitarrista, cantante y mano derecha de Bruce Springsteen en su reciente documental Stevie Van Zandt: Discípulo (2014), donde la aparición de los Beatles en el programa de Ed Sullivan, fue un momento revelador que sirvió para que todos los jóvenes norteamericanos que se sentían diferentes a la corriente habitual quisieran montar al día siguiente una banda de rock.