Claudio Monteverdi: Vespro della Beata Vergine.
La versión de Gabriel Garrido al frente del Ensemble Elyma no defraudará a quienes vieron en su Orfeo uno de los mejores grabados hasta el momento. Asesorado por el musicólogo Giuseppe Collisani, ha construido las Vísperas sobre un esquema litúrgico existente, el de las segundas Vísperas de Comunes de la Beata Virgen María, en las que las antífonas son tratadas como canto llano. Han conservado todos los concerti de Monteverdi, pero los han dispuesto en un orden diferente que el propio Giuseppe Collisani explica en sus interesantes notas. Han añadido los motetes Dum esset rex y Speciosa facta est, ambos compuestos por Paolo Agostini a partir, respectivamente, de la antífona y del salmo del mismo nombre. Y para terminar, han insertado entre las dos versiones del Magnificat una pieza instrumental -una sinfonía de Kapsberger en este caso- tal y como éste sugiere en su Primer libro de sinfonías a cuatro.
El resultado es excelente. Garrido nos ofrece unas Vísperas llenas de vida, con fuerza, y sin excesivas concesiones a la galería. Conserva y realza la sobria belleza del canto llano. Las aportaciones solistas, sobre todo masculinas, alcanzan momentos de gran belleza, como el Nigra sum. Pero la versión es sobre todo excelente gracias a una orquesta fantástica, el Ensemble Elyma, unos grupos vocales espléndidos, el Studio di musica antica Antonio lo Verso y el coro Madrigalia, y unos Saqueboutiers de Toulouse seguros, afinados y, como siempre, impresionantes.
En definitiva una cuidada versión en la que la sobriedad, la fidelidad o el rigor histórico no van reñidos con una prodigiosa imaginación