Giacomo Puccini: La Boheme
Las cada vez más escasas apariciones en público del director de orquesta Carlos Kleiber convier- ten toda nueva edición discográficas en preciadísimo objeto para el aficionado. Es lo que ocurre con esta Bohème, que, con un sonido bastante bueno, fue recogida en vivo en la Scala de Milán el 30 de marzo de 1978.
Como suele ocurrir en las versiones del genial maestro, una obra tantas veces oída como la ópera de Puccini parece cobrar en sus manos una nueva frescura, descubriéndonos infinidad de matices insospechados y renunciando a cualquier tipo de sentimentalismo. Bajo sus órdenes, los cantantes alcanzan cotas dramáticas insospechadas, sobre todo en el caso de un Luciano Pavarotti de esplendorosa voz y mucho más involucrado de lo habitual. Ileana Cotrubas es, posiblemente, la Mimí más conmovedora que pueda imaginarse, y Lucia Popp da a Musetta una inusitada enjundia. Piero Cappuccilli, Marcello de gran empaque vocal, y Evgeny Nesterenko, rotundo Colline, completan un magnífico reparto que hace de esta Bohème una de las más intensas de la discografía.
Como suele ocurrir en las versiones del genial maestro, una obra tantas veces oída como la ópera de Puccini parece cobrar en sus manos una nueva frescura, descubriéndonos infinidad de matices insospechados y renunciando a cualquier tipo de sentimentalismo. Bajo sus órdenes, los cantantes alcanzan cotas dramáticas insospechadas, sobre todo en el caso de un Luciano Pavarotti de esplendorosa voz y mucho más involucrado de lo habitual. Ileana Cotrubas es, posiblemente, la Mimí más conmovedora que pueda imaginarse, y Lucia Popp da a Musetta una inusitada enjundia. Piero Cappuccilli, Marcello de gran empaque vocal, y Evgeny Nesterenko, rotundo Colline, completan un magnífico reparto que hace de esta Bohème una de las más intensas de la discografía.
