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S. Prokofiev
S. PROKOFIEV: Iván el terrible. José A. Sáiz Alfaro. Rtve 65144 Os y C-023
A las sobresalientes versiones de Iván el Terrible, se suma ahora, dentro de una relativa modestia, la firmada por los conjuntos de la RTVE, que muestran aquí su calor, su brillantez, y, en lo que respecta a la masa coral, una aceptable afinación que no queda desdibujada por las irregularidades métricas y los desajustes apreciados en algunos números, singularmente los finales. José Antonio Sáinz Alfaro, titular del Orfeón Donostiarra, evidencia su desparpajo, su sentido narrativo, su fantasía para frasear, importantes en obra como ésta, aunque no consiga del todo el temple, la transparencia y la medida justa de una partitura que se ofrece bastante completa. Juan Echanove -narrador y voz de Iván- admira por su sobriedad y su tensa dicción, bien que se hubiera deseado en algún punto una mayor variedad acentual. Grata sorpresa la de la mezzo Ainhoa Zubillaga, que entona con propiedad y expresa con justeza, con un timbre pastoso e igual, sus dos esenciales intervenciones. Muy discreto el barítono Oleg Lukankin.
A las sobresalientes versiones de Iván el Terrible, se suma ahora, dentro de una relativa modestia, la firmada por los conjuntos de la RTVE, que muestran aquí su calor, su brillantez, y, en lo que respecta a la masa coral, una aceptable afinación que no queda desdibujada por las irregularidades métricas y los desajustes apreciados en algunos números, singularmente los finales. José Antonio Sáinz Alfaro, titular del Orfeón Donostiarra, evidencia su desparpajo, su sentido narrativo, su fantasía para frasear, importantes en obra como ésta, aunque no consiga del todo el temple, la transparencia y la medida justa de una partitura que se ofrece bastante completa. Juan Echanove -narrador y voz de Iván- admira por su sobriedad y su tensa dicción, bien que se hubiera deseado en algún punto una mayor variedad acentual. Grata sorpresa la de la mezzo Ainhoa Zubillaga, que entona con propiedad y expresa con justeza, con un timbre pastoso e igual, sus dos esenciales intervenciones. Muy discreto el barítono Oleg Lukankin.
