Georg Friedrich Haendel: "Ombra mai fu".
A estas alturas no es necesario ya enumerar las cualidades que han hecho de Scholl uno de los cantantes más apreciados en su cuerda. Haendel se adapta, en general, como un guante a su hermosa voz -salvo alguna tirantez esporádica- y pone de manifiesto su indudable musicalidad. Para muestra, la bella y sencilla "Verdi prati" de "Alcina" o la genial "Va tacito" de "Julio César", espléndidamente acompañada al corno. El disco se completa con la suite instrumental de "Radamisto" y el "concerto grosso" de "Alexander"s Feast" en una interpretación llena de vida, matizada y estupenda, magistral, a cargo de la mencionada agrupación berlinesa.