Los 10 grandes hitos de la música y la ópera de 2024: maestros resistentes, voces con fulgor
- El 'Lear' dirigido por Calixto Bieito o la publicación de la correspondencia de Pau Casals son algunos de los acontecimientos musicales que más nos han deslumbrado.
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Este año Calixto Bieito firmó una magnífica escenificación en el Teatro Real del Lear de Aribert Reimann, que –maldita casualidad– nos dejó en marzo. Zubin Mehta, casi nonagenario, se puso al frente de la Filarmónica de Múnich para derrochar, aun sentado, un lirismo efusivo. Gozamos también del savoir faire de Kirill Petrenko y Daniele Gatti. El compositor Alberto Carretero nos encandiló con la ópera La bella Susona y la versión de Sagi de La del manojo de rosas volvió a admirarnos.
1. Lear
Calixto Bieito. Teatro Real.
Una de las grandes novedades de la temporada del Teatro Real fue el estreno en nuestro país –si nadie lo desmiente–, de esta ópera de Aribert Reimann, que se pudo disfrutar a través de una muy cuidada, vehemente, metafórica y desoladora interpretación a cargo de una excelente compañía y de la mano escénica, afortunada en esta ocasión, de Calixto Bieto.
La escritura vocal y orquestal es singularmente difícil en un discurso que exige abundantes saltos interválicos, recitados, melismas, pasajes hablados (por parte del personaje del Bufón sobre todo), largas melopeas y una escritura contrapuntística extremadamente complicada. Gran reparto el que la defendió en Madrid. El papel estelar fue cantado por un experto y veterano barítono, el danés Bo Skovhus, buen fraseador y acostumbrado a este tipo de retos. La dirección musical de Ashel Frisch fue magnífica por su detallismo.
2. Zubin Mehta y la Filarmónica de Múnich
Auditorio Nacional/Palau de la Música Catalana.
El maestro parsi, que ha cumplido ya los 88 y que, tras sortear un cáncer, aún nos pudo mostrar, sentado, eso sí, y con ya económicos movimientos de batuta, las calidades de su entendimiento de la música en dos magníficas sesiones brahmsianas con las Sinfonías 2 y 4 y los dos Conciertos para piano con Yefim Bronfman. Con gesto parco y batuta fustigante, supo encauzar por caminos ortodoxos un discurso caluroso, bien armado, de un lirismo embaucador y efusivo.
3. Kirill Petrenko y la Joven Orquesta Mahler
Festival de Granada.
El menudo director ruso se ha hecho un sitio en Occidente. Su gesto suave y efusivo ha imantado a la Orquesta Filarmónica de Berlín, con la que ha mostrado desde que tomó sus riendas una gran habilidad para desentrañar complejas polifonías y dar forma a pentagramas enrevesados. Buen éxito tuvo su paso por Bayreuth con la Tetralogía. Y lo ha tenido su presencia en nuestro país al frente de la Joven Orquesta Mahler con la Sinfonía nº 5 de Bruckner que dirigió en el Festival de Granada.
4. Querido maestro. correspondencia (1893-1973)
Pau Casals. Acantilado.
Un libro muy valioso en el que se reúnen nada menos que 401 cartas del gran chelista y compositor, que da constancia de sus conexiones con célebres figuras como Fauré, Falla, Bartók, Schoenberg, Furtwängler, Enesco, Menuhin, Thomas Mann, el presidente Kennedy... Un compendio recogido y analizado, con puntuales notas, por Anna Dalmau y Anna Mora. Un relato muy rico; una imagen de la música y de la vida de todo un siglo. Libro imprescindible.
5. La bella Susona
Alberto Carretero. Teatro de la Maestranza.
Esta ópera, estrenada hace unos meses en el Teatro de la Maestranza, es una obra llena de hallazgos que da forma a la antigua leyenda de una judía que traicionó a su padre por amor a un caballero cristiano. La música nos atrapa. Es la propia de un orfebre de los sonidos, conocedor de los timbres y de los colores. La obra llegó a la final de los Premios Opera World de Londres que ganaría el desaparecido Peter Eotvos. Gran aportación, pues, a la ópera contemporánea española.
6. La del manojo de rosas
Pablo Sorozábal. Teatro de la Zarzuela.
En esta sempiterna puesta en escena de Emilio Sagi de la obra de Pablo Sorozábal todo sigue funcionando de maravilla, engrasado, sincronizado y medido, con aire de comedia musical. Resultan especialmente brillantes los bailables (con el sello de Goyo Montero). Son bienvenidas las libertades escénicas, poco representativas de la época. En la reposición destacaron las voces de Vanesa Goicoechea y Manel Esteve, que estuvieron a las órdenes de la batuta de Alondra de la Parra.
7. Daniele Gatti y la Filarmónica de Viena
Auditorio Nacional.
En esta nueva visita de la falange vienesa a las temporadas de Ibermúsica destacamos, aparte la suntuosa y refinada sonoridad del conjunto, el aplomo, la sobriedad, el buen criterio sobre el podio de su director, con quien colabora desde hace años. Daniele Gatti es maestro solvente, que nos ofreció una bien pensada y expuesta Sinfonía nº 10 de Shostakóvich. La claridad de la batuta tuvo excelente respuesta orquestal. De nuevo imprimió su sello personal tan auténtico.
8. Sondra Radvanovsky y Piotr Beczala
Recital.
Es pareja de cantantes, ya talluditos, que se ha paseado por distintas plazas españolas (Teatro Real, Teatro de la Maestranza, Liceu) ofreciendo variados recitales en los que la música de Puccini, a los cien años de su muerte, ha estado muy presente. El timbre dorado y refulgente de la soprano, una lírico-spinto en plenitud, y el tan prieto y homogéneo del tenor, siempre de ortodoxa emisión, han resplandecido con fulgor ante nuestros públicos. Una gira muy provechosa.
9. Lady Macbeth de Mtsensk
Shostakóvich. Liceu.
El coliseo de la Rambla de Barcelona celebró el 25 aniversario de su reapertura tras el incendio con esta ópera de Shostakóvich, Àlex Ollé, siempre buscando traspasar barreras, llenó el escenario de una capa de agua para resaltar el emponzoñamiento de la naturaleza humana en su lucha por el poder. En el foso se movió como pez en el agua Josep Pons, incisivo y contundente a un tiempo. Virulencia sin descuidar lo lírico. Justo lo que necesita esta partitura. Brilló, en lo vocal, Sara Kuwiak, sensible y sobria.
10. Dúos con piano
Jesús Torres. IBS Classical.
En plena madurez creativa, el compositor aragonés nos brindó un disco en el que agavilló seis composiciones destinadas a distintos dúos con piano. Interpretados estos magníficamente por Alberto Rosado. Torres da muestra de rigor estructural y una libertad expresiva tremenda en lo que atañe a timbres, melodías y ritmos. Fantasía nos sumerge en el expresionismo. Accentus es un sugerente diálogo. Muy paisajística la Sonata para flauta. Variaciones con chelo, por su parte, nos arrima al dodecafonismo.