S. Gubaidulina
Cántico del sol
6 febrero, 2002 01:00
S. Gubaidulina: Cántico del sol Mstislav Rostropovich. Emi 5 57153 2 DDD
El Cántico en cuestión está escrito para violonchelo, coro y percusión y hace alusión al poema de San Francisco de Asís. Las voces lo cantan y el violonchelo solista y los dos percusionistas también, aunque sea de manera simbólica. Lo más lucido de la obra es la parte del violonchelo solista. Es un recitado luminoso, una cantinela a la vez bondadosa y sagrada que evoca en el oyente imágenes de alguna sonriente liturgia solar. La obra nació como un regalo de cumpleaños de Sofía Gubaidulina (Chistopol, Rusia, 1931) a Mstislav Rostropovich en su setenta aniversario. A Gubaidulina le parece que el arte de Rostropovich reluce como el sol y por eso pensó en San Francisco: una curiosa carambola de asociaciones mentales de la que resulta una deliciosa composición. Se nota que Rostropovich disfruta tocándola y los demás también. El disco se completa con una Música para flauta, percusión y cuerda, que juega con dos afinaciones simultáneas y que no tiene de bartokiano más que el título.
El Cántico en cuestión está escrito para violonchelo, coro y percusión y hace alusión al poema de San Francisco de Asís. Las voces lo cantan y el violonchelo solista y los dos percusionistas también, aunque sea de manera simbólica. Lo más lucido de la obra es la parte del violonchelo solista. Es un recitado luminoso, una cantinela a la vez bondadosa y sagrada que evoca en el oyente imágenes de alguna sonriente liturgia solar. La obra nació como un regalo de cumpleaños de Sofía Gubaidulina (Chistopol, Rusia, 1931) a Mstislav Rostropovich en su setenta aniversario. A Gubaidulina le parece que el arte de Rostropovich reluce como el sol y por eso pensó en San Francisco: una curiosa carambola de asociaciones mentales de la que resulta una deliciosa composición. Se nota que Rostropovich disfruta tocándola y los demás también. El disco se completa con una Música para flauta, percusión y cuerda, que juega con dos afinaciones simultáneas y que no tiene de bartokiano más que el título.