Francis Poulenc: "Melodías". François Le Roux, Gilles Cachemaille, barítonos. Urszula Kryger, mezzosoprano. Pascal Rogé, piano. 2 CD"s Decca 460 326-2
El arte de Francis Poulenc tiene variadas facetas. Pero el género que mejor resume y ejemplifica su capacidad creadora es el de la canción de concierto. Allí vertió lo mejor de su inspiración y allí encontró medios para hacer sonar los muchos matices de sus emociones y las muchas caras de su sensibilidad artística. Casi 150 canciones pueblan este apartado del catálogo de Poulenc y el álbum que comentamos reúne 85, más de la mitad y más que de sobra para que el oyente entre a conocer muy de cerca a quien puede llamarse sin exageración como el más importante liederista francés del siglo. Lo que hace de él un gran compositor de canciones es la naturalidad con que se ondulan sus melodías, la obviedad con que las oímos desde la primera vez, como si hubieran existido desde siempre. La variedad de emociones que nos transmiten es inmensa, tanta como la que se encierra en los textos: éluard, Cocteau, Apollinaire, Ronsard, Beylié, Fombeure, Desnos, Racine, Jacob y muchos otros, incluido nuestro Lorca. Del célebre "Bestiario" de Apollinaire el disco aporta dos números inéditos, "La serpiente" y "La paloma", y se incluyen curiosidades como la simpática "Vive Nadia", que es una minúscula oda a Nadia Boulanger. Esta hermosa música está servida por tres colores vocales. Domina la voz cercana e íntima del barítono François Le Roux, eficacísima en la expresión. Hace bello contraste con el timbre más oscuro y más noble de Gilles Cachemaille. La mezzo Urszula Kryger se ocupa de las "Ocho canciones polacas", armonizadas más que compuestas por Poulenc. Lo acompaña todo Pascal Rogé, que hace un espléndido trabajo en un repertorio que conoce y ama. Más que recomendable, el disco resulta necesario para quien no quiera perderse una hermosísima pieza de ese gran rompecabezas que es la música del siglo XX.