No se escucha con sosiego este disco monográfico. La música de Félix Ibarrondo (Oñate, 1943) es poderosa y agita las emociones del oyente de manera inevitable. Le gustan las sonoridades fuertes y complejas; no tiene paciencia para la ensoñación ni para las playas contemplativas. Consigue conectar como pocos con las profundidades bulliciosas, enérgicas y a veces violentas del alma humana. Digamos que busca en el fondo insumiso del hombre y hace sonar lo que allí encuentra. Pese al minucioso cuidado con que está escrita y al muchísimo oficio que el de Oñate exhibe, su música retrata lo irracional. Junto al ímpetu y a la riqueza de sus sonoridades, deja siempre un aroma a libertad. Así ocurre en el "Trío para cuerdas nº 3", del que el Trío de París hace una versión sobrecogedora. El disco ofrece otras facetas del arte de Ibarrondo. En "Iris" se luce Gerardo López Laguna, el fenomenal pianista del Grupo LIM. En "Sismal", para flauta sola, oímos al francés Gilles Burgos y en "Icaresque" a tres grandes flautistas españoles: Arias, Guillem y Sotorres. El disco, promovido y producido por Jesús Villa Rojo, incluye además "Onyx" para clave y percusión y "Que cet ardent sanglot" para violonchelo solo.