Coro y Orquesta Sinfónica de Chicago. Georg Solti. Decca 458 9898-2 DDD
La audición de un disco tan apetitoso es, sin embargo, algo desilusionante. Sobre todo por lo que respecta a la Sinfonía en tres movimientos (1942-45), que resulta, aunque bien ejecutada, sorprendentemente exenta de viveza y energía, sin la electricidad que parece pedir una música tan rectilínea. Mejor la interpretación de la Sinfonía en do (1938-40), en la que se combina bien esa mezcla de lirismo y acidez y se respeta el equilibrio y transparencia del dibujo que han llevado a definir a la obra como cubista. La Sinfonía de los salmos se nos ofrece en una lectura puntillosa, rotunda, nítida (grabación de 1997, pocos meses antes de la muerte del director), pero demasiado redondeada de aristas en sus dos primeros movimientos y exenta de esa extraña diáfana mística que caracteriza al último. A la hora de elegir versiones en el mercado, habría que decantarse, para las tres composiciones, por la del propio autor (1961-66) en dos discos (Sony, con la temprana Sinfonía nº 1 y ensayos) o por la de Vaclav Neumann (1970, Praga). La de los salmos es indiscutible en las manos de Karel Ancerl (Supraphon, 1965, junto con la ópera Oedipus Rex).